sábado, 1 de noviembre de 2025

Jaca - Julio 2025


Pues nada, aquí estamos otra vez. Como es habitual en nosotros andábamos dudando qué hacer estas vacaciones. Personalmente me apetecía mucho pasar una semana en Jaca con las motos pequeñas, pero en plan relax. Tenía alrededor de una semana de vacaciones así que nos fuimos con las txikis, Rafa con la Fantic Caballero 500 y yo con la Honda CRF300L para allí con la idea de mezclar rutas en moto, días de piscina, de relax, de comer de tranquis, etc…así que nada, con esa intención salimos con las motos dirección Jaca!. Allá que vamos!!

Usurbil – Jaca

Salimos de Usurbil con algo de nubes pero buen tiempo. Alegres, empezamos vacaciones y personalmente me vienen muy bien. En mi trabajo el verano es cansino y agotador. Es lo que tiene la atención al público. Además, normalmente cuando la gente está de días libres, vacaciones y demás, yo estoy trabajando, así que el verano se suele hacer largo si no tienes algunos días libres por ahí metidos.

Salimos por autopista hasta Oiartzun donde cogemos la carretera que nos lleva a Lesaka. Esta carretera me encanta hacerla en la 300, es ratonera. El tiempo va, por decir algo, enfriando. Acabamos de pasar una ola de calor  de estas que da que pensar y el fresco por ahora se agradece. Llegamos a Lesaka donde repostamos. Desde que le cambié el depósito a la 300 repostar era una incertidumbre. No roscaba bien el tapón de gasolina y las pasábamos canutas para cerrarlo, hasta tal punto que barajaba la idea de volver al depósito de serie – a pesar de tener sólo 8 litros, mientras que el nuevo tiene 13 -, con eso lo digo todo. Pero un día, en una gasolinera, zas, logré cerrarlo a la primera. Pensé que era suerte, pero, o el depósito ya se dejaba hacer, o qué sé yo. El caso es que ahora lo abro y lo cierro de forma normal. Menos mal. Lo dicho, repostamos y salimos hasta llegar a Etxalar. En Etxalar cogemos una carretera rota y estrecha, que es perfecta para la 300, que me encanta. Siempre que voy por ahí con esta moto voy como una macarra, ya sabéis, acelerones, frenadas, botando y sonriendo. Me encanta! Al terminar este tramo decidimos ir por el Puerto de Izpegi. Todo esto es ruta conocidísma pero es increíblemente chula. Vistas, carretera, lo tiene todo. Al llegar arriba hay un sitio curioso donde parar a comer, tomar algo, descansar,  o lo que quieras. Paran ciclistas, mendizales, moteros, todo tipo de personajes. Dejamos las motos y entramos. Nos cogemos una mesa dentro, y mientras comemos hablamos de esto y de lo otro. Una vez que terminamos me acerco a la barra a pedir cafés y noto que alguien se pone a mi lado, cámara en mano, de éstas tipo de acción y se pone a grabar dentro. “Jo”, pienso, “ya estamos con la típica persona que se la sopla la intimidad de la gente”. Estamos en un mundo que todo Dios anda grabando y la verdad no hace gracia salir en los videos/fotos de la gente. Miro de reojo y zas. Resulta que es Miquel Silvestre. Ay la leche. Le saludo y él para de grabar, me saluda,  y acto seguido le llamo a Rafa, que sé que es un tío que le cae bien. Hablamos un rato con él. Nos dice que si le queremos sacar fotos que luego en la calle sin problemas. Nosotros no le hemos dicho nada de fotos, pero me llama la atención que lo mencione él. Supongo que está acostumbrado (o hasta el gorro?, no lo sé), de que vaya donde vaya la peña le pida fotos. Me deja pensativa. Al terminar de comer salimos y él está al lado de su moto. Nos miramos y nos dice “venga esas fotos”. Y hale, nos sacamos unas fotos con él y charlamos un rato. Parece un tío cercano y majo. Se agradece. Nada más terminar se acerca una persona y le pide foto. Ostia. Me llama la atención todo esto. Ahora entiendo por qué sin que digamos nada él se ha ofrecido al tema de la foto. Es un youtuber (entre otras cosas), vive de esto, pero no sé…da que pensar. Nos despedimos y salimos.

Seguimos hasta St. Jean-Pied de Port y justo en la muga, nos metemos por detrás de la gasolinera para hacer una carretera que me encanta. Es estrecha, solo entra un coche y justo. Perfectamente asfaltada, y subes subes subes subes, es tremenda! Vaya vistas! Aquí, mejor no venir con mal tiempo. Paras, respiras, miras el paisaje. Siempre me deja sin palabras. Te encuentras varios cruces. Suelo salir por la fábrica de armas de Orbaitzeta pero esta vez vamos hacia los Chalets de Irati. Vaya rutón!, qué pasada. Es que no sé cómo poner lo que supone para mí esta ruta. Respiras. Tenéis que hacerla. Llegamos a Larraine, donde, como es habitual en nosotros, nos liamos, jaja, hasta encontrar el camino. Hacemos el Col Errosmendi, Puerto de Larrau hasta llegar a Isaba. Lo dicho. Id.

De Isaba, en vez de ir directos a Jaca, seguimos por Ansó, Hecho y de ahí a Jaca. Es la puntilla para una ruta perfecta.

De la ruta de hoy no quito un km. Curvas, paisajes, carreteras rotas, perfectas, estrechas, anchas. Ovejas, caballos, vacas, terneros, hasta cuatro cerdos en mitad de la carretera, de barro hasta las orejas, que querían venir a saludar! Para repetir sin duda.

Como nos hemos liado con este pedazo rutón, al llegar a Jaca, dejamos todo y pedimos que nos manden comida a casa. Qué hambre hay… venga, a dormir.

Os dejo la ruta de wikiloc












Jaca –Jaca

Salimos de Jaca dirección Castiello de Jaca. Más adelante está el cruce que nos lleva por Borau, Aisa y Jasa. A pesar de que he pasado por aquí cerca mil veces para ir a esquiar, esta carretera no la conozco. Está rota, perfecta para la 300 y la disfruto mucho. Pasas por Hecho y Ansó. Queremos hacer el Pierre de St. Martín, que me encanta, así que atravesamos el Valle de Zuriza hasta llegar a él. Como he dicho en más de una ocasión, es uno de mis puertos preferidos del Pirineo. No tiene desperdicio. Ni la carretera ni sus vistas. Desde que hemos salido de Jaca hasta este punto ha sido un disfrute continuo. Menuda zona!

Decidimos ir por el Col de Soudet, pasamos por el Pic Lagorre hasta llegar a Lanne-en-Baretous donde paramos a comer. En esta zona de Francia tienes que tener cuidado con el tema de las comidas. Son diferentes a nosotros. Tienen sus horarios y sus comidas, por llamarlo de una forma suave, raras. No es como en España, que paras y comes bien casi en cualquier sitio. No-no. Vamos comentando de comer algo suave, por todo esto que comento. Si comes pizza no sueles fallar, pero como empieces con ensaladas y demás historias, generalmente vas a comer mal y caro. Encima vamos tarde, muy tarde para ellos, así que a ver si vemos algo abierto. Si no es el caso, siempre queda una gasolinera (aunque muchas son automáticas y no tienen un mísero baño, por no hablar de un sitio donde comprar algo). Encima está el tema de mi garganta, que desde Galicia y la espina, mejor si no como cosas duras, como bocatas y demás. Al llegar a Lanne-en-Baretous, delante de una piscina Rafa ve como una especie de bar donde parece que se puede picar algo. Ni me lo creo. Paramos, asomamos le cabezón y efectivamente, hay bocadillos, sándwich y demás. Perfecto! Además, nos atienden dos mujeres majísimas, así que todo genial. Ah!, como comentario, allí a los bocatas les llaman sándwich, así que ojo, que si pides sándwich te ponen bocata!, jeje. Nada, comemos muy bien y seguimos ruta.

Queremos ir por Arette pero vamos hacia Aramits, donde nos han dicho que hay gasolinera. Llegamos, y como no podía ser de otra forma, es automática. Al llegar vemos a un chico español intentando repostar, y digo intentando porque está claro que tiene problemas. Va en una Tracer 9. Roja. Bonita. Me fijo en él y va perfecto. Ni una mancha en la moto, ni en el traje, ni un mosquito, nada, todo limpio, ropa, casco, botas, impoluto. Me miro a mi misma y no voy a decir que parezco una indigente, pero, jaja… no sé. ¿Cómo mantiene así la peña su ropa? Ni idea. Hay un señor ahí diciéndole algo que no logramos entender pero lo que está claro es que tiene algún problema. Mientras Rafa se pone en el otro surtidor (a mí no me hace falta repostar con mi super-depósito, jaja), me acerco y le pregunto si necesita ayuda. Está agobiado. Se lo noto. Estresado o básicamente jodido. Me dice que no sabe qué pasa, que no puede repostar, que no tiene gasolina en la moto, pero que el surtidor no terminar de sacar gasolina. Le digo que tiene que meter la tarjeta antes, a lo que me dice que parece que no acepta su tarjeta etc. Le digo que esté tranquilo, como si me tengo que ir a otra gasolinera a traerle gasolina, que tirado no le vamos a dejar. Lo agradece pero el rictus de su cara me dice que no está nada tranquilo. Me acerco a Rafa y veo que reposta sin problema y paga sin problema. Genial. Se lo comento al chico, mueve su moto y se pone en el surtidor de Rafa. Intenta meter la tarjeta, pero le dice que nanai. Dice que no tiene otra tarjeta. Le vuelvo a decir que no se preocupe, que Rafa ha podido pagar, que si eso le pagamos la gasolina y que ya nos dará. Se relaja algo. Total que prueba aquí, prueba allá, le digo el tema de la tarjeta otra vez, que tal que cual, y al final logra repostar. Ya parece que se le ha ido el agobio algo, pero le sigo notando estresado. No sé. Igual es así, igual es su carácter. Nos da las gracias, hablamos un rato, que si es de Sabadell, un poco más de blablablá y al final, deseándonos buen viaje, nos despedimos y salimos. Seguimos ruta y un poco más adelante nos adelanta con su flamante e impoluta moto, nos pita a modo de saludo, pi-pi, y brum, pasa con agilidad. Le sigo con la mirada, y la imagen que transmite encima de la moto es de un nómada de estos de la tele. Seguridad absoluta. Juas. La imagen del tú a tú ha sido muy diferente. Cómo cambiamos con el casco puesto y según qué moto llevemos, eh? Seguro que nos pasa a todos.

Ahora sí, vamos por Arette y llegamos al Col de Labays. Nos metemos y hacemos esas carreterillas de la zona, pasando por el Col d’Ichère. Qué bonito es esta zona. Bucólica. Vueltas, curvas, subes, bajas, muy chulo todo. Salimos de esa vueltilla que hacemos al mapa y llegamos a la Nacional con idea de ir ya para casa, a Jaca. Según vamos “bajando” pasamos por una especie de fuerte. Rafa me comenta que es el Fort Du Portalet. Está arriba, y según nos acercamos veo una carreterilla que sube. Más bien una pista. “A fumar agua” pienso, vamos con las 300, es pista, “subimos Rafa?, será legal?”. Ni idea, es estrecho, y hay gente que va a pie, pero no vemos nada que nos diga que no podemos pasar, así que alehop, para arriba. Como digo es pista con curvas de herradura. Poco a poco subimos y llegamos hasta la puerta. Nos bajamos de la moto y nos acercamos. Es un sitio de pago, qué pena. Le preguntamos si podemos sacar fotos ahí, en una especie de terraza que tienen y me dice que ok, que sin problema. Pasamos, fotos, y salimos. Al salir nos comenta que si volvemos que no podemos subir ahí con las motos. Le comento que no hemos visto señal ni nada que nos lo impida a lo que comenta que casualidad habían estado los bomberos para no sé qué y que no habían dejado puesto qué sé yo qué, que impide que suban vehículos. Todo muy amable. Le damos las gracias y hale, para abajo.

Salimos dirección Jaca pasando por el Puerto de Somport. Qué chulo es. Cuántas veces habremos pasado por aquí, Rafa?, bufs, la tira, eh?, jeje.

Llegamos a Jaca, ducha y hale, a dar una vuelta por el pueblo, que por cierto, está a reventar de gente.

Os dejo la ruta de wikiloc













Jaca – Jaca

Salimos con la idea de buscar pueblos abandonados. A Rafa le gusta ese rollo. Además, yendo con las motos pequeñas te puedes meter casi por cualquier sitio, así que allá que vamos, de expedición, jeje.

Vamos por la zona de Garcipollera en busca de esos pueblos. Llegamos a Castiello de Jaca, donde giramos a la derecha. Según te vas adentrando en la carretera te vas alejando de la gente. Genial. El caso es que llegamos a un sitio donde sale una pista. Tira para arriba. No hemos salido con la idea de “hacer monte”, pero pica la curiosidad, no?. A dónde llevará esta pista? Hablamos un rato y decidimos seguirla. Tira para arriba así que poco a poco vamos subiendo. Nos encontramos alguna langa pero están abiertas. No vemos nada que ponga prohibido lo que sea, algo tan de moda en este país, así que seguimos. A veces la pista pica un poquito más para arriba, o hay más piedra o menos piedra, pero nosotros seguimos. Parece inevitable ver algo que sube y no subir, no?, jaja. Llegamos a un cruce y no sabemos bien por dónde tirar. Estamos en el Collado de la Contienda. Por un parte vemos una señal de prohibido, así que nos quedan tres opciones, o volver por donde hemos venido, o izquierda/derecha. Dudamos. Somos un poco caguetis, jeje. Al final tiramos para la derecha  y seguimos subiendo. Hay una subidita un poco pronunciada con algo de picante pero nada que no se pueda hacer. Brum Brum. Rafa lo hace primero, porque la cagueta mayor del Reino, o sea, yo, tiene dudas. Me indica que puedo subir. Aceleras, aprietas piernas y hale. Llegamos arriba, a una recta donde hay unas vistas tremendas. Me dice Rafa que cree que es la zona de Albarún. Paramos, hacemos fotos, respiramos, nos reímos y disfrutamos de esa soledad en un sitio espectacular.  El caso es que la pista sube para arriba, se ve algo jodidilla, y arriba una antena. “Subimos?”, me pregunta Rafa. Le digo que a no ser que el camino siga más allá, tengo suficiente por hoy. El sitio es muy muy bonito. Me siento bien. Él sube, está un rato y baja. Al bajar me dice que solo es la subida a la antena y que se ve lo mismo, así que nada. Nos quedamos un rato más por ahí y al final bajamos por donde hemos subido.

Según salimos a carretera noto que me destenso. Como digo soy caguetis, pero esta aventurilla me ha gustado mucho. Quiero repetir, es como una droga. De repente quiero ir al fin del mundo con la 300, jaja. Me encanta mi moto.

Enfilamos para casa pasando por Borau, Aísa, Esposa y volvemos a Jaca. Este globito que hacemos es muy chulo. Carretera bacheada, de esas que me gustan con la 300. Nos divertimos, sonreímos. ¿Qué más se puede pedir? Seguimos ruta y hacemos la carretera de Anzánigo. Antes, antaño como dicen algunos, esta carretera era bacheada y antes de conocerla yo debía de ser un auténtico patatal. Ahora, al pasar nosotros, me sorprendo. Está lisa. La han arreglado. Tsé. Para la gente de la zona es perfecto, claro. Para mí, ha perdido algo su encanto, aunque la carretera en sí sigue siendo espectacular. Ahora puedes ir más deprisa. Qué cosas eh? Comemos en el camping de Anzánigo, que, para quien no lo conozca, es un camping motero. Hasta su fallecimiento, en pandemia, lo regentaba Emilio (siempre en nuestro recuerdo), y ahora lo lleva su hijo. El sitio ha cambiado y como siempre me gusta decir lo positivo tengo que decir que la cocina ha mejorado mucho. Comemos. Nos gusta lo que comemos, está bueno, aunque tengo que decir que salgo excesivamente llena. Rafa deja la mitad de su bocata porque se ha comido un montón de mis patatas, que por cierto, están buenísimas y aunque sea capaz de ver el futuro, es decir, esta noche, y saber que si sigo comiendo casi seguro que no voy a cenar, ya que noto que la comida se me está haciendo algo pesada, sigo comiendo. Está bueno, pero es comida pesada para mi estómago. No me gusta petarme a comer cuando estoy con la moto, pero qué difícil es cerrar el pico cuando lo que comes está bueno!, jeje.

Salimos y vamos por Javierrelatre, donde la carretera vuelve a estar como la conocí, bacheada. Me divierto. Acelero, freno, disfruto, y la moto se porta muy bien. Salimos a la Nacional y hacemos el Serrablo. Lo he hecho unas cuantas veces, pero con la 300 no, y menuda diferencia de ir con motos de carretera a ir con una trail. Me encanta. Seguimos y pasamos por Boltaña, Aínsa y tiramos para el Cañón de Añisclo. A pesar de conocer está zona bastante bien sólo es la segunda vez que hago el Cañón. La primera fue con la gordita y sí, el sitio es espectacular. Pero esta vez voy con la 300, es decir, con una moto mucho más acorde para el tipo de carretera que es. El sitio sigue siendo espectacular y si encima le sumo la conducción relajada de la 300, todo es perfecto. Los astros se alinean y voy con la boca abierta disfrutando de cada metro que hago. Esta zona la tengo que repetir, qué pasada de sitio!

Salimos por Nerín y Fanlo y vamos hasta Sarvisé. Todo me gusta, menudo día de ruta que estamos disfrutando. Increíble. Cogemos la carretera nacional a Broto. A la salida de Broto nos topamos con un atasco monumental para entrar al pueblo, es decir en sentido contrario al nuestro. Son kms de atasco. No me hace falta pensar mucho para saber que a partir del cruce de Ordesa el tráfico mejorará, y efectivamente, así es. Da que pensar, todo el turismo que hay, y todos haciendo lo mismo. No sé. A veces me asquea pensar en estas cosas, en lo que se ha convertido el mal llamado “primer mundo”. Cuando pasamos el cruce de Ordesa y dejo de ver esos kms de atasco sacudo la cabeza para quitarme estos pensamientos negativos. Nosotros procuramos huir de las aglomeraciones, no nos gustan. Nada.

Dejo de pensar y vuelvo a la moto, vuelvo al ahora. Brum brum. Seguimos circulando. Todo esto es conocido pero como suelo decir, no por ello deja de sorprender. Me encanta la provincia de Huesca. Sobre todo el norte. A veces hasta valoro el irme a vivir a Jaca pero esos inviernos que suele hacer por la zona siempre hacen que recule, a pesar de que de vez en cuando vaya a esquiar, porque es muy diferente ir a pasar unos días que vivir en un sitio frío, día tras día, donde tienes que ir a trabajar, igual la carretera está nevada o no para de llover, de hacer viento, ese viento de invierno que te corta hasta la respiración. Voy pensando en todo esto mientras circulamos con las motos, en un sitio espectacular, con unas buenas motos, una sonrisa perpetua bajo el casco y la mejor de las compañías. Me siento bien.

Os dejo la ruta de wikiloc

















Jaca – Usurbil

Vuelta a casa, qué remedio. Nos levantamos y entre limpiar algo la casa, hacer equipajes y la pereza que suele dar que se terminen las vacaciones salimos un poco más tarde de lo habitual. Cogemos las motos dispuestos a disfrutar de otro día de moto. Vamos por San Juan de la Peña y antes de llegar a Anzánigo Rafa me comenta que por ahí hay un pueblo abandonado. Buscamos la pista y zas, ahí está. “Nos metemos?”, me pregunta. Como siempre, va con nuestro carácter, dudamos. Vamos cargados con todo el equipaje del viaje y no conocemos la pista, pero bah, venga, vamos. Nos metemos y vamos descubriendo una pista asequible y bonita. Hacemos unos kms, pero decidimos dar la vuelta ya que vamos algo ajustados de tiempo y no sabemos cuánto nos va a costar hacerla. Hacemos de vuelta el camino recorrido, tomando nota mental de que la siguiente vez que vengamos, que lo haremos, la terminaremos e iremos a ese pueblo abandonado. Retomamos la carretera que va a Anzánigo y Ayerbe. Cómo me gustan estas carreteras. Cómo me gusta cómo huele esta zona. Huele a felicidad.

De Ayerbe hacemos la Ruta de los Castillos, es decir, por Uncastillo hasta Sangüesa. Es una carretera bacheada. De las que me gustan con la 300. Por mi parte, la he hecho unas cuantas veces. Hace unos años la hacía varias veces al año, me gustaba, hasta que me cansé del calor que hace por ahí en verano. Entonces dejé de hacerla. Pero esta vez, entre que Rafa no la conoce y que las temperaturas son las adecuadas, vamos por ahí y lo disfrutamos. Rafa está encantado. No conocía el sitio y se sorprende. Le gusta. Me gusta.

Paramos en el “Hostal La Torre” a comer. Típico sitio de tooooda la vida. Lo conozco desde pequeña. Ahí paraban los autobuses cuando íbamos a esquiar. Recuerdo nítidamente el ambiente de esquí de entonces. Todos con los trajes puestos, comiendo un bocata y yendo o volviendo de esquiar. Las colas en el baño de mujeres, interminables. Como digo era pequeña pero lo recuerdo como si fuese ayer.

Salimos por Sangüesa y vamos por Aibar y el alto de Lerga. Qué chulada! No conocíamos. En el Puerto Montejulio nos metemos por Olleta. Esto hay que repetir. ¿Cómo no conocíamos esta carretera? Lo apunto en la infinidad de notas mentales sobre carreteras a repetir que llevo en la cabeza. Llegamos a la Nacional y vamos por Tafalla, Artajona, Mendigorría y Puente la Reina. Buscamos la carretera que lleva a Artazu. Voy primera. Miro mi mapa (prefiero usar mapas antes que gps, a pesar de perderme con cierta asiduidad) y tiro por donde creo que es. Rafa tiene sus dudas, pero no espabilamos. Hay una constante en los viajes. Si yo digo que es por tal carretera, suele ser por la opuesta. No siempre es así, pero sí ocurre con cierta preocupante cadencia. Mi sentido de la orientación es nulo. Casi comparado de manera opuesta con la seguridad que desprendo en ciertas ocasiones. “Es por aquí”, y ya está, y como estoy tan segura (y Rafa tiene sus dudas) nos hacemos la apuesta de siempre: un helado de heladería. Rafa dice que es para otro lado y yo que no. Así que seguimos y me empiezan a asaltar las dudas, lo que en un breve espacio de tiempo (ya que parece no llegar el cruce que según la especialista en navegación, o sea, yo, había calculado) se traduce en un pensamiento de “mierda, he vuelto a perder otro helado”. Así que paramos y efectivamente, he perdido la apuesta. Genial. Deshacemos los pocos kms y retomamos el camino dirección a Artazu, de ahí a Guirguillano, Muzqui, Irujo, Vidaurre, Gemble, Urdanoz, Aizpuru, Goñi, Arteta, Atondo y por fin Irurzun. El motivo del que esté poniendo todos los pueblos es simple: me ha parecido una carretera espectacular, así que dejo aquí escrita la ruta para volver en otra ocasión. Chulísima!

Desde aquí, yendo por Azpiroz volvemos a casa.

Os dejo la ruta de wikiloc









Bueno, y hasta aquí este viaje que ha sido especial por varios motivos. Me encanta la provincia de Huesca, me encanta ir en la 300 pensando en rutas para ella, es decir, son muy diferentes las carreteras que busco para viajar en la 1000 que para viajar con una moto como la CRF 300, donde busco más carreterutxas y donde si veo una pista me meto sin problemas (sin querer entrar en terrenos técnicos, claro, cosas asequibles a mi nivel de conducción y a mis ganas de complicarme el tema, jeje). El hecho de haber compartido días de moto con días de piscina o paseo + comidotas pues encantada, porque a veces busco motomotomoto y otras, como esta vez, moto + relax. Encantada.

Por otro lado, deciros que el pequeño Tao, mi compañero de piso, falleció el 3 de febrero de este año (2025). Se me hace raro extraño y desagradable no venir con prisa para ir a buscarle. Siempre que volvía de viaje iba con la ilusión de ir a por él. Esta vez no ha sido así, y una se siente como "huérfana", o sola, o un sentimiento que no sé bien cómo explicar, pero sí diré que siempre lo llevo dentro, siempre va conmigo, vaya donde vaya, esté con quien esté. Su pérdida supera todo lo pensado y el haber compartido vida con él me hace sentir una persona con suerte, pero con su marcha deja un hueco, un hueco hondo, un hueco que siempre va a estar vacío. Siempre le voy a echar de menos. Su cara, su mirada, su forma de ser, porque me caía muy bien. Era (en mi recuerdo, es) muy buen perro, con personalidad propia. Una personalidad especial, que me gustaba, que me gusta. Por todo ello le echo de menos. Mucho.

Conclusión:

Han sido 8 días de vacaciones, de los cuales 4 días de moto y los otro 4 de piscina, malcomer, helados, horchatas, mierdas varias, bares, música, paseos y relajación. Han sido unos días que he disfrutado, he desconectado y me lo he pasado muy bien. Me han encantado ya que hemos hecho de todo. Y me encanta la 300. Cada día más. Me encanta llevarla de viaje. Me ha cambiado mi forma de ver las cosas. Hay que repetir J

 

sábado, 5 de julio de 2025

Cantabria - Asturias - Galicia - Junio 2025

 Cuando menos te lo esperas

Aquí estamos de nuevo dispuestos a pasar unas vacaciones moteras. No teníamos claro a dónde ir ya que barajábamos varios destinos. Con diez días por delante a veces se nos venía a la mente hacer de nuevo los Alpes Franceses, que eso siempre atrae, o ir con Fernando y Juan (dos amigos) hacia Andalucía haciendo pistas con la CRF300L y la Fantic Caballero 500,… o Granada, que quiero volver, o ir hacia Galicia haciendo ruta…Vamos, que como veis no teníamos para nada las ideas claras. A medida que se acercaban las vacaciones nos íbamos quedando con dos opciones: la de Andalucía para hacer pistas o la de Galicia con las grandes. El viaje de pistear por Andalucía era un viaje ya preparado por Fernando y Juan, llevaban meses con esa idea y ellos iban a ir para allá, pero nosotros dudábamos, mucho, sobre todo por el calor que se venía encima. Al final, después de darle muchas vueltas, como vemos que por el norte no va a llover y las temperaturas van a ser más agradables, decidimos hacer la parte de arriba del mapa con las motos grandes, mientras que Fernando y Juan irían para Andalucía con dos motancas: La Aprilia Tuareg 660 y una BMW 1250 GS.

Así que nada, con la dirección a tomar ya decidida, decidimos ir con la KTM 890 Adventure de Rafa y con mi Honda CB1000R, mi compañera desde hace 11 años, hacia Cantabria con la intención de hacer Asturias y llegar a Galicia con la firme idea de comer pulpo. Ya sabéis que cualquier excusa es buena para coger las motos.

Allá vamos!!

Día 1 Usurbil - Bilbao

Es domingo y aprovechando que está lloviendo, decidimos que yo vaya a Bilbao y pasamos el día ahí. Así que nada, cojo la moto, autopista y directa a Bilbo, que ahí Rafa me ha prometido invitarme a una buena comida como inicio de las vacaciones. Y no defrauda. Croquetas, ensalada de ventresca, merluza, y tarta de la casa. Para terminar un Gin Tonic perfectamente preparado. Así se empiezan bien las vacaciones, claro que sí, jeje

Día 2 Bilbao - Ojedo

Ahora sí salimos con las motos desde Bilbao dirección Cantabria. Nos llegan noticias de Fernando y Juan que han desistido de bajar a Andalucía por las altas temperaturas y deciden venirse con nosotros, así que quedamos directamente por Potes para reunirnos los cuatro.

Hace un día perfecto y las ganas van a la par, así que, brum brum, salimos. Vamos por Zalla y antes de llegar a Ramales hacemos el Puerto de la Escrita. Tenemos intención de ir por Arredondo y Alisas pero como lo hicimos hace poco, cambiamos de opinión y hacemos el Alto de los Tornos que personalmente hace mil que no paso. Es un puerto que me gusta mucho. Subes, arriba es como una meseta y vas en altura. Hace fresco. Vamos con ropa de verano y se notan los 17 grados. Brrr... En este momento no sabemos cuánto vamos a echar de menos esta temperatura en el futuro, pero ya se sabe, a veces no sabes lo que tienes hasta que…

Pasamos por Espinosa y Soncillo. Aquí hacemos el Embalse del Ebro, en vez de por arriba, por “La Población”, vamos por abajo, por Arija. Es una carretera con buen asfalto y bien chula. No la conozco y merece la pena. La gordita va suave suave, qué gozada de moto!. Llegamos a Reinosa y comemos en Espinilla. No queremos comer mucho ya que hemos desayunado algo tarde. Entramos y parece un sitio de los de siempre. Hay cosas para picar, alguna ración y tal pero como si nada vemos un cartel que pone “Desayuno, huevos fritos con patatas fritas y chorizo: 7 euros”. ¿Cómo que “Desayuno” unos huevos fritos?. Juas. Pues nada, ante eso nada podemos hacer!, jaja, pedimos los huevos fritos con patatas y chorizo, que la dueña se jacta de decirnos que las patatas son las de toda la vida, las de sartén. Perfecto. Así que para dentro. Todo muy bueno, a un precio tremendo. Qué bien!. Terminamos el manjar, nos subimos a las moto y hale!, vamos a Alto Campoo. Es un ida y vuelta, ya que es una estación de ski. La carretera es realmente espectacular y arriba unas vistas de cortar el hipo. Está casi desierto, cosa que se agradece. Llegamos arriba, a un parking grande donde solo hay una furgonetilla en un lado, y algo más en otro lado. Nos bajamos de las motos, miramos, disfrutamos del paisaje, sacamos alguna foto, comentas lo extraño de ver una estación de ski sin nieve, pero sobre todo respiras. Vaya vistas, es tremendo. Observas, miras, respiras, sonríes. Estamos contentos de estar ahí arriba. Se está de vicio. De repente vemos que se acerca una moto, una BMW Naked, una 900 creo que es. Vemos a un chico con casco abierto. Sube con cierta prisa o así lo percibo. Llega arriba y se acerca donde nosotros directo, sin dudar. Para la moto y empieza a hablar. Digo lo de hablar por decir algo, realmente es alguien que suelta las palabras por la boca a una velocidad tremenda, como una ametralladora. Ra-ta-ta-ta-ta-ta. En un momento nos dice que tiene un Iphone y es cocinero. Habla muy rápido. No entiendo por qué tiene la necesidad de darnos esa información. Pero él sigue. Ra-ta-ta-ta-ta-ta. Y suelta más cosas. Rafa y yo nos miramos. No entendemos. Y sigue, Ra-ta-ta-ta-ta. Va soltando coletazos. Al parecer en un sorteo le ha tocado que los del Concesionario de BMW de no sé dónde le dejan usar esa moto que monta hasta las 18:00 y hacer unos 400 kms. Tiene prisa. No quiere dejar de hacer kms con ella y lo que nos está pidiendo es que le saquemos una foto ya que se ha quedado sin batería (o algo así, no llego a entender del todo el tema) en su teléfono. Quiere inmortalizar ese momento. Es un hombre peculiar, está claro. Rafa le saca unas cuantas fotos y se las manda a su móvil para cuando tenga batería. Pide fotos sin casco, porque con casco, dice, nadie le va a reconocer. Sigue hablando a velocidad de vértigo. Sigue con su Ra-ta-ta-ta. Echamos unas risas con él. Nos pregunta para dónde vamos, que es hacia la Hermida, nos da el consejo de no ir por ahí, que está en obras, y tal y como viene se va. Zas. Un rayo. A hacer sus 400 kms. Cuando se va noto un vacío. Nos ha dejado con la sonrisa puesta pero como vacíos. Por su forma de hablar y su rapidez, el volumen de información que nos ha dado ha sido abismal y es como si se nos hubiese llevado la energía, jaja. Vaya personaje!

Como nos ha dado la sensación de ser conocedor de la zona, hacemos caso de su consejo y volvemos a cambiar la ruta. Es decir, que de la ruta que llevaba Rafa en la cabeza no hacemos casi nada, jaja, es lo que tiene viajar a nuestro aire!.

Vamos por el Puerto de Palombera hasta Cabuérniga y de ahí hacemos el Collado de Carmona, que es realmente chulo. Llegas a la gasolinera de Puentenansa. Aquí es donde cambiamos la ruta y en vez de ir por la Hermida subimos Piedrasluegas, que es un puerto chulísimo. Muy chulo. Hablamos con Fernando y Juan y nos dicen que ellos ya están por Potes y que ya han reservado en el hotel que Rafa había comentado. El hotel La Toscana . Rafa estuvo el año pasado ahí y comenta que el dueño es muy majo y se está muy a gusto. El hotel está en Ojedo, que es el pueblo pegado a Potes. Nada más llegar vemos a Fernando al a lado de su moto, así que paramos, saludos de rigor pero como tenemos ganas de ir a Fuente De le comentamos que vamos a subir a verlo, por si quieren venir. Nos comenta que ellos andan cansados así que ni cortos ni perezosos arrancamos de nuevo las motos y brum brum!, subimos. Merece la pena. Siempre merece la pena.

Por arriba anda el Parador y al pasar veo motos con matrículas inglesas. Le comento a Rafa que al volver quiero pasar por ahí, quiero buscar a “mis” ingleses, los que el año pasado por estas fechas me ayudaron en el Pirineo. No sea que anden por ahí, vete tú a saber, jeje. La verdad que está todo lleno, como nunca había visto, de ingleses y portugueses. Nunca había visto tanta matrícula portuguesa junta. Subimos, miramos ese muro de piedra que se levanta ante nosotros, majestuoso. La verdad que es una pasada de sitio. Comentamos que algún día tenemos que subir en el funi a verlo desde arriba. Tiene que ser espectacular. Respiramos y bajamos. Al pasar delante del Parador me meto y me acerco a las motos. No son las motos de “mis” ingleses, pero cómo nos gusta mirar motos!. Hay varias motos manchadas de barro. Babeo. Quiero. Je. De hecho hay dos CRF, una Rally y otra como la mía. Con barro. Vuelvo a babear. Quiero. Jaja. Me comenta Rafa que parecemos ladrones de motos, de estos que van a pipear el ambiente y luego hacer lo que no hay que hacer, así que para no levantar suspicacias, no sea que yo qué sé qué, nos vamos.

Volvemos a Ojedo por esa carretera tan chula. Hay poco tráfico. Se disfruta. Llegamos al hotel y ducha al canto, que ya es hora. La temperatura ha subido a 28 grados. Mientras nos duchamos Fernando y Juan no pierden el tiempo. Andan por Potes con una tabla de quesos y embutidos, como tiene que ser. Salimos, nos reunimos con ellos y vamos a cenar. Hace una noche agradable. Les comentamos la idea de viaje que tenemos y se une al plan. Perfecto!

Terminamos de cenar y hale ,a descansar que mañana toca día de moto.

La ruta de hoy ha sido muy chula. Puertos, buena comida y asfalto en general muy bueno!

Hotel + desayuno + parking en la puerta: 69,70 euros












Día 3 Ojedo – Pola de Somiedo

Nos despertamos, desayunamos, comentamos la ruta a salir, y hale, al lío!

Salimos de Ojedo y vamos dirección Riaño. Es un sitio por el que hay que pasar. Nosotros lo conocemos de ir varias veces, pero Fernando no, así que vamos y de paso que lo vea porque merece la pena. Pasamos por el Puerto de San Glorio. Qué decir. Vemos un montón de Porsches, no sé cuántos, van de ruta, como nosotros pero ellos en coche, y no se cortan, zumban, pisan acelerador. Claro que sí, brum brum!. Llegamos a Riaño y me vuelvo a sorprender. Qué de ingleses!, Everywhere!. Fernando lleva matrícula inglesa así que se mimetiza con ellos, pero tanto Juan como Rafa y yo llevamos matrícula de casa y agárrate porque parece que seamos los de fuera! En esa gasolinera somos minoría!, juas. Repostamos y salimos para hacer el Puerto de Tarna. La subida es tremenda y justo arriba está el desvío para el Puerto de Señales, que es la frontera entre Cantabría y Asturias. Aprovechamos a parar y charlar un poco mientras esperamos a Fernando que se ha demorado un poco. En cuanto llega, hale, seguimos recto adentrándonos ya en Asturias. La bajada del puerto está algo rota, así que no la disfruto tanto. A la gordita le gustan las carreteras lisas. Es naked. Me encantan las  motos naked, qué le vamos a hacer, pero el resto del grupo va en motos trail así que supongo que soy la única que va con el culillo dando botecitos, boing boing boing. La verdad que me gusta casi cualquier tipo de moto, y las motos trail también. Siempre ando pensando en comprarme una, el tiempo dirá, pero independientemente de eso siempre hago ojitos a las naked.

El paisaje de bajada de puerto es tremendo. Disfruto. Sonrío. Hablo por el intercomunicador con Rafa. De todo y de nada. Vamos a gusto. Llegamos a Pola de Laviana y giramos a la izquierda dirección Cabañaquinta por el Puerto de Colladona. Qué chulo es!, para repetir. A medida que nos vamos acercando a Uxo andamos pensando en comer, así que en el mismo Uxo vemos un sitio y ahí que vamos. Creo que en ruta nunca me ha costado tanto aparcar. No había sitio cerca! Vuelta vuelta vuelta, jaja, hasta que al final las subimos a la acera donde un paisano nos indica que ahí no hay problemas. Entramos a comer. Esperamos aire acondicionado pero no. Sufrimos su ausencia. Queremos comer algo de picar, nada serio, pero sólo dan menús. No hay ganas, hace calor. No sé. Después de marear a la camarera y a nosotros mismos optamos por medio menú y genial. Comemos, hablamos y salimos de nuevo. Vamos por Pola de Lena donde cogemos el desvío a la derecha hasta Caranga pasando por Llanuces. Es una carretera bonita. Antes de llegar a Caranga giramos a la izquierda para bajar, ya que queremos hacer el Desfiladero de Teverga, la Senda del Oso y el Puerto de Ventana. En diferentes miradores vemos gente con prismáticos. Buscan osos. Y la leche. Osos. Hay que joderse. Osos. Al parecer son escurridizos, no se dejan ver con facilidad. Si yo fuese uno de ellos me preocuparía muy mucho de no juntarme con los seres humanos. Somos lo fucking peor. No me voy a parar a escribir sobre lo que pienso del ser humano y de cómo estropea el mundo. No es lugar para ello, pero dan ganas, eh?

La ruta es una auténtica pasada. Curvas, paisajes, de todo, no quito un km. Paramos, como no puede ser de otra forma, en el Puerto de Ventana a sacar fotos, charlar y descansar un poco. Ya van unas cuantas fotos sacadas en ese puerto de otras veces, pero es que no defrauda. Es genial!. Seguimos ruta y como vemos que Fernando se ha ido quedando un poquito atrás vemos a ver si lo podemos localizar. Al parecer ha tomado algún desvío que no es, así que quedamos con él en Cabrillanes. No sabemos por dónde irá, si cogerá algún atajo o seguirá ruta. Cuando llegamos él no está, así que paramos a tomar algo que viene bien. Hace algo de calor y se agradece la paradiña. Es un bar de pueblo con gente haciendo lo que se hace en los pueblos: la chavalería hablar y los de cierta edad (que puede ser la nuestra, jaja, ay madre) jugando al dominó. Qué recuerdos de cuando era niña y veía a los mayores dándole!. A la de poco tiempo llega Fernando y nos dice que se había colado, pero la verdad no ha tardado nada en llegar así que supongo que habrá venido ágil. Las carreteras invitan a ello. Hablamos de dónde repostar, cosa que la chavalería del pueblo, uno en concreto, nos indica exactamente dónde hacerlo y casi casi hasta el horario de la gasolinera. Me sorprende que un chaval tan joven sepa esa información con esa seguridad. Se agradece. Decidimos ir a pasar noche a Belmonte, donde Roberto, un anfitrión que no olvidamos y que siempre que nos pilla por ahí vamos donde él. Da gusto. Un profesional como la copa de un pino. La carretera hasta Belmonte es muy chula, curvas y más curvas. Llegamos a Belmonte y sorpresa!, el hotel Celá, que es el que regenta Roberto, tiene toda la pinta de cerrado. Nos sorprende mucho. Las veces que hemos pasado siempre ha habido ambiente motero, sobre todo de ingleses que siendo conocedores del sitio van todos los años. Pero nah, cerrado. Unos del pueblo nos dicen que Roberto lo ha dejado pero que el sitio funciona con otra empresa llamando por teléfono. Es decir, llamas, te dan un código y tú te lo guisas. En serio?. Bufs. Llama Rafa por ver qué se cuece y al colgar me dice que le ha dado hasta mal rollo. Bufs. Pensando y mirando (así cualquiera) decidimos ir de vuelta hasta Pola de Somiedo y quedarnos donde hace un par de años: en el Hotel L´blana. El tío nos pareció un somorro, pero bueno, las cosas han venido de esta forma así que llamamos. Hay sitio, genial. Vamos al hotel volviendo por donde hemos venido, y la verdad, no me importa repetir. Disfruto de la carretera. La gordita se porta muy bien. Así da gusto. Llegamos, y vemos que el tío no ha cambiado nada. Seco. No entiendo cómo esta gente regenta algo de cara al público. Nos da las llaves, nos indica que el pago ha de ser en efectivo (uh?) y que no hay desayunos. ¿Cómo que no da desayunos?. Lo que sí recuerdo de la otra vez es que el desayuno estuvo bastante bien. Me dice que el panadero ya no pasa y que para poner pan de molde pasa del tema. Me quedo mirándole pensando que vaya parida me acaba de soltar, pero no queda otra que sonreírle e ir para la habitación. Nos cambiamos y hale, los cuatro para el pueblo. Recordamos de la otra vez una sidrería donde cenamos bastante bien, y también está cerrado. WTF. Vaya pandemia de cierres, no?. Pues nada, buscamos otro sitio y encontramos un sitio con pinta chula donde cenamos muy a gusto. Como hace buena noche, después de cenar salimos a tomar algo a la terraza, y entre conversación y conversación pasamos el rato. Buenos momentos sin duda. Hale, vamos a dormir, que hay que descansar..

Hotel 60 euros sin desayuno.












Día 4

Pola de Somiedo – Taramundi

Nos levantamos y vamos los cuatro a desayunar al pueblo. Desayunamos muy bien y nos atiende un profesional de los de antes. Conoce su oficio, prepara y sirve con rapidez, sin dar un paso en falso. Me fijo en él. Da gusto ver a profesionales haciendo bien su trabajo. Mientras desayunamos Fernando nos dice que por motivos personales se tiene que volver. Es una pena. Habrá más rutas conjuntas, o eso espero porque la verdad que estamos muy a gusto.

Al ir a pagar el desayuno hablo con la persona de la barra. Por cómo habla debe de ser el dueño. Ahora entiendo su forma de trabajar. Eficacia y buen hacer. Le comento lo de Roberto, el del hotel Cela. Me comenta que sí, que lo ha dejado, que es una verdadera pena porque el hombre era una anfitrión muy bueno. La verdad que sí. Volvemos a nuestro hotel, nos preparamos y no sin antes despedirnos de Fernando, salimos Rafa, Juan y yo.

Hace calor. De hecho nos espera un día de calor. Vamos hacia Belmonte, haciendo una vez mas esa carretera. No me canso. Nos metemos por “Las estacas” y hacemos el globo que marca el mapa. Volvemos a la carretera “general” y bajamos hasta Cangas de Narcea. Todo esto es muy chulo, pero sabemos que lo que viene es mejor. Es una ruta que cada vez que venimos por aquí hacemos y siempre, siempre, nos resulta espectacular, así que haya que vamos. Bajamos por el Puerto Natural de las Fuentes del Narcea y vamos hasta San Antolin de Ibias. Hace un calor tremendo. Agobiante. Realmente hace calor. Apufs. Conduces pero el calor agobia un poco. Menos mal que la ruta es chula!. Paramos las motos en San Antolin de Ibias y vamos a comer. Jadeamos de calor. Sofocante. Justo cuando estamos aparcando aparecen nueve motos que van al mismo sitio a comer que nosotros. Conocemos el sitio de otras veces. Dependiendo de cómo esté organizado el tema, sé que nos van a tardar en servir. Shit. Entramos más o menos todos juntos y efectivamente, no se esperaban tanta gente con ganas de comer y menos con el personal que está trabajando. Una persona en barra y otra en la cocina. Punto. Aparte de la gente que ya está en mesas, comiendo o a punto de comer. Preguntamos a ver si hay algo para picar, sin necesidad de menú. Nos dice la persona de barra que no, que solo menú, pero cuando ve la que le viene encima va a cocina a ver qué tienen. Mientras esperamos a que se organice todo, hablo con un de los moteros del otro grupo. Son de Almeria y están asustados con el calor que hace aquí. Me comenta que es peor que el calor que tienen por ahí abajo.  Claro. Aquí hay una humedad de shit, que hace que el calor sea realmente sofocante. Al final nos sienten a todos como buenamente pueden y nos dan de comer. Gente amable y dadas las circunstancias, eficientes. Nos ponen una ensalada, ensaladilla rusa y agua. Todo bueno. Perfecto. Hablamos de la ruta a hacer. La verdad que Rafa y yo no teníamos intención de hacer el Puerto del Connio con este calor. Conocemos el Puerto y sabemos que es una carretera para ir lentos pero como Juan no lo conoce, decidimos ir sabiendo que el calor va a apretar. Cuando salimos a por las motos hablamos con dos moteros que están haciendo trail por la zona.  Me encanta. Las tienen manchadas de barro y son gente de monte. Resulta que uno de ellos ha salido en el canal de “Ponle Tacos”. Ya decía yo que me sonaba su cara…si es que al final estamos todos en los mismos sitios, jaja. Muy majos los dos. Salimos con este calor sofocante y nos dirigimos al Puerto del Connio. Espero calor, pero para nuestra sorpresa no es así. Las temperaturas bajan y se está que da gusto por ahí arriba. Disfrutamos. Qué gustazo. Paramos, hablamos, hacemos fotos. Muy bien todo.  Salimos de nuevo a la carretera que nos sube a Cangas de Narcea y giramos a la izquierda para hacer “El pozo de las mujeres muertas”. Aquí coges velocidad. Se disfruta. Vamos felices. Este puerto es espectacular. Sé que el día que volvamos por aquí lo volveremos a hacer porque siempre lo hacemos, porque merece la pena, porque es un disfrute. Seguimos ruta y vamos hacia la zona de Taramundi. Hacemos el Alto del Acebo y un puerto que no sale en el mapa que se llama “Piedras no sé qué”. Sé que es un nombre curioso pero no recuerdo cuál. Muy chulo. Pasamos por Grandas de Salime, nombre que ya juntas con el de Roberto (otro Roberto), que es la persona que hace el podcast de “Viajo en moto”. Hace unos años cuando pasamos por aquí estuvimos un rato con él y su mujer. Buena gente. Seguimos por San Martín de Oscos hasta Taramundi. Me ha encantado la carretera desde Grandas a Taramundi. No la recordaba tan chula, es genial!.

Llegamos y nos hospedamos en el mismo hotel que la anterior vez. Rafa se acuerda, yo para variar no. El chico que nos atiende es muy majo, facilita las cosas. Nos informa que sí dan cenas pero no desayunos, que la cocina está cerrada mañana (día libre), pero que no pasa nada porque enfrente hay un sitio que dan unos desayunos muy buenos. Perfecto. Nos duchamos y salimos a tomar algo. Buena temperatura, compañía perfecta. Qué más se puede pedir. Cenamos en el mismo hotel y nos tomamos una copa al terminar. Bonito final de día, sí señor. Hale, vamos para la cama que mañana toca ruta.

Hotel 65 euros sin desayuno












Taramundi – Viveiro

Nos levantamos y vamos a desayunar. Efectivamente el sitio merece la pena ya que al parecer hacen ellos todo el tema de la bollería. Tiene una pinta espectacular. Rafa y Juan dan buena parte de ello, yo me quedo con las tostadas, que el pan de toda esta zona me encanta. Hoy vamos sin prisa, así que aprovechamos para comprar algún regalo en una tienda de souvenirs. La verdad que tienen de todo.

Nos preparamos y salimos con las motos. Deshacemos el camino de ida. Cambiamos alguna carreterilla de las que hicimos ayer pero vamos de Taramundi a Pesoz disfrutando mucho. Toda esta zona es tremenda. En Pesoz tiramos para arriba del mapa, por una carretera que el mapa la marca como verde y efectivamente, es una carretera chula. Eso sí, el asfalto deja algo que desear, algo, no mucho, así que disfruto. Unas vistas tremendas. Mucha roca, mucho verde. Qué bonito todo. Vamos por Rozadas hasta Vegadeo donde decidimos parar a comer. Hay varios sitios juntos y nos metemos en uno a comer alguna ración. Vemos que hay un menú a 15 euros así que venga, nos animamos al menú. Recuerdo este menú porque a partir de aquí cambia el viaje. Mientras como el segundo plato, pescado, faneca más concretamente, noto que una espina me hace daño. Lo comento, ya sabes, “come miga de pan, bebe agua”, blablablá, pero sigo notando la molestia. No es agobiante pero está ahí. Terminamos de comer y seguimos ruta. De Vegadeo vamos por la carreta de Trabada hasta Vilanova. Carretera chula. De ahí a Mondoñedo donde paramos a repostar. Termino y pago. Al salir le veo a Juan lavando su moto con esa escoba con agua y jabón que suele haber. Es una costumbre que debería de coger, pero qué pereza, jeje. Le comento algo de la limpieza de su moto y me giro para montarme en la mía. De repente escucho “kanka!”. Me giro y veo que se le ha caído la moto. Ay la leche. Entre los tres la levantamos y aquí no ha pasado nada. Salimos. Va Rafa delante, Juan en medio y yo detrás, y veo cómo Juan intenta poner bien el retrovisor, pero no termina de encajarlo. Se lo comento a Rafa por el intercomunicador así que paramos, vuelta a la gasolinera, se aprieta el retrovisor y hale, ya estamos listos. Genial. Salimos y a la de poco, por el carril contrario, entre un tractor, un camión y un coche, Rafa mete un frenazo que no esperábamos ni Juan ni yo. Éste frena a tiempo y yo también. Termino clavando el freno con contundecia (digo “termino de” porque no pensaba que nos íbamos a parar en seco) no sin antes tener ese pensamiento que dura un milisegundo donde barajas la posibilidad de comerte al de adelante, en este caso a Juan. Sabéis a lo que me refiero, no?, es esa sensación de “hostiahostiahostiaqueledoy”, jeje. Ha sido una anécdota de viaje, sin más trayectoria, pero hay un momento en el que pienso que le doy por detrás de verdad. Arg. Pero la gordita, una vez más, se comporta muy muy bien. Vaya moto tengo, me encanta. Seguimos ruta. De aquí a Viveiro hacemos una ruta que me sorprende mucho. Hacemos la “Sierra de Xistral” pasando por Cuadramon por una carreteras que no te dejan indiferente. La carretera está rota, pero me da igual. Vaya sitio!, Vaya paisajes! Qué paz! Me encanta. Vas en altura con unas vistas tremendas. Es espectacular. Salimos en Ferreira y de ahí vamos a Viveiro donde decidimos quedarnos a dormir. Vaya ruta más chula!.

Nos duchamos, y bajamos a cenar. Juan conoce el pueblo y un buen sitio donde cenar, así que allá que vamos. Él mañana se vuelve para Madrid, que tiene cosas que hacer y Rafa y yo haremos la ruta de vuelta poco a poco, en dos o tres días para casa. Cenamos en un sitio muy acogedor donde nos sirven y nos tratan muy muy bien. Es la guinda para terminar un bonito día. Después de una copa volvemos al hotel a descansar. Por el camino le comento a Rafa que sigo con algo de molestia por el tema de la espina, pero no le damos mucha importancia. Seguro que mañana estoy mejor.

Nos despedimos de Juan, ya que nosotros no sabemos bien a qué hora nos levantaremos ya que mañana haremos día de descanso en Viveiro. Ha sido una gozada hacer ruta con él. Espero que coincidamos más en el futuro ya que, como digo, ha sido un auténtico placer compartir días de ruta.

Hale, vamos a dormir que mañana nos dedicaremos a pasear y comer, que es lo que se hace en los días de descanso.





Viveiro – Lugo

El hotel está muy bien pero pasamos algo de calor. Al levantarnos Rafa me pregunta a ver qué tal mi garganta. Sigo con molestias. Me comenta de desayunar e ir dando un paseo (45 mins)  al centro de salud con la idea de que me miren y de si está la espina me la quiten. Buena idea. Bajamos a desayunar y coincidimos con Juan, así que nos volvemos a despedir con buenos deseos.

Venga, ducha y para la calle que hace un día bonito. Vamos dando un agradable paseo hasta el centro de salud donde me miran y no me ven la espina, así que me recomiendan ir al hospital de Burela que está a 27 kms. Y aquí empiezan las vueltas. Por resumir: vamos al Hospital en taxi donde me mira un otorrino y no me ve nada, pero me hace un informe y me recomienda que vaya al hospital de Lugo directamente a urgencias a que me hagan una endo-no-sé-qué. No jodas. Vuelta en taxi a Viveiro, y vamos en la moto de Rafa a Lugo que está a 100ypico kms. Ingresamos a las 17:15 y vueltas vueltas vueltas. Un par de tubos por la garganta, un TAC y un tubo por la nariz más tarde, han pasado tropecientas horas y algún que otro sufrimiento, siguen sin ver la espina pero sí un edema contundente en la garganta, fruto – se supone – de la dichosa espina y el maltrato (supongo que necesario) físico por parte de tubos para arriba y para abajo. Me recomiendan quedarme a pasar la noche. A eso de la 1 de la madrugada Rafa se vuelve a Viveiro ya que tenemos ahí todo el equipaje, mi moto y un hotel donde nos tenemos que ir al día siguiente. Por lo que luego me cuenta a la mañana siguiente, el viaje de vuelta ha sido horrible. Con frío un una niebla que no veía ni dos metros, y por mi parte a eso de las 2 de la mañana por fin me adjudican una cama en un box. Qué extraño todo, verdad?

Mientras pasan las horas de la noche, en ese duermevela en el que me encuentro, pienso en esta situación. Soy una persona que de vez en cuando y como todo el mundo, asumes ciertos riesgos, y en mi caso está la moto. No os voy a contar lo que ya sabéis, que somos el carenado en caso de accidente y todo lo demás, sino que cuando empiezo un viaje en moto soy consciente de que puede pasar cualquier cosa, y en ese cualquier cosa suelo meter la moto (hasta ahora, en viajes moteros, sólo pensaba en el riesgo que supone la moto). Desde averías, hasta lo que nadie quiere pensar. Pero ahora mismo estoy en el hospi por una espina de pescado. Lo he comentado antes con el otorrino, que una va en carretera con respeto y resulta que estoy aquí por una espina de pescado, a lo que él me ha dicho "Isabel, no hay enemigo pequeño". Cuánta razón tiene!



Lugo – Cordido

Evidentemente duermo mal y poco. Hacia las 12 y media aparece el pobre de Rafa que ha dejado todo organizado en el hotel (donde se comprometen a guardarnos mi moto en el garaje y nuestros equipajes, ya que no tenemos más noches contratadas y no hay sitio en el hotel para contratar una noche más) y ha vuelto a buscarme. Antes de comer me meten otra vez otro tubo por la nariz para cerciorarse. Siguen sin ver la espina. Comentan que lo más probable es que no esté, pero se quieren asegurar. La verdad que me trata todo el mundo muy bien y me hacen todo tipo de pruebas. Qué bien que tengamos Seguridad Social y que funcione!. Me dan de comer y como estoy bien (no tengo fiebre y acepto alimentos) me dan de alta a las 18:00. Según salimos del hospital y nos dirigimos a la moto me dice Rafa que me ve contenta, a lo que le contesto que siempre es agradable salir viva de un hospital, jeje. 

Volvemos a Viveiro (cuarto viaje para Rafa) donde pasamos por una farmacia a comprar los antibióticos, cortisona y otras mierdas para tomar. Voy a pasar por alto este episodio pero unos 20-25 minutos más tarde salgo con los medicamentes en la mano y un pensamiento de “menuda mierda de profesionales tiene esta farmacia” en la mente. Increíble. Corramos un estúpido velo. Vamos al hotel, recogemos todo y salimos. A dónde? Donde podamos dormir. Rafa encuentra una casa rural tremenda en el pueblo de Cordido. El dueño es un motero, se presenta como Jorge, con una sonrisa y una mano extendida que nos ofrece amigablemente. Nos trata muy muy muy bien. Es como un caserío muy chulo, donde dan de comer muuuuy bien y se duerme muyyyy bien. Su mujer es la que cocina y tanto la cena como el desayuno son espectaculares. El sitio me encanta. Está separado de todo, no hay nada alrededor más que las típicas casas gallegas desperdigadas. Realmente después del último día y medio es lo que necesito. Calma, cariño, positividad y buenos alimentos. Perfecto. Me gusta tanto que le comento a Rafa de ir un día, otro, cuando pille, a pasar el día comiendo y descansando.

Cordido – Usurbil

Nos levantamos y bajamos a desayunar. Está nuestra mesa preparada y Jorge, el dueño, igual que ayer, sonriente y con ganas de atender. Qué gustazo. Nos zampamos un desayuno muy bueno y salimos rumbo a casa. La idea es ir directos. Autopista y punto. Voy hasta arriba de antibióticos y cortisona así que venga, hacemos un recto y txinpum. Paramos por Asturias a repostar. Arranco la moto para salir y se oye “PAN!”. Contundente. Agudo. La de la gasolinera me mira a mi. Por qué me mira a mi?, pienso que se le habrá reventado la rueda al de atrás. Es lo que me viene a le mente. Así, de forma rápida. Pero ella me mira sorprendida. Si fuese un cómic, a la viñeta sólo le faltarían los signos de interrogación y exclamación encima de su cabeza. Miro para abajo y veo humo blanco saliendo del motor de la gordita. WTF!!. Qué ha pasado?. Me bajo, la echo a un lado y la miro. Deja caer tres gotas de aceite parece que por la zona del colector. Le miro a Rafa, me mira, estamos flipados. Pero qué ha pasado? Mi no saber. Pues nada, llamo a la grúa. En unos 30 minutos llega. Es motero, entiende mi tristeza. Uh. Se me caen las lágrimas al verla partir. Es la gordita. Tiene alma. Vamos juntas. No sé. Apufs. La aseguradora tarda como la de Dios en mandarme un taxi. Un par de horas?. A saber. Eso sí, el taxista majísimo. Durante el trayecto le cuento lo que ha pasado y él me cuenta sus dos últimos días. Tremendos también. El caso es que fue con la familia a celebrar algo familiar a Lugo (son de Asturias) y su mujer en plena cena se desploma. Plof. De golpe. Me cuenta que piensa que su mujer se va a morir. Son momentos muy angustiosos. Estuvieron en el Hospital de Lugo. Le miro y le pregunto a ver cuándo fue eso. Ayer. Qué dices. Ayer estaba yo en urgencias del Hospi de Lugo. En serio?. Ay la leñe. No es casualidad?. Resulta que los dos estuvimos en urgencias del hospital de Lugo la misma noche. Y ninguno somos de Lugo. Tremendo, no?. Por lo menos fue final feliz. Su mujer ya está en casa y sin problemas. Me quedo pensando en que qué casualidad. Creéis en el destino?. Jum. Algo más de charleta y llegamos al Aeropuerto. Resumo diciendo que a eso de las 18:00 salgo con el coche de alquiler. Es decir, llamé a la aseguradora sobre las 13:00 horas, y sobre las 18:00 estoy saliendo del Aeropuerto en coche. Madremia lo que se ha tardado en todo. La verdad que el taxi tardó la de Dios. No es culpa suya. Al parecer las aseguradoras trabajan con una empresa de taxis, la que sea, y llaman a esa empresa, dándoles igual dónde esté el taxista, de tal forma que si está cerca te tarda poco pero si está lejos, pues eso. Nos despedimos del taxista, que se ha quedado con nosotros por si necesitamos ayuda (gracias) y salimos rumbo a casa. Llegaremos?, Ja!. Rafa se pone delante en moto marcando el ritmo. Yo detrás en coche. Qué raro todo.

Sobre las 22:00 horas y algún sobao pasiengo después por fin llegamos a casa. Estamos cansados pero en casa. Cenamos, y a dormir.



Next day

A la mañana siguiente nos levantamos y aprovechando que tenemos que ir al Aeropuerto de Hondarribia a dejar el coche, paseamos relajadamente por la zona. Es un pueblo muy chulo, digno de visitar. Una vez que devolvemos el coche doy por terminado el viaje. Ahora a ver si las cosas se van poniendo en su sitio poco a poco...qué de cosas pueden pasar sin esperarlo, eh?. Es lo que tiene la vida, que siempre sorprende. Como dice la canción, “enamorado de la vida aunque a veces duela”!


Resumen:

8 días de vacaciones (los restantes que me quedan los paso en casa descansando) de los cuales 5 muy muy chulos, para repetir, pero los últimos 3 se torcieron un poco por la fucking espina y la moto. La moto. Arg. A día de hoy ya ha llegado al taller (ha tardado 6 días) y aún no la han mirado. Las esperas no suelen ser agradables, eh?. Ya veremos.

Los cinco primeros días? Tremendos!, encantada!, comidas, cenas, rutas, buena compañía, estar con Fernando y Juan. Me ha encantado! Habrá que repetir para volver a esa casa rural de Galicia y volver a hacer una vez más la zona de El Puerto del Palo que tanto nos gusta y nos ha quedado pendiente. Porque realmente la vuelta la íbamos a hacer en otros dos o tres días volviendo por diferentes carreteras, y entre ellas está la zona de Grandas de Salime con su Puerto del Palo, que lo hacemos siempre que pasamos por aquí, así que lo dicho, habrá que volver. Está claro. Las carreteras y el paisaje de Asturias son muy chulas, pero ya podrían arreglar un poquito alguna carretera, eh?, jeje. Aunque los que vais en moto trail ni lo notáis!. Y como siempre me pasa cuando vuelvo de vacaciones moteras ya pensando en las siguientes..vamos vamos vamos! 

Nos vemos en ruta!

Por si alguien quiere mirar las rutas de moto, las tengo en wikiloc