lunes, 4 de julio de 2022

Viaje por el Norte de España

 

Junio 2022

Aquí estamos de nuevo, pensando qué ruta hacer. Cómo me gusta pensar en posibles viajes, rutas, carreteras, aventuras! Me imagino por ahí rodando con la moto sin fin, me encanta!, jeje. Dudamos a dónde ir de vacaciones. Para un lado, para otro, por aquí, por allá...  A mí me apetecía ir para la zona de la Sierra de Gredos, bajar para Extremadura, quizás más abajo, subir por Portugal, Galicia, Asturias, etc… Rafa dudaba, y al final dijimos de hacer el norte de España. Es decir, de Este a Oeste del mapa. Le comenté a Rafa a ver si podía mirar algo la ruta de la zona de León, Asturias Galicia, así que con sus ideas para allí fuimos, con muchas ganas de rodar y pasarlo bien!

La moto que lleva Rafa es diferente a la anterior vez, viste una KTM 890 Adventure, recién comprada, y la mía, como va siendo habitual, mi gordita, la CB1000R.

05-06-2022

Usurbil - Aguilar de Campoo (368 kms)

Salimos de Usurbil con idea de hacer algo ágil la salida ya que todo esto es zona conocida. Cogemos la Nacional dirección a Vitoria y en cuanto vemos a lo lejos el Puerto de Urbasa, y aunque sea para nosotros muy conocido, ahí que vamos. Es inevitable!. Cómo nos gusta!. Es increíble cuando estás arriba, esa llanura, los animales a sus anchas, potrillos, caballos, vacas, ovejas.. Da igual cuántas veces lo hagas, siempre impresiona. De Urbasa a Santa Cruz de Campezo y a Treviño donde paramos a repostar. Repostamos en una gasolinera que está como 20 céntimos más barata que el resto. Como la gasolina está a unos precios que parece caviar, pensamos que quizás tengamos suerte durante el viaje y vamos encontrando precios asequibles. El tiempo nos mostrará cuán equivocados estábamos con ese pensamiento! Menudos galletones el tema de la gasolina…

De Treviño vamos a Miranda de Ebro donde un poco más adelante está en Monumento al Pastor. No lo conocía así que como es la hora de comer paramos a tomar un bocata. Tienen ahí una terraza con mesas. Entre el buen tiempo, el buen humor y que los bocatas están buenos, todo perfecto. Salimos, hacemos las fotos típicas del Monumento y hale, a seguir kms. Pasamos por Santa Gadea del Cid, donde según la leyenda El Cid hizo jurar al Rey Alfonso VI que no había tomado parte en el asesinato de su propio hermano, ains, estas familias desestructuradas... Un poco más adelante hacemos el Pantano de Sobrón a donde hacía años que no venía. La verdad que es una gozada. Sin duda recomendable. De ahí al Puerto de la Mazorra, que por cierto, vaya vistas, espectaculares, y pasamos por el Páramo de Masa. Por el intercomunicador comentamos que en invierno tiene que ser difícil vivir ahí. Es como una meseta, todo llano, sin duda tiene que hacer frío. Desde luego no parece un sitio acogedor para determinadas fechas. Seguimos y un poco más adelante decidimos dormir en Aguilar de Campoo. Por un momento pensamos en seguir un poco más, pero al final nos quedamos. Quizás nos influye el olor a galleta. Quién sabe. Pero no huele tanto como antes. Antes entrabas al pueblo y olía que alimentaba. Ahora huele pero menos. Le comentamos a la chica del hotel el tema del olor y nos dice que claro, que antes estaba también Fontaneda, pero que hace unos años cerraron. De ahí la conversación pasa por aquí, por allá y por el más allá y de repente nos vemos en la escalera del hotel, de pie, y ella diciéndonos que los humanos somos un virus andante, porque blablablabla. No sabría decir cómo llegamos a esa conversación pero el caso es que llegamos. Tremenda la de vueltas que puede dar una charla. Y porque había ganas de ir a la habitación, si no la lías parda, jeje

Ducha y a hale, a dar una vuelta por el pueblo todo felices. El sol nos da en la cara y tenemos todas las vacaciones por delante. Qué gustazo. Nos sentamos en una terraza y en cero coma cero el sol se esconde. Vaya rasca!, pero por Dios, y a la gente ahí, sentada, tan ricamente. Algunos incluso en manga corta! Nos levantamos y vamos a cenar algo para entrar en calor. La verdad que ese día el pueblo no tenía mucho abierto, pero encontramos una pizzería bien maja, donde nos ponen una ensalada y una pizza bastante buena. Nos tratan como Reyes y nos cobran como plebeyos así que perfecto!

Volvemos al hotel, miramos mapas, decidimos ruta y hale, a dormir que mañana toca moto!

Hotel + parking + desayuno  81 euros


 










06-06-2022

Aguilar de Campoo - Pola de Somiedo (454 kms)

Nos levantamos y bajamos a desayunar. Un desayuno bastante majo así que contentos salimos con las motos.

Hacemos la Ruta de los Pantanos, que la hemos hecho varias veces, pero creo que ésta para mí ha sido la mejor. La disfruto mucho. Temperatura y asfalto perfectos. Para repetir. Llegamos a Guardo, y como va a ser la tónica habitual en este viaje, nos liamos, cogemos la nacional en sentido opuesto al que queremos y nos comemos by the face 20 kms por una carretera recta como una regla, así que cuando nos damos cuenta del error media vuelta y otros 20 kms, jeje. Seguimos ruta para arriba por un pueblo llamado Prioro. Vaya chulada! Y de ahí a Riaño. Qué decir de Riaño. No sé cuántas veces hemos pasado por ahí y siempre, sin falta, me quedo con la boca abierta. Si no conocéis la zona, no esperéis, pasaros por ahí y rodar esas carreteras. Tremendo todo. De ahí hacemos el Puerto de Tarna y el de Señales, donde la carretera es bacheada y estrecha pero las vistas son bonitas, y de ahí a Boñar. Desde el principio de la ruta de hoy hasta este punto es realmente espectacular. Curvas y más curvas y unos paisajes donde estás pensando a cada metro en sacar una foto. Comemos un bocata y una galleta de estas grandes que tienen chocolate, tipo casera, que me supo a gloria. Cómo me gustan las galletas de chocolate. Eso sí, tiene que tener más galleta que chocolate, eh?, no empecemos a liarla. Cuando salimos del bar vemos el tiempo amenazante. Nos llueve durante un par de minutos pero para, así que sin problema. Tiramos para la Robla donde siempre (o sea, siempre) que vamos por ahí nos liamos. Tiene como una especie de vueltilla, que no sé por qué, nos hace cortocircuito, y hale, vamos para el lado que no es (one more time), ains. Conseguimos encontrar el sentido correcto y seguimos dirección Garaño. Hacemos los Valles de Luna y Babia, donde evidentemente, por el intercomunicador nos hacemos la broma de que estás en Babia y cosas así. Qué le vamos a hacer. Supongo que todos hacemos lo mismo, jeje. Esta ruta la hemos hecho más veces y aún así, las veces que hemos ido pienso que es una ruta para repetir.

Rafa quería hacer el Puerto de Mesa, así que subimos por San Emiliano, nos pasamos el cruce y subimos casi entero el Puerto de Ventana. Ui, nos hemos liado, así que volvemos a bajarlo (qué gustazo de puerto) y localizamos el cruce por donde nos tenemos que meter. Es el cruce que va por Torrestio, donde al llegar, así, sin ton ni son, se acaba el asfalto y empieza una pista. Oh!, nuestro gozo en un pozo. Preguntamos a unos lugareños y nos indican que sí, que son unos 4 kms de pista. Rafa con su moto podría hacerla sin problema, pero yo con la gordita, no sé no sé. Dudo, no quiero que Rafa se quede con las ganas, pero es una 1000 de carretera, con su peso, cargada con maletas, no sé… Internamente vuelvo a dudar, pero al final, de manera no habitual, me entra el sentido común y hago caso a Rafa que me está diciendo que volvamos a la carretera y que no pasa nada. Nos damos la vuelta y paramos en el cruce donde antes nos metimos dirección Torrestio. Saco el mapa y me pongo a mirar, que por cierto, desde hace unos meses (un año ya?) necesito gafas de cerca para ver, así que el hecho de mirar un mapa sin gafas es más un ejercicio de adivinanza que otra cosa, pero bueno… Mientras estoy luchando con las letras oigo detrás el ladrido de un perro. Rafa está delante de mí y los dos estamos en dirección opuesta el perro, así que veo que Rafa mira por su retrovisor y me dice que se acerca un perro. Por el ladrido sé que es un perro grande, pero noto el ladrido, todavía, a cierta distancia, así que sigo mirando el mapa. El ladrido se acerca y Rafa me confirma que el perro se está acercando. Es un ladrido de perro grande. Un ladrido tranquilo pausado y grave. Guau. Yo sigo luchando con las letras, qué pondrá aquí?, no veo bien…y guau, otra vez el ladrido y esta vez más cerca, así que me giro y veo lo que creo que es un Mastín Leones. Cómo impone. Qué bonito. Estamos en su tierra, somos unos intrusos, así que le digo a Rafa que nos vamos, que tiramos de nuevo para el Puerto de Ventana. Él me dice que el perro no tiene mala pinta, así que vuelvo a mirar de soslayo pero no opino lo mismo, además está más cerca de mí que de él, así que le digo que me da igual, que nos vamos, que es su territorio y que no es un perro de ciudad, que es de pueblo, e insisto con el tema del territorio. Guardo el mapa con cierta premura, arranco la moto y esta vez sí, me giro y le miro bien. Es una perra, tiene las mamas grandes, está claro que ha sido madre más de una vez, y tiene cara buena. Al mirarle veo que me mueve el rabo, pero no me puedo fiar. Me encantan los perros. Me hubiese gustado bajarme y tocarle, hacerle mimos y disfrutar de ella, pero sé que sigue siendo un perro, que es su territorio, el cual tengo que respetar. Así que le miro por última vez, admiro su belleza, qué bonita, le digo un par de cosas con tono cariñosa a lo que ella responde moviendo el rabo, me despido y salimos para hacer, una vez más, el Puerto de Ventana.  Es realmente increíble. Siempre que paso me encanta. Son Puertos que por mucho que repitas siempre gustan.

Queremos hacer la Senda del Oso, así que vamos por Villanueva donde hacemos el Puerto de San Lorenzo. Este no lo habíamos hecho nunca y vaya descubrimiento! Mira que estamos haciendo ruta de curvas y puertos, pero este en concreto es increíble. Lo disfrutamos. Al bajar cogemos dirección Pola de Somiedo donde decidimos dormir. Lo hacemos a las afueras (a 3 minutos del pueblo andando) ya que en el pueblo está casi todo lleno por no sé qué Congreso. Nos duchamos y salimos a dar una vuelta. Cenamos en una sidrería. Se nos olvida dónde estamos, Asturias, y la cantidad de sus platos (abundantes). Pedimos un primer plato para compartir y luego un par de revueltos de gulas con jamón. No había mucha hambre. Pero zas!, en toda la boca. Pedazo revuelto! Cuando voy por la mitad del plato le pregunto a la camarera a ver cuántos huevos tiene cada plato, y nos comenta con la sonrisa en la boca que 3 o 4, depende de la cocinera. Madremia. Pero qué leches, como está bueno te lo zampas. Nos pregunta a ver si queremos postre. No, por Dios, gracias pero no. Salimos de la sidrería algo petados y nos vamos al hotel a descansar, que mañana toca otro día de moto!

Hotel + desayuno  57 euros (las motos duermen fuera)

 












07-06-22

Pola de Somiedo - Ponferrada (347,5 kms)

Hoy toca la ruta de los Ancares. Salimos de Pola de Somiedo y bajamos por Villablino, no sin antes hacer el Puerto de Somiedo. Vaya chulada! Tremendo.

Bajamos a la Estación de Páramo. Es una estación abandonada y como todo lo abandonado da cosa. El andén va paralelo a la carretera y lo ves descuidado, claro, porque no se usa, con la hierba casi tapándolo y con su Estación cerrada a cal y canto. Alguna casa suelta a los alrededores pero todo como si estuviese sin vida. Da pena la verdad. Supongo que una vez que cerraron esa Estación se fue todo el mundo y se instaló ese aura de tristeza, de abandono. Mientras lo atravieso con la moto intento imaginar la vida que hubo allí antes. La gente subiendo y bajando del tren, el ruido de éste, el trasiego, las maletas, los abrazos de despedida, de bienvenida, y de repente abro los ojos al presente y lo veo todo tan solitario que da cosa.

Volvemos al Páramo del Sil donde cogemos el desvío a Vega de Espinareda. Y aquí empiezan los Ancares Leoneses. Hacemos ruta de pueblos y paisajes. No es una ruta de velocidad, es de disfrutar del entorno. Así que bajamos la velocidad y a disfrutar, y menudo disfrute. Se mezclan carreteras de buen asfalto con dos carriles donde te falta el aire de lo bonito que es todo con carreteras donde sólo entra un coche y está bacheado. Eso sí, siempre con paisajes. Y los pueblos tremendos. En Vega de Espinareda tiramos a la izquierda y subimos a Burbia. Es un pueblo que no tiene salida, es decir, subes y bajas por el mismo sitio, pero Rafa lo quiere ver. Había leído que era un pueblo que estaba casi abandonado y que habían entrado unos jóvenes a rehabilitarlo. Vaya casas! Han mantenido el aire de antes. Se ve que las casas son auténticas y muy bonitas. Merece la pena subir a verlo. Hay como 2 ó 3 casas rurales. Un sitio muy chulo donde ir a descansar y estar con la naturaleza. Volvemos a Vega de Espinareda y tiramos para Candin hasta Balouta y de ahí subimos por Rao (ya Galicia) hasta Navia de Suarna  donde paramos a comer. Entramos en el primer sitio que vemos. Al entrar veo un cartel que pone que hay pulpo todos los días. Así que nos sentamos y nos da el menú. Le pregunto por el pulpo y me dice que entre semana no ponen. No digo nada. Jum. Estos gallegos. Sí, pero no, pero todo lo contrario, jeje. Al salir cambio la batería de la Gopro y pierdo la tapa. Así, sin más. Recuerdo el momento exacto. Quito la tapa y la dejo encima de la Kriega de Rafa. Quito la batería, pongo la otra, cierro la Gopro y ahí dejo la tapa. Encima de la Kriega. *Suspiro suspiro suspiro*. Así son las cosas. No pasa nada porque la Gopro va en su cajita cerrada donde no entra nada, pero caguennn…

Seguimos hasta San Román y a Degrada. Pasamos por Donis, Piornedo y volvemos a Vega de Espinareda. Repostamos en una gasolinera que como va a ser habitual en este viaje, nos sablean. Eso sí, educadamente. Hablamos sobre qué hacer y decidimos ir a Ponferrada a dormir. Casi al llegar pasamos por un pueblo que se llama Cabañas raras. Qué gracia nos hizo! Tanto que paramos a hacer un par de fotos del cartel.  Al llegar a Ponferrada miramos en internet dónde dormir y encontramos un hostal con buena pinta. Rafa habla con el tío y nos da instrucciones. En el hostal no hay nadie en recepción. Le volvemos a llamar y nos indica todo por teléfono. Te dice cuál es clave de entrada, dónde está la llave de la habitación, del parking. Todo. Parece que ya no hace falta que haya nadie en recepción. Todo está en su sitio. La habitación tiene buena pinta. Todo limpio.

Nos duchamos y salimos a cenar. Cenamos delante del Castillo de los Templarios, un sitio muy chulo, curioso, bonito, donde nos tratan muy bien. Supongo que hay partido de fútbol o algo porque fuera se oyen cánticos y gente con bengalas. La verdad que cenamos muy a gusto. Mientras hablas, te vas fijando en el sitio. Tiene todo detallitos. Corazoncitos colgados, cosas vintage por todos lados, hasta un ET a la salida! Y lo curioso es que todo pega con todo. Está decorado con muy buen gusto. Tanto la cena, como el ambiente, como el trato, todo muy bueno. Qué gustazo de sitio!

Rafa me comenta que anda algo rayado con su freno delantero. Que desde que cogió la moto después de comer lo nota raro, así que comentamos que quizás haya que pasar por taller. Ya veremos cómo lo hacemos, ahora vamos a dormir que el cansancio empieza a pesar.

 













08-06-22

Ponferrada - Lugo (252,6 kms)

Al despertar dudamos si hacer día de descanso ya que va a llover (además Rafa anda dándole vueltas a su freno), o si pasar por concesionario o qué hacer. Después de meditarlo llamamos a Vigo donde hay concesionario KTM y nos dicen que nos pueden coger la moto (que andan liados pero que la cogen), así que lo dicho, salimos de Ponferrada por la carretera que va por Priaranza del Bierzo hasta O Barco. Merece la pena. Muy chula. En O Barco decidimos bajar por Santigoso por una carretera de montaña. Sabemos que puede ser una carretera chula pero no que sea tan chula. Pena que arriba está lluvioso. Para repetir, sin duda. Paramos en Prada y nos ponemos el traje de agua ya que empieza a caer una especie de manta de agua, suave suave, pero que cala. Aquí me lío. Creo que tenía que haber seguido por la izquierda pero tiramos por la derecha y lo que hacemos es acortar la ruta unos kms. Dado el tiempo que hace no rectificamos y seguimos ruta. La carretera que nos encontramos está más que bacheada, hay socavones, pero es entretenida, y entre las vistas y la charla por el intercomunicador, a pesar de esa llovizna, vamos a gusto. Comemos en A Rúa. Dan menús. Me como una menestra de bote y una merluza congelada con dudosa pinta. Pero me la como. De perdidos al río. Terminamos de comer y tardamos, ¿cuánto tardamos, Rafa?, 30 mins?, 45 mins?, yo creo que fueron 45 mins en encontrar alojamiento. ¿Por qué?, porque hemos decidido ir a Vigo porque tienen concesionario KTM, pero a la hora de encontrar alojamiento el tema está imposible. No por falta de sitio, si no por precios. 130 euros una noche, 140, 150. ¿Pero qué es esto?. Llamamos a uno que tiene precio asequible pero está lleno, y el resto de ese palo. La idea es quedarnos dos noches, pero ¿a ese precio?. Suponemos que hay algún evento especial en la ciudad porque si miras alojamiento otros días sale a precio más asequible. Lo hablamos, pros, contras, blablablá, y al final decidimos que es excesivo, que no, que pasamos de pagar alrededor de 300-350 euros por dos noches. Cómo se pasan. Dudamos entre Lugo u Orense. Al final vamos a Lugo. No por nada en concreto sino porque sale así.

Salimos y hacemos la ruta que va desde Freixido a Castro Caldeiras pasando por el Puerto de Cerdeira. Tremenda carretera. Para repetir. De ahí subimos a Monforte de Lemos, Sarria y llegamos a Lugo. Justo antes de llegar nos empieza a llover pero bien, en plan te vas a enterar, pero como estamos a pocos kms y vamos con el GPS puesto para encontrar el hotel decidimos no ponernos el traje de agua. Los semáforos en Lugo se nos hacen eternos. La lluvia pega fuerte y vas notando cómo el agua, en cuestión de segundos, te va calando y calando. Fijas la vista en el semáforo, como si con eso consiguieras algo, esperando que cambie de color para poder continuar, pero o tiene el día caprichoso o a ti se te hace eterno. ¿Cuánto tardamos en llegar, Rafa? 7minutos? No creo que llegasen a 10 y madremia. No voy a decir hasta dónde me mojé porque os sonrojaríais, pero vamos, vaya calada, jeje, vaya bienvenida que nos da Lugo! Encontramos el hotel a la primera, nos duchamos, ponemos las cosas a secar y hale, a cenar un poco pulpo, no?. Antes de cenar paramos a tomar un algo en un bar al lado del hotel. Un sitio muy chulo, tipo cervecería irlandesa (que luego resultó que es donde desayunaríamos). Pedimos dos consumiciones y nos sacan dos mini-bocatas de jamón a modo de tapa (de gratis), que madremia, si me tomo dos cacharros mas ya cenamos! Qué buena!. Genial todo.

Cenamos dentro de la muralla, donde nos toca un camarero despistado, pero amable y educado. Damos una vueltica y hale, a dormir!

Hotel + parking + desayuno 66,30 euros

 





09-06-22

Lugo (Día de descanso)

Decidimos pasar un día de descanso el Lugo y así de paso llevamos la moto de Rafa a que la miren. En Lugo no hay concesionario KTM, así que llamamos al de Kawasaki contando lo que nos pasa y nos dicen que llevemos la moto que la miran, así que allá que vamos. Nos comentan que van a cambiar el líquido de frenos. Que es lo primero que hay que hacer. Que igual se ha contaminado por blablabla (a mi los detalles me pierden, jeje), así que dejamos la moto.

Aprovechando que estamos en Lugo pasamos por la tienda “Cota Cero”, ya que ahí trabaja una conocida de Rafa. Es una tienda de montaña y qué decir! me encantan las tiendas de montaña. Me lo compraría todo independientemente de su uso. Me parece que tienen cosas súper chulas y algunas muy curiosas. Resulta que la conocida de Rafa no está, pero sí su socia así que nos quedamos un rato a charlar con ella. Es una persona muy maja, muy amable y muy cercana. Un gustazo. Hablando y hablando nos comenta que el otro día en el monte vieron un oso, y nos lo muestra en el móvil. Tremendo. Yo me encuentro un oso y no sabría qué hacer. Aunque lo vea a lo lejos. Bufs. Pasamos un buen rato con ella. Nos despedimos y damos una vuelta por la zona de la muralla. Ya habíamos estado en Lugo antes así que aprovechamos para recordar y ver cosas nuevas. Comemos unos pimientos del padrón y como no podía ser de otra forma, pulpo. Todo rico. Después de comer pasamos por el taller de Kawa a recoger la moto. Hablamos con el chico del mostrador (el que nos atendió antes en ese momento estaba hablando por teléfono) y le comentamos qué moto es y tal. Nos dice que perfecto. Saca la hoja y lee en voz alta: “cambiado el líquido del freno trasero”. Quieto parado. ¿Freno trasero?. Sí. Es el freno delantero. Jum, espera que voy a hablar con el mecánico. Aparece al cabo de nada y nos dice que efectivamente el mecánico había hecho el freno trasero, que debía de haber sido un malentendido pero que no pasa nada, que lo hace en un momento. Le comentamos que no hay prisa y que volvemos más tarde, que nos vamos a quedar a pasar el día por ahí. Total que en ese momento cuelga el teléfono el que nos había atendido en primera instancia y nos ponemos a hablar con él. Mientras dura la conversación el del taller arregla la moto de Rafa. La verdad que fueron muy majos!, así da gusto. Nos llevamos la moto muy contentos por el trato y por el precio.

Dejamos la moto en el hotel, una siestika y hale, salimos de nuevo a dar una vuelta. Queríamos visitar un puente romano que tienen por ahí, así que ya que el tiempo acompaña vamos paseando y hablando tranquilamente. Cuando llegamos vemos que el puente está lleno de gente, pero lleno eh?. Policías en los alrededores y mucha, mucha gente. Algunos disfrazados de romanos, otros de pretorianos, mujeres y niños de romanos, etc… Nos acercamos y estaban interpretando una especie de obra. No sabemos de qué va ello pero nos quedamos un rato. Todo muy solemne. Todos escuchando y sacando fotos. Qué sorpresa! De tanta gente que había nos quedamos sin ver el puente!, jaja. Volvemos a la zona de la muralla, tomamos algo con unas tapas y cenamos. Me encanta el rollo tapa. En Donosti no te dan una tapa gratis ni de coña. Nos comentan que hoy empiezan las grandes fiestas. Que duran tres días (viernes, sábado y domingo y que como habíamos visto hoy – jueves – hay alguna cosilla por ahí)  y que merece la pena quedarse. Dudamos pero al final decidimos salir mañana con la moto.

Volvemos al hotel dando un paseo que mañana toca ruta muy chula! Brum brum!

 

10-06-22

Lugo - Belmonte (445,1 kms)

Nos levantamos, desayunamos y al lío que hoy toca día de curvas. Salimos de Lugo hasta Fonsagrada y de ahí por el Alto del Acebo hasta Grandas de Salime. Es una carretera bastante chula, pero de Grandas de Salime hasta Pola de Allande pasando por el Puerto del Palo, jum, aquí no hay palabras. El paraíso, tanto a nivel de curvas como de paisaje. Para estar un buen rato haciendo ido y vuelta. Ya conocíamos esta zona, pero no me canso de hacerla. Si vamos por aquí, zas!, esto hay que hacer. Eso sí, preferiblemente con buen tiempo, que en su día hicimos el Puerto del Palo con una niebla infernal y aún lo recordamos. Trrrr. De aquí vamos a hasta Cangas de Narcea y aquí empieza el otro Festival de Curvas. Así, con mayúsculas. Festival de Curvas. De hecho si hemos venido hasta aquí es, entre otras cosas, para hacer, de nuevo, esta zona. En el pueblo de Regla de Perandones, cogemos el desvío de la derecha y hacemos el puerto del Pozo de las Mujeres Muertas. Espectacular. Seguimos, y comemos en San Antolín de Ibias para coger fuerzas para lo que nos queda. Tiramos y giramos a la izquierda para hacer el Puerto del Connio. Este trozo de carretera es una zona de un carril estrecho. Es una carretera lenta pero con vistas chulas. Buen asfalto y a una media de 60 kms/h. Seguimos y ya por carretera donde entran dos carriles bajamos por el Puerto de Rañadoiro. Giramos a la derecha por Rebollar y de ahí, de nuevo, hasta San Antolín de Ibias. Aquí hay una gasolinera. Toca repostar. Importante detalle porque por esta zona no hay más o no las hemos visto. De ahí volvemos a hacer el Pozo de las Mujeres Muertas, que lo prefiero más en este sentido. Para mi es mucho más chulo. Tremendamente chulo!. De aquí a Cangas de Narcea. Seguimos dirección Oviedo y nos metemos por la carretera AS310 que pasa por Tuña y Boinas, la que llega hasta Belmonte. Lo digo claramente porque es un trozo increíble. Rafa me dice que ya lo habíamos hecho antes pero extrañamente no lo recuerdo. Pedazo carretera. Tremenda. Esta vez no la olvido. Nos quedamos en Belmonte en un hotel que ya conocemos. Roberto, el dueño, es de los mejores anfitriones que te puedas encontrar.

Ducha, tomamos algo y a cenar en el mismo hotel. El pueblo es pequeño así que tampoco es que tengas mucho donde elegir. Y ojo con las cenas de este sitio. Te ponen unos platos enormes!, pero enormes eh?, jeje. Damos una vuelta por el pueblo para bajar la cena y a dormir, que mañana toca moto! Por cierto, la habitación muy chula, abuhardillada y muy bonita. Para más señas el hotel se llama Hotel Cela.

Hotel + desayuno buffet + parking  60 euros

 







11-06-22

Belmonte - Aguilar de Campoo (405,60 kms)

Nos levantamos, bajamos a desayunar un espléndido buffet (todo buenísimo), vamos a por las motos y hale, a rodar!! J

El día ha salido algo plomizo pero de temperatura perfecta. Salimos de Belmonte y vamos dirección Grado. Lo pasamos, cogemos el desvío a Trubia, pasamos por Proaza y por Caranga donde nos desviamos a la izquierda y vamos a Pola de Lena. Subimos hasta Ujo y de ahí a Cabañaquinta. Seguimos recto y hacemos el puerto de San Isidro. Un puerto muy chulo. Seguimos hasta Puebla de Lillo, que es donde comimos dos días antes, y vamos a la izquierda por Las Señales y el Puerto de Tarna. Más chulo en esta dirección que en la otra. Toda esta zona es chulísima la verdad. Comemos en Lario un buen bocata y vamos hasta Riaño y de ahí para arriba por el Puerto de San Glorio. A la subida no vemos nada, y a la bajada lo que vemos nos impresiona. Un mar de nubes por debajo de los picos que con sólo ver eso ya merece la pena el viaje entero. Increíble. Son como algodones, pero muy densos, muy esponjosos. Mira que he visto cosas parecidas, todas esas veces que subes un monte andando, en moto, en coche, y ves eso, las nubes por debajo de los picos, y éstos sobresaliendo por encima de todo, dueños de todo, pero esta vez es realmente espectacular. Bajo la velocidad de la moto, por el intercomunicador nos decimos que vaya chulada, pero no hablamos más. Disfrutamos. Tremendo. Bajo el puerto con la boca abierta, sin saber si parar a hacer fotos o no mientras pulso un par de veces la Gopro, sabiendo que sus fotos, al ser el tipo de cámara que es, no van a sacar lo que mis ojos están viendo. Mentalmente decido que no, que no paro a sacar fotos. Si lo hago, si paro, estoy casi segura de que el momento va a cambiar, y no quiero, así que dejo deslizar la moto mientras sigo con la boca abierta, bajando el puerto, sabiendo que  a cada metro que bajo estoy más cerca de dejar de ver esa maravilla. Procuro grabarlo a fuego en la memoria. Lo que estoy viviendo es algo espectacular. Llega un momento en que nos volvemos a sumergir en la niebla y el momento pasa. Lo he disfrutado, lo he vivido, me siento privilegiada. Seguimos hasta Potes, hacemos el Desfiladero de la Hermida con una ligera lluvia y nubladete. De aquí hacemos todos los puertos hasta Puentenansa, y en esta zona sí que no vemos nada de nada. El tiempo ha oscurecido, cae un sirimiri que hace que te tengas que poner el traje de nuevo y una niebla que no te permite disfrutar de las vistas. Esta ruta es conocida. La hemos hecho unas cuantas veces, pero sigue siendo una pena no ver las vistas que tiene porque son carreteras muy chulas. Pasamos por el Collado de Carmona y paramos en Cabuérniga a tomar algo y decidir dónde dormir. Optamos por dormir en Aguilar de Campoo, ya que hay sitio en el mismo hotel donde estuvimos. Me dejo la parte de arriba del traje de agua puesto y me quito la de abajo, ya que por aquí el tiempo parece más calmado. Salimos y hacemos el Puerto de Palombera. Un puerto eterno donde a medida que subimos hay más y más agua, más y más niebla. Seguimos ruta hacia Aguilar de Campoo y antes de llegar a Reinosa nos cae una chaparrada pero de aúpa. Empieza a llover y ya ves que va a ser tormenta. Paras y mientras te pones el traje de agua empiezan a caer unos gotones que parece que te vas a ahogar, y esos gotones en nada pasan a granizo. Te pones el traje como puedes y sales pitando, apretando el culillo. Dejas pasar los kms mientras atraviesas Mordor, entramos en una autovía y es aquí cuando tengo un sentimiento de plenitud. Ya me he hecho a la lluvia. Ya me he hecho a la oscuridad de las nubes, al cielo que anuncia tragedia. Los coches van lentos y los vamos adelantando con fuerza, casi con rabia, abriendo huella en el agua. No tengo frío, no me mojo a pesar de la lluvia, a pesar de la violencia de la tormenta y me siento Dios. Es un sentimiento que dura unos minutos. Pero me siento poderosa. Con mi moto, mi traje de agua, ante la adversidad y sintiéndome muy bien. Es un momento especial. Miro de reojo a la gente en los coches. Les veo agarrando el volante con fuerza y pegados al cristal delantero, con la vista fija en la carretera. Pero nosotros avanzamos, adelantando. Veo la moto de Rafa, que va delante de mí, escupiendo agua por la rueda. Veo que atraviesa este tiempo como rompiéndolo, como diciendo que no me importas, que nosotros pasamos igual. Y me siento Dios. Y acelero y hago rugir a la gordita. Y me siento poderosa.

A medida que nos acercamos al pueblo, la tormenta cesa y el suelo está casi seco. Está claro que por aquí no ha pasado.

Entramos a nuestra habitación y en nada no sé qué parece. Todo colgado por diferentes sitios para que se seque y ese olor a mojado. Los trajes de agua empapados, todo empapado. Te metes a la ducha, te cambias, ordenas todo un poco y lo dejas mínimamente habitable. Salimos a cenar algo, pero en mi caso poco, creo que todos estos días me han pasado factura y ando algo empachada. O quizás no tanto, pero con el estómago algo saturado. Cenamos en el hotel algo suave y ale, a dormir que mañana, de nuevo, moto J

Hotel + parking + desayuno  73,60 euros

 





12-06-22

Aguilar de Campoo - Usurbil (331,40 kms)

Rafa lleva un par de días diciéndome que le duele la muela. Que la tiene tocada y cada día la tiene algo peor, así que decidimos que tiene que pasar por el dentista. Como para ir a la Transpirenaica tenemos que pasar cerca de casa, decidimos hacer el día de descanso previo a la Transpi en casa, y que vaya a su dentista. Con esta decisión en mente salimos de Aguilar de Campoo por la nacional dirección Burgos. En Quintana del Pino cogemos dirección Masa hasta Poza de la Sal. Hasta aquí la carretera es bastante recta pero extrañamente se agradece. Supongo que después de días de curvas, puertos, carreteras estrechas y demás, un poco de relax con un tiempo agradable viene bien. El sol, el paisaje y la temperatura hace que tenga una sonrisa perpetua dentro del casco. Al llegar a Poza de la Sal me doy cuenta de que es un pueblo especial, digno de mención. Para quien no lo sepa aquí nació Félix Rodríguez de la Fuente y la verdad que es un pueblo curioso. De ahí a Pancorbo. Pasamos por Miranda de Ebro, Zambrana, Peñacerrada, Bernedo y vamos a Maeztu a tomar un bocata. Poco antes de llegar vemos que una tormenta nos ha visto, y digo esto porque parece que nos persigue. Aceleramos, la dejamos atrás, pero en cuanto viramos un poco o nos despistamos, te deja caer un par de gotas para tú volver a acelerar, volver a salir, e ir con cierta prisa al bar, que sabes que está cerca y no quieres mojarte, porque el traje de agua, a falta de tan poco no te lo vas a poner. Por la mente me vienen recuerdos de tantas veces que hemos pasado esta situación y no sabría decir cuántas veces hemos acertado o cuántas veces nos hemos calado. Casi seguro que fifty fifty, pero te la vuelves a jugar, porque qué pereza ponerte el traje de agua para tan poca distancia. La tormenta sigue ahí, la ves cómo te muestra sus rayos, sus fogonazos, y voy pensando, vamos, tormenta, vamos, déjame llegar seca, vamossss…

Los pocos kms que nos faltan, con la amenaza de la lluvia se hacen largos a pesar de ir por una carretera y un paisaje que es para disfrutar. Al final conseguimos llegar al bar sin mojarnos. Entramos, hay bastante gente, sobre todo senderistas y gente del pueblo, pero encontramos mesa, y hale, a zampar, que los bocatas aquí, sitio que ya conocemos, son buenísimos. En lo que tardan en servirnos vemos que se levanta un viento bastante cañero que arrastra alguna silla de la terraza, caen un par de gotas, pero ahí lo deja. La tormenta no nos muestra más, aunque casi con seguridad que en los pueblos cercanos habrá descargado.

Terminamos el bocata y salimos hasta Salvatierra, donde nos separamos. Rafa va a Bilbao para mañana a la mañana ir al dentista de urgencia. En mi caso a Usurbil.

Al llegar a casa me doy cuenta de lo cansada que estoy. Aprovecho para ordenar las maletas, lavar ropa y descansar. El día de mañana, el de descanso, lo haremos en función de Rafa y su muela. Esperemos que le atiendan y que todo vaya bien.

 





13-06-22

Usurbil (Día de descanso)

Aprovecho la mañana para llevar la moto al taller ya que se me ha fundido la luz del portamatrículas y quiero continuar el viaje tranquila. Por suerte Rafa aparece por mi casa a la hora de comer. Le han hecho un apaño para que pueda seguir el viaje sin dolor, así que todo perfecto. Pensamos en los siguientes días y sí, tiraremos para el Pirineo, que tenemos muchas ganas.

 

14-06-22

Usurbil - Biescas (415,40 kms)

Como es ruta conocida, cogemos la autovía y hacemos los casi 40 kms que hay hasta Leiza. A partir de ahora vienen días de calor, así que al pasar por casa nos hemos puesto la ropa de moto de verano, y qué bien vamos J

De Leiza a Irurita, y hacemos el puerto de Izpegi. Pasamos por Donibane Garazi y al pasar de nuevo a España, justo en la aduana, algo que ya como quien dice no existe, y menos en estos sitios de montaña, nos da el alto un Policía Nacional. El tío está sólo, en mitad de la carretera, dando el alto a todo vehículo que pasa por ahí. Nos para, nos pide el DNI y le pregunto si quiere también el carné de conducir. Me mira extrañado y me dice que no, que es un control fronterizo. Control fronterizo?, pienso, hace cuánto tiempo que no oigo eso?. Vivo a 20 kms de Francia, vamos, que es algo habitual cruzar la muga en algún momento, y desde más o menos los 20 años ya no oía eso de Control fronterizo. De hecho no suele haber nadie, o si lo hay ni te miran, está claro que al “quitar” las fronteras hace mil años todo eso se había acabado (o casi). Esta situación me hace pensar en el momento político que vivimos. Está todo muy delicado. El policía nos atiende de forma muy correcta, nos pregunta de dónde venimos, a dónde vamos, nos comenta que él también es motero, que tengamos cuidado con este puerto que hay algún punto que blablablá, lo típico de una conversación amable y educada. Nos dice que todo está ok y salimos, pero yo sigo pensando en eso de Control Fronterizo…qué recuerdos me trae. Me pregunto si con toda esta situación mundial volveremos al principio.

Seguimos ruta y hacemos Roncesvalles. Me encanta este puerto!, lo prefiero en la otra dirección, pero aún así me encanta. Es largo, curvas chulas, buen asfalto, vistas tremendas, qué más se puede pedir?. Pasamos Espinal y paramos en Abaurrea Alta a tomar un bocadillo bien puesto. Así da gusto. Es un pueblo que está a poco más de 1000 metros de altura y estamos en manga corta en la terraza. Está claro que el calor va llegando. Seguimos por Ochagavía y antes de hacer el Puerto de Laza tiramos para la izquierda el puerto de Larrau y el de Pierre St Martín. Me encanta este desvío. Esta zona es realmente brutal. Pasamos Larraine y antes de llegar a Ligi giramos a la derecha. Santa Grazi y ale, Pierre St. Martín. Siempre que paso me apabulla, aun prefiriéndolo del revés, siempre me quedo mirándolo. Es un puerto especial, sin duda. Llegamos a Isaba con una sonrisa en la boca, pongo gasolina en Urzainki, donde como no podía ser de otra forma, me sablean, volvemos unos pocos kms para atrás y cogemos el desvío de a la derecha. Esta carretera, extrañamente, no la conozco. Conozco unas que van muy cerquita, casi que diría paralelas y que te llevan al mismo sitio, pero esta en concreto no conozco. Pasamos por Zurita y Ansó. Es carretera para ir tranquilos. Disfrutar del entorno. Merece la pena. De Ansó, ya por sitio conocido a Echo, de ahí a Jaca y a Biescas. Toda esta zona es muy habitual para nosotros, ya sea para eskiar o para ir en moto, y aún así no me canso de venir, de mirar, de oler, de disfrutar Cómo me gusta esta zona, por Dios.

En Biescas habíamos contratado una habitación con muy buena pinta, pero la chica que nos atiende nos comenta que como tiene sitio, por el mismo precio, nos mete en un apartamento limpio, grande, muy bien ubicado y las motos nos las deja meter en el patio. Buffs…muy contentos.

Ducha y a dar una vuelta por el pueblo. Me encanta. Por Biescas hemos pasado mil veces pero nunca habíamos parado. Es un pueblo muy chulo. Buscamos un sitio donde cenar, y al final nos metemos en un sitio que tiene pinta algo cutre y quién lo iba a decir, pero resulta que nos atienden muy bien, la comida está muy buena y encima es barato!. Más tarde, tomando algo en un bar le preguntamos al camarero dónde podemos desayunar y nos indica el mismo sitio donde habíamos cenado, que al parecer es donde va la gente del pueblo. Vaya ojo tuvimos! J

Apartamento + parking  45 euros










15-06-22 

Biescas - Vielha (261,2 kms)

Desayunamos, recogemos y salimos. Hay ganas. Toca la etapa de los Pirineos Franceses.

Salimos de Biescas y subimos Portalet. Este puerto, por el tema del ski y rutas moteras lo tenemos ya revisto, pero qué queréis que os diga. No me canso de hacerlo, qué chulo es! Qué vistas tiene! Repostamos en la última gasolinera antes de la frontera en Formigal y pasamos a La France. Bajamos el puerto, tiramos unos unos kms más dirección norte y antes de llegar a Laruns giramos a la derecha donde cogemos carretera Gourette. A partir de aquí hacemos el tramo de la Transpirenaica que más fama tiene, ya que pasas por los puertos más conocidos del Tour de Francia. Esta parte no sé cuántas veces la habremos hecho ya, pero es que no cansa. Cada vez que pasas es diferente a la anterior, sea por clima, gente, vistas, hasta el asfalto cambia. Como buena zona francesa espera encontrarte siempre obras y gravilla en la carretera. Y por supuesto ojo con las bicis, todo esto es zona ciclista. Todos tenemos espacio.

Subimos el Col d´Aubisque. Es mi favorito. Tiene una subida muy chula y arriba enlaza con el Col du Soulor. Realmente esta parte es mi favorita. Ese enlace. Ya arriba cresteas de puerto a puerto y las vistas son de quitar el hipo. Pararías en cada curva, en cada recta, con cada paisaje que ves a hacer una foto, pero si lo hicieras estropearías el momento. En esta ocasión tenemos un tiempo casi perfecto, y digo casi porque a pesar de tener el cielo azul se ve una ligera bruma. Estás en montaña, tener este tiempo es un privilegio. Conduces y lo disfrutas. Qué bonito es!. De aquí vas hasta Argelès-Gazost donde haces las Gorges de Luz. Me gusta. Disfruto. La gordita está disfrutando. Entra suave en las curvas y sale rugiendo. Esto es tremendo. Llegamos al Tourmalet, y venga, para arriba. El Tourmalet tiene fama por su altura, por sus pistas de ski, y por lo que significa en el mundo ciclista, pero no es muy cómodo para subir ya que te encuentras con muchas bicis y tienes que estar muy pendiente. Pero lo disfrutas. En mi caso tengo algo con este puerto. Eso está claro. La primera vez que lo fui a subir iba con mi Kawasaki ER6N y con uno de mis hermanos. Se me estropeó el ventilador de la moto justo en la base del puerto y tuvimos que volver a casa por autopista para que no se calentara. Al día siguiente otro de mis hermanos me dejó su Kawasaki Z1000 y allí que volvimos por autopista para retomar desde el mismo punto la ruta, pero qué casualidad de la vida, que la moto de mi hermano, una Triumph Tiger 955, empezó a hacerle tonterías. Parecía que no quería seguir. Era como cuando a mi moto de adolescente, una Rieju RV50 le entraba algo de agua en el carburador, o tenía el filtro sucio. Te rateaba y hacía amagos raros. Parecido. Subimos el Tourmalet de aquella manera, muy despacio y pensando que su moto se iba a parar. Subir subimos, pero más pendientes de su moto que del puerto. Luego he subido unas cuantas veces más sin ningún percance, pero esta vez el Puerto me ha querido demostrar que ahí está, que subiré sin que me pase nada cuando él quiera. Lo cuento: vamos tranquilamente, disfrutando. Llevo la Gopro anclada al manillar y cuando quiero sacar una foto aprieto el botón. Subimos, pasamos la estación de ski. Oh, mira qué chulo todo, qué bien volver por aquí. Veo una foto chula. Me encanta sacar fotos de carretera, y cuando aprieto el botón de la cámara noto como una calambrazo, zas!, ostias, qué ha pasado. Llevo el intercomunicador abierto y Rafa me oye gritar un “Ostias!, arg”. Qué pasa me pregunta. Nada que…arggg..qué calor, Rafa no sé qué ha pasado, arg..me duele el brazo, he notado una calambrazo y ahora mucho calor, arg, me escuece…tengo que parar la moto. La paro, eh?. Y paro. Me miro la muñeca y la veo. Una abeja. Con la ropa de moto de verano me queda una franja al descubierto en la muñeca de unos 2 centímetros. Y ahí está. Ostias, me la quito de encima con un manotazo y veo el aguijón clavado. Arg. Rafa se acerca rápidamente, se quita el guante y me lo quita de forma rápida. Argggg. Duele. ¿Puedes conducir?. Sí, puedo. Durante un par de minutos me pongo en modo niña. Es mi forma de superar algunas cosas. Pasado ese par de minutos vuelve mi yo adulta y ya está, tema zanjado. Decir que no me dio guerra la picadura. Estuvo ahí, sin más, durante el resto del viaje, pero 5 días después, ya en casa, noté que me salían unos puntitos. Tenía tan olvidado lo de la abeja que ni me acordé. Al sexto día me salió un ronchón. Pensé que me habría rozado con algo. El séptimo día al despertar ya vi que eso me picaba la de Dios y tenía todo rojo, casi un palmo. Entonces caí en lo de la abeja. Fui a la farmacia, me dieron una pomada y esa misma noche me salieron unos bultitos raros, rojos y feos. Al día siguiente al médico. Me ha recetado unos antihistamínicos y según escribo esto (ayer fui al médico) ya parece que todo va mejor, pero quién lo iba a decir, eh?, que cinco días después empiece a dar guerra…

Subimos el Tourmalet, que por cierto, están de obras arriba y no vemos la estatua del ciclista. La han quitado. Supongo que en un futuro la pondrán de nuevo. Me da cosilla por esa gente que sube en bici, andando, en moto o como les apetezca, que se van a sacar la típica foto con la estatua pero ésta no está. Quizás sea la única vez que vayan. Quién sabe.

Bajamos y de ahí a La Mongie, la pista de ski. Bajamos y comemos una pizza en Sainte-Marie-de Campan. Buena pizza recién hecha. De hecho es la mejor pizza vegetal que he comido. No es que haya comido muchas vegetales, pero todas me han sabido raras. Esta no. Esta está muy buena!. Nos sirve una mujer amable con ganas de agradar. Y lo consigue. Gracias. Llegamos a Arreau y de ahí subimos el Col de Peyresourde. Es un puerto suave. Paisajes suaves. De ahí al Col du Portillon. Según vamos subiendo vemos mucha, pero que mucha gente en bici con dorsal. Está claro que es una carrera y le aviso a Rafa por el intercomunicador para que tenga cuidado. De hecho hay gente subiendo haciendo “eses” por la carretera de lo tirados que van. Pobres!, van que no pueden!. Vamos!!. Bajamos el puerto, entramos en España y de ahí a Vielha. Aprovechamos en este pueblo para pasar por un taller de motos que conocemos de otra vez para comentarles que mi piloto trasero se ha fundido. Me comenta que eso es un bloque, y que tendría que pedir la pieza. Tardaría varios días. Valoramos y decidimos seguir. En el propio pueblo, mirando hacia las montañas, vemos que viene tormenta. El cielo se está poniendo de aquella manera, ese gris oscuro que piensas, “ufs, en serio tengo que subir por ahí?”.  La idea era dormir en Vielha o en Sort. Si sigues para Sort quedan en torno a 75 kms y el pasar por el Puerto de la Bonaigua. Es un puerto de más de 2000 metros de altura. Sería una pena subirlo sin vistas o con tormenta (ya nos tocó una vez de bajada). Sopesamos y pensamos que por hoy ya vale, que lo disfrutaremos más si lo hacemos mañana, descansados y sin amenaza de tormenta, así que nos quedamos en Vielha en un hotel conocido de otras veces. La ruta de hoy ha sido corta pero intensa!. Vamos al hotel, ducha y a dar un paseo.

Salimos a pasear y lo primero que vemos es gente con bici y dorsal. No puede ser. Venga ya. ¿No serán los de..?. Y lo preguntamos. Y efectivamente, son, son. Aquellas bicis que hemos visto hace unas horas subiendo el Col du Portillon, los que (algunos) iban haciendo eses porque no podían más. Y por ahí andaban, llegando. Tremendo esta gente, eh?.

Con esa conversación nos sentamos en una terraza a tomar algo. De ahí a cenar, que por cierto, vaya tostadas más buenas nos sacaron!. Nos tomamos la cena con calma, estamos algo cansados, hablas de esto, de lo otro. Disfrutas. Según terminamos vamos tranquilamente al hotel. La verdad que hace buena noche. Entras al hotel, subes, te cambies y a dormir, que mañana felizmente toca moto.












 

16-06-22

Vielha - Vielha (430 kms)

Desayunamos y hale, a rodar. La idea es ir para Andorra y de paso ver algún casco para Rafa. Hasta ahí la ruta está clara, de ahí en adelante ya veremos. Hay varias opciones.

El hotel tiene el parking en la otra manzana, así que por no ir cargados hasta ahí andamos hasta el aparcamiento sin maletas, cogemos la moto y aparcamos delante del hotel para cargar todo. Esa calle tiene la acera en obras. Acaban de poner el cemento y tiene de estas vallas amarillas que te llegan a la altura del pecho para que nadie pise. Llegamos con las motos y las dejamos al lado de la valla. Veo que hay gravilla así que por el intercomunicador le digo a Rafa que cuidado, que hay gravilla y ésta resbala que no veas. Según paro mi moto oigo “Ostias! Ostias! Ostias!”. Sé que se va a caer, pongo la pata lo más rápido que puedo y me giro. Según lo hago oigo “Katacam!!”. Miro y Rafa está en el suelo tirado. Se ha llevado la valla amarilla con él y la moto encima suya. Lo que tardo en dar dos pasos, que es la distancia que nos separa, él ya está levantando la moto. Lo que hace la adrenalina, jaja. Es una calle concurrida y en ese momento, delante del hotel, hay gente desayunando en la terraza y por supuesto, gente paseando. La verdad es que se pasa cierto apuro. Miro de reojo a ver si alguien está mirando y veo que hacen como si pasa nada, jaja. Le pregunto si está bien. Me dice que sí, que con el tema de fijarse en la gravilla se le había olvidado poner la pata. Ainss. El caso es que levantamos la valla y veo que ha marcado todo el cemento. Miro a ver si hay algún obrero mirando y veo que hay uno sentando en un bordillo, esperando, con pinta de aburrido, mirándonos, pero no dice nada ni hace ademán de nada. Miramos la moto y tiene el espejo rayado. Se le ha cascado. Shit. Le pregunto de nuevo si está bien. Me dice que sí, que sin problema, que la valla ha amortiguado el golpe y que no tiene nada. Perfecto. Levantamos la valla, la ponemos en su sitio y a otra cosa mariposa. Me giro para cargar mi moto y veo que tengo un intermitente fundido (tenía el warning puesto). Pero qué pasa?. En este viaje se me ha fundido la luz del portamatrículas, la luz de posición trasera, y ahora el intermitente. WTF!?. Alucino pero poco más puedo hacer. Cargamos la moto y salimos. Lo primero que hacemos es subir la Bonaigua. Qué gustazo! Me gusta este puerto. Más en la otra dirección, pero me gusta. Subes arriba y sacamos las fotos de rigor. Así como en otros puertos ya no sacas fotos porque los has hecho varias veces y ya las tienes, en este no. Tenemos costumbre de parar y sacar fotos. Así que lo dicho, las sacamos y a seguir. La bajada me encanta. El asfalto está algo sucio pero bajas a gusto. Las vistas son muy chulas. De aquí a Sort. Es una ruta muy chula. Buen paisaje y buen asfalto, eso sí, ojo con los radares. De Sort vamos a La Seu d´Urgell. En la mitad tienes el Col de Cantó. Lo hemos hecho unas cuantas veces y siempre gusta. Arriba del todo cuidado porque se suelen poner los Mossos y suelen pararte. De hecho al pasar los vemos. Hay una moto y un coche parados papeles en mano. Como ya tienen su carnaza lo único que hacen cuando nos ven es mover las manos de arriba abajo para que bajes la velocidad. Y eso que íbamos a velocidad normal, tranquilos, dentro de los límites, sin acelerones. Vamos, mejor que bien. Pero son incapaces de dejarte pasar sin hacerte ver que están ahí. Ese afán de yo qué sé qué seguro que tiene un nombre. El Col de Cantó es un puerto rápido, pero poco antes de llegar a la Seu hay un tramo que me gusta mucho. Curva y contracurva de continúo, velocidad baja y a tirar de habilidad. Tumbas, levantas la moto, contracurva, tumbas, levantas la moto. Me gusta. De aquí hasta Andorra. Paramos en un par de tiendas a mirar unas cosillas y en una de ellas, preguntando por un Arai nos comentan que la fábrica de Arai ha parado por blablablá y que a ellos nos les quedan esa marca de casco. Si acaso algún modelo en concreto (que a Rafa no le interesa). Que desde el tema de la pandemia, blablablá. Jum. Da que pensar todo esto. Cuántas cosas han cambiado desde la pandemia que ya las damos por buenas!, por válidas!. Todo esto saldrá en los libros de Historia. El cómo la Pandemia cambió el mundo. Pero nosotros, las personas, parece que o no lo vemos o no queremos darnos cuenta o pasamos del tema. No quiero adentrarme en este tema, pero …me explico?

Atravesamos Andorra lo más rápido que podemos. No es un sitio que me guste mucho. Una vez hicimos noche y las otras tantas que hemos pasado solo lo hemos pasado, sin más, y si sólo lo vas a atravesar cuanto más rápido mejor. Tráfico, ruido, tiendas, gente. Lo dicho, salimos por el Puerto de Envalira, empezamos a bajar y paramos a comernos un bocata en una terraza. Vemos que hay alguna tienda con cosas de motos y al terminar entramos a salsear. Es inevitable. Extrañamente es la primera vez que pasamos por Andorra y nos vamos de vacío. Sin unos míseros guantes de oferta que suele haber en baldes. Nada. Jum. Hacemos el Col de Puymorens y vamos dirección Puigcerdá. Antes de llegar giramos a la izquierda a la altura de Ur dirección Font-Romeu. Esta carretera no lo habíamos hecho antes. Me encanta. Carretera tranquila, solo conduces. Buen asfalto. Me gusta, sí. Al llegar a Mont-Louis volvemos para España. Al llegar a Puigcerdá paramos y hablamos sobre el destino. La idea del principio era volver haciendo el Pirineo por España. Es decir, vamos por el Pirineo Francés y volvemos por el Español. Pero tenemos la ola de calor. Dan picos de 40 grados de temperatura en la parte española. En la francesa entre 22 y 30 grados. Bleh. La zona de España es mucho más horno que la francesa así que decidimos volver por donde hemos venido, es decir, por Francia, y hacer de nuevo todos esos Col´s que nos encantan. La verdad que la decisión de tomar el mismo camino no nos cuesta. Es una ruta para repetir. Así que para allí que vamos. Salimos de Puigcerdá, pasamos por Isovol, Ger, y la Seu d´Urgell. Antes de llegar y como ya viene siendo habitual, tormenta. Qué cansinos con las tormentas. ¿A quién hay que quejarse cuando ya te han pillado unas cuantas y ya, supuestamente, has cubierto el cupo?. Paramos a un lado de la carretera y como podemos nos ponemos el traje de agua, pero llueve tanto, truena tanto, que nos quedamos a un lado, bajo unos árboles (lo sé, tormentas y árboles no es buena mezcla), esperando a que pare. Pero no, no para, se une una tormenta con otra. Vemos pasar los coches poco a poco abriéndose paso por todos esos charcos que se han formado en la carretera. Pasa algún valiente en moto. Y pasa también la policía que te saluda. Mueven la cabeza a modo de saludo dentro de sus guarecidos habitáculos. No está mal. Cuando pensamos que más o menos ha parado, salimos. Con lluvia pero sin tormenta. Cuando llegamos a la Seu y empezamos a subir vamos directamente al ojo de la tormenta. Lo sabemos. Le comento a Rafa que vamos a subir el Puerto del Cantó, que es bastante alto y que arriba Mordor está con la boca abierta esperando engullirnos. Son 1.725 metros de puerto. Sabemos que lo que hay. Sabemos que arriba hay tormenta y un tiempo de shit. Me preocupa. Esa negrura hace que mientras conduces tengas la vista alzada, mirando ese agujero negro, como si con ello pudieras hacer algo al respecto, cuando sabes de sobra que solo eres una marioneta a su merced. Hace unos años me pilló una tormenta con la bici en pleno monte y me cayeron dos rayos a escasa distancia. Iba sola. En ese momento pensé seriamente que mi camino se terminaba ahí. Tuve suerte. Alguien pensó que no era mi hora y me dejaron pasar. El tema de las tormentas siempre me inquieta. Rafa es consciente de ello, me comenta que no va a pasar nada, que como mucho nos mojaremos. Sabe de mi inquietud. Suaviza el tema con palabras que me acarician, que hablan de tranquilidad, del que no va a pasar nada. Pero esa caricia dejo de sentirla en cuanto se calla y vuelvo a sentir esa inquietud, que me trae esos recuerdos de aquella tormenta, que casi me manda donde en ese momento no quería ir. Todo esto hace que vaya con el culillo prieto. Tenemos suerte. A medida que subimos va amainando y cuando llegamos arriba no llueve. Qué bien!. Subimos con un coche detrás nuestro. Es curioso porque debido al mal tiempo íbamos muy tranquilos y el coche nos ha dado caza en seguida, es decir, iba más rápido que nosotros, pero se ha quedado detrás de Rafa a cierta distancia. Me lo comenta por el intercomunicador y le digo que igual es un motero en coche que sabe lo que hay y se ha quedado detrás nuestro dada la climatología, por si nos pasa algo, o un conductor precavido, o uno que se queda detrás cuidándonos, por si necesitamos ayuda. Es agradable pensar en positivo. Su presencia me relaja. Bajamos, llegamos a Sort y de ahí a Vielha, con la consiguiente subida a la Bonaigua. Me encanta en esta dirección. Lo disfruto. Mucho. Y todo sin lluvia. Perfecto. Llegamos a Vielha y como hay sitio dormimos en el mismo hotel. Qué bien todo. Nos duchamos y salimos a dar un paseo. Evidentemente miramos a ver si la acera está marcada con la caída de Rafa y sí, lo está, jaja. Madremia. Supongo que no pasa nada porque luego pondrán baldosa y no se verá, pero vamos, sabemos que ahí hay una marca made in Rafa. Sin querer, eso sí. Cenamos algo y a dormir!




 


17-06-22

Vielha - Anzanigo (379 kms)

Desayunamos y salimos dispuestos a disfrutar de la ruta francesa en dirección opuesta a hace dos días. No me voy a repetir en los puertos. Sólo hacemos un par de variantes. Casi abajo del Peyresourde nos metemos por Genós y hacemos el Col d´Azet. Carretera estrecha, que vas subiendo poco a poco para disfrutar arriba de unas vistas muy chulas. Merece la pena. Bajamos a Saint-Lary-Soulan, que es una estación de ski. Tienen un teleférico que me quedo con las ganas de cogerlo. Next time. De aquí un tramo de nacional dirección Arreau y nos metemos por Anzican. Este tramo hasta Espladet es muy chulo, para repetir. No vas subiendo puertos, pero es una carretera muy agradable, con bonitas vistas, entre bosques. Poco tráfico. Está claro que se sale de la ruta habitual. Nos gusta, merece la pena. Comemos en el mismo sitio agradable que la otra vez. Esta vez vemos más ciclistas que lo habitual. De hecho mientras comemos en la terraza aparecen varios grupos, entre ellos algunos españoles. Hablo un rato con ellos. Siempre que estoy en un país extranjero, balbuceando un idioma que no es el mío, me gusta hablar en castellano. Es como relajarte. No buscas las palabras. Fluyen. Me comentan que han venido de Alicante a correr la Quebrantahuesos pero que en el último momento la han cancelado por la ola de calor, y como están por la zona van a recorrer los puertos míticos. Es decir, Tourmalet (para este deporte la gran estrella) y compañía. Hablamos un rato más y nos despedimos. Seguimos ruta. La misma de siempre, y aunque la hayamos hecho dos días atrás, todo es diferente. Es lo que tienen las carreteras de montaña. Cambian. Es increíble. Siempre lo disfruto. Creo que me gusta más en este sentido. Volvemos a la gasolinera de Formigal, donde repostamos y decidimos qué hacer. Dicen que mañana va a hacer un calor insoportable. Optamos por ir a Anzanigo, un camping motero en la provincia de Huesca, para mañana salir directos a casa. Llamamos al camping y nos dicen que les queda una habitación, así que allá que vamos, donde empezó todo entre Rafa y yo, para recordar, una vez más, aquellos instantes de hace ya casi diez años. Cómo pasa el tiempo…

Por la pandemia y demás circunstancias, hace unos 4 - 5 años que no pasamos por Anzánigo. Hay dos cambios básicos. Emilio, el dueño, el alma del camping, falleció. Y por otra parte a nivel visual, han hecho obras. Llegamos y a primera vista vemos los cambios. Han puesto una terraza muy chula. Con luces que de noche quedan muy bien y crean un ambiente tranquilo y amigable. El bar por dentro no se parece en nada. Todo cambiado, muy chulo y moderno. Las habitaciones siguen siendo las mismas, no han cambiado nada. Pero lo que pesa, lo que falta, es Emilio, con todo lo que ello significa. DEP.

Cenamos, un paseo y a dormir.












 


18-06-22

Anzánigo - Usurbil (217,20 kms)

Desayunamos y salimos disparados para casa. Me gustaría llegar pronto, ducharme y salir a por Tao, mi compañero de piso. Le echo de menos. Así que vamos en línea recta. Salimos poco antes de las 10 y ya vemos que va a ser un día sofocante. Cuando llegamos a casa, dos horas y media después de carretera rápida, el termómetro marca 41 grados. Con esta temperatura, se agradece no hacer ruta, llegar a casa, quitarte el traje de moto y ducharte. Y ahora queda la mejor parte. Ir a por el pequeño Tao. Me encanta mi perro. Siempre, sin excepción, una vez al día como mínimo, me saca la sonrisa J

 

Gastos:

Han sido 14 días de vacaciones.

Hoteles + desayunos + comidas + cenas + picoteos y demás: 677,95 cada uno.

Gasolina: 386,66 euros (Rafa menos que su moto consume menos…lo que tengo que aguantar, jeje)

Total: 1.064,61 euros

Conclusión:

Este viaje ha sido especial. Empezando porque desde la pandemia no habíamos estado dos semanas fuera con la moto y siguiendo porque ha sido un poco de reconquista. ¿Qué quiere decir esto?. Casi la ruta entera han sido carreteras y sitios conocidos. Creo que hemos querido ir para hacer una especie de reconquista. Reconquistar lo que hacía tiempo que no veíamos. Hemos pasado y hemos visto lo que ha cambiado y lo que sigue igual. Y sobre todo lo hemos disfrutado. El hecho de hacer una parada de descanso en casa y de partir España en dos (Este y Oeste) ha hecho como si fueran dos viajes. Incluso nos cambiamos de ropa (ropa motera de casi invierno y de verano). Lo dicho: dos viajes diferentes. Diferentes paisajes, carreteras, clima e incluso ropa. El lado Oeste, menos calor, con ese verde que te revienta en la cara, que te come. Una gastronomía que te comerías hasta las piedras. El lado Este, el Pirineo, muy montañoso, picos tremendos, diferente paisaje, diferente hierba, diferente gente, diferente idioma. Dos viajes que han hecho como si fuera una ruta al más allá. He desconectado absolutamente. Me ha encantado. Como suelo decir, para repetir! J