Noviembre 2021
Llevábamos desde febrero del 2020
sin salir de vacaciones moteras por culpa de la pandemia, así que ya os podéis
imaginar las ganas que había de dar vueltas, de aquí para allá, incluso dando
igual por dónde pasaras. Sólo rodar. Además, estaba el aliciente de que hay
nueva moto en la familia. Rafa se compró hace un año una Triumph Street Twin
900 y era el primer viaje de su moto. Por mi parte, como desde hace siete años,
visto la CB1000R. Como no podía ser de otra forma, estaba ilusionada con todos
estos ingredientes y con muchas ganas de hacer kms.
Teníamos por delante 10 días de
vacaciones y la idea era, básicamente, andar en moto. ¿Por dónde?. Tenía varias
ideas en la cabeza. Bajar a Granada haciendo ruta y quedarnos ahí unos días, o
ir a Galicia, pasando por Asturias, Portugal, llegar a Galicia, comer, comer y
comer, y volver, o hacer como casi todos los años, la Transpirenaica, que nos
encanta y siempre encuentras algo nuevo. Pero no, claro, a pesar de que el mes
de octubre había sido un mes con días de calor y agradable, en cuanto empecé
las vacaciones, el 31 de octubre, el tiempo se torció. Frío, lluvia, lluvia, y
más lluvia. Genial, no esperaba otra cosa. Ja!. Así que nuestro viaje ha sido
en función del tiempo, tanto meteorológicamente hablando como el tiempo de
reloj, el tic tac, ¿por qué?, porque la noche anterior a nuestra partida fue el
cambio horario, es decir, para las 18:30 estaba oscuro, así que por una vez en
nuestra vida a ver si éramos capaces de parar la moto a las 18:00 horas, más
que nada porque conducir por carreteras reviradas, oscuras y desconocidas como
que no íbamos a disfrutar (o ver paisajes) mucho. La parte buena es que por
primera vez íbamos a llegar a los sitios antes y así poder verlos con más
tiempo, así que de la mano de esto, decidimos dormir en ciudades o pueblos
grandes para poder visitarlos. Pero como digo, lo que realmente ha mandado en este
viaje, es el tiempo, me refiero al sol, la lluvia y el frío. Él decidía el
destino y la duración del viaje. Estábamos en sus manos, y ¿dónde, casi
siempre, hace buen tiempo?. En el Mediterráneo. Así que allá que fuimos, día a
día, sin saber por dónde tiraríamos, y con el parte meteorológico siempre
delante. Toda una aventura. Allá vamos.
Usurbil – Zaragoza – 294 kms
Salimos de Usurbil sabiendo que
en algún momento (o quizás en todo momento) nos va a llover. Decidimos ir por
la carretera nacional hasta Alsasua. Extrañamente hace calor. El día está
nubladete pero hace calor. Así que buena noticia: por ahora no nos vamos a
congelar. Una vez llegamos a Alsasua subimos a la Sierra de Urbasa. Nunca
falla, es espectacular y más con el día que tenemos. Perfecto. Seguimos ruta y
como se acerca la hora de comer paramos en Valtierra. Nos metemos en el único
bar del pueblo que parece que dan bocadillos. Nada más parar se pone a llover.
Qué suerte!. Dejamos las motos bajo unos soportales y entramos. La primera
impresión nos da al ojo. Todo el mundo sin mascarilla. Ahí, living la vida
loca. Nos miramos, miramos fuera (llueve a gusto), así que sin decir ni mú
preguntamos si dan bocadillos. Como es festivo (domingo), no dan, pero sí
platos combinados. Ok. Nos sentamos y pedimos los dos lo mismo: pollo asado con
patatas y ensalada. Arg. Deja bastante que desear pero cumple su función.
Pagamos y al salir, oh, esto sí es llover. Nos sentamos en la terraza (tapada,
claro), sacamos el mapa y decidimos ir directos a Zaragoza. Así que nos ponemos
el traje de agua, aguantas la respiración y hale, a hacer kms. La verdad es que
llueve, pero se lleva, así que poco a poco llegamos a Zaragoza donde encontramos
un hotel asequible donde nos adjudican una habitación algo pequeña. Nos
duchamos y salimos a dar una vuelta. Personalmente tengo que decir que a mí
Zaragoza me ha gustado. De hecho la
Plaza del Pilar me ha impresionado. Ya no llueve, la temperatura es agradable y
la compañía inmejorable. Encontramos un bar donde ponen música muy chula, y más
tarde una pizzería (de nombre Giuletta, por si alguien quiere ir) donde comemos
la segunda mejor pizza del mundo (la pizza que comí en los Alpes – o camino
hacía ellos – aún no ha sido superada). Encima son majos, atienden muy bien y
baratos, así que genial. Volvemos al hotel dando un paseo y a la cama que
mañana toca una buena ruta J
Hotel 3 estrellas + parking +
desayuno + agua: 85,31 euros
En un bar de Zaragoza donde nos tomamos algo nos encontramos con esta moto de exposición. Una Ossa. Muy chula :)
Zaragoza – Valencia – 452 kms
Salimos de Zaragoza por la
Nacional hasta justo antes de Alcañiz. Hasta aquí la carretera no tiene nada.
El tiempo es agradable así que vamos mirando el paisaje y charlando de
cualquier cosa por el intercomunicador. A partir de este cruce empieza lo bueno.
Cogemos dirección Calanda, seguimos hasta Mas de Matas y bajamos por la A226
pasando por Los Alagones y Mirambel hasta Cantavieja. Esta carretera me
encanta. La repetiría (de hecho de vez en cuando la hacemos) las veces que haga
falta. Muy chula. En Cantavieja nos comemos un bocata bien puesto y seguimos
ruta por el Puerto de Mosqueruela y el Puerto de Linares hasta llegar a
Rubielos de Mora. Carretera ya conocida pero que la disfrutas como la primera
vez. Es tremenda. De Rubielos a Zucaina y de ahí a Montanejos. La anécdota en
este trozo es que casi nos quedamos sin gasolina. Nunca (y espero que no más)
hemos limado tanto. Tenemos diferente capacidad de depósitos pero como el
consumo es diferente (sí Rafa, tu moto consume menos :P), siempre repostamos a
la vez. Así que los dos íbamos al límite limitorum (nos confiamos con las gasolineras, y entre que es el Maestrazgo y era festivo, casi se lía). A tal punto que en un
pueblo paramos a preguntar dónde había una gasolinera porque no nos quedaba
para muchos kms. El chico que me atendió me dijo que “él creía que”…”tsé” – le
dije – “no me digas que crees que, porque esto es una urgencia y no vamos a
llegar muy lejos. Asegúrame por favor, si puedes, lo que dices”. Así que el
chico se calla, piensa, me mira y dice “tienes una gasolinera que está abierta
seguro como a 32 kms, y tienes otra que quizás esté abierta o no (es festivo) a
17 kms”. Le doy las gracias, lo comento con Rafa y nos la jugamos ya que a la
de 32 casi seguro que no llegamos. Para ponerle más emoción a la cosa, la moto
de Rafa le va diciendo cuántos kms de depósito le van quedando, a tal punto que
en un momento dado la moto le informa de que ya no tiene gasolina – cero
kilometos – y aun así hacemos unos 20 kms de regalo (doy gracias de que no
tenga el automatismo de pararle la moto. Su anterior moto – la KTM – si el
sensor le indicaba que no tenía gasolina se la paraba – paf - ). Vamos a Montanejos,
a 17 kms. Llegamos, no sé cómo, pero llegamos. Según nos acercamos vemos que
está cerrada. Dios, no. Nononono. Ay ay ay. Cuando llegamos vemos que un coche
para y reposta. Hala!, es automática!. Muas muas!, gracias gracias gracias. En el
cartel pone que la gasolinera se llama Carla. Así que Carla, guapa, eh, muchas
gracias, te queremos, y de hecho te recordamos varias veces a lo largo del
viaje, jeje. Después de repostar, respirar, bromear y sonreír, vamos a Segorbe
pasando por Claudiel. Aquí por obras nos desvían por una carretera que resulta
que es muy chula, que es la que baja por Gátova y Marines hasta Bétera, y de
ahí a Valencia. Decir que de Bétera a Valencia seguro que es más cómodo ir por
la autovía que por la comarcal, que es como fuimos nosotros que es recta
rotonda, recta rotonda.
La entrada a Valencia es un infierno.
Entre el GPS, que va cómo y cuándo quiere, y que todo el mundo vuelve a casa
por el día de fiesta (1 de noviembre), tremendo. Nos equivocamos, retomamos,
equivocamos, en fin, al final llegamos al hotel. Como el tiempo ha corrido cual
rayo en la búsqueda del hotel llegamos algo tarde, así que decidimos quedarnos
un día más en Valencia ya que nos (me) apetece
conocer la city, y además, tengo un amigo que llevo como ¿18 años? (¿tantos?),
sin verle y tengo ganas. Nos duchamos y a cenar. De casualidad encontramos un
sitio muy chulo donde nos ponen bastante bien de cenar. Con el estómago lleno,
nos vamos a dormir en una cama enorme (King), donde, a pesar de que te estires,
no tocas a la otra persona! Madremia!, pero hay camas tan grandes?, por lo que
se ve sí..
Valencia – Valencia (Cero kms)
Decidimos pasar el día en
Valencia. El hotel está ubicado al lado de la Ciudad de las Artes y Ciencias,
que por cierto, es una zona realmente tremenda. Todo el complejo es realmente
espectacular, y justo al lado está el final del viejo cauce del río Turia, que
lo han convertido en una increíble zona para pasear, con carril de bici, gente
haciendo deporte, vamos, en definitiva a mí me ha encantado toda la zona. Un
placer.
Paseamos por el Umbracle,
disfrutamos de sus especies vegetales, de sus arcos y compramos entradas para
el Museo de las Ciencias. La verdad que es espectacular. Estamos dentro hora y
media y salimos, no porque hayamos visto todo, nono, para verlo todo necesitas
más tiempo, sino porque sólo vamos a estar un día y queremos ver más de Valencia.
Tomo nota mental para volver en otro momento para terminar de ver todo el complejo.
Me ha encantado.
Paseamos por el antiguo cauce,
disfrutando del Paseo y de mientras me pongo en contacto con Morde, mi amigo, y
quedamos para tomar una paella. Buen plan. Aprovechamos y pasamos por una
tienda de ropa de moto para mirar algunas cosillas y alguna librería. Todo me
gusta en Valencia!. Hay una red de carriles bici muy amplia y mucha gente con
patinetes y bicis, me encanta! Al mediodía nos vemos con Morde, madremia, hacía
cuánto tiempo que no nos veíamos. Según nos acercamos pienso en si nos
reconoceremos. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez, pero es verle y
preguntarme por qué he dejado pasar tanto tiempo sin verle!. Nos reunimos y
mientras nos comemos una paella, le presento a Rafa y nos ponemos al día de
todo. La verdad que hemos estado muy a gusto. A ver si no dejamos pasar tanto
tiempo para volvernos a ver!
Nos despedimos. Rafa y yo
seguimos pateando por Valencia y como no podía ser de otra forma pasamos por
otra tienda de ropa de moto y vamos
tomando refrigerios por el camino. Al final, cansados ya de tanto andar,
cogemos un autobús que nos lleva de vuelta al hotel. Ducha, descansamos y
salimos a cenar al mismo sitio que el día anterior y otra vez nos vuelven a atender
genial. Qué gusto. Volvemos al hotel y a dormir!
Hotel de 4 estrellas + parking
(dos días): 177,50 euros
Valencia – Altea (Alicante) – 192
kms
Decidimos seguir bajando con la
moto ya que el tiempo y las ganas acompañan. Al salir pasamos por la Albufera,
que no conocíamos. Zona curiosa. Bajamos a Alzira pasando por Sueca y llegamos
a Oliva. Me encanta el Mediterráneo. Quién sabe. Quizás tarde o temprano
termine viviendo por ahí. Vamos hasta Pego y festín de curvas hasta Tárbena,
que es donde nos comemos un bocata. Anécdota: pasamos al bar-restaurante, nos
dicen dónde sentarnos, y qué queremos. El trato es amable y cordial. Un sitio
agradable. Cuando Rafa va a lavarse las manos, viene la mujer, pone un platito
con tomate, cebolla y aceitunas y me dice “algo para picar”. Joe, qué detalle.
Viene Rafa, ve el plato y le cuento que me ha dicho que es “algo para picar”.
Hale, qué detalle, me comenta. Nos sacan los bocatas, café y demás, y al darnos
la nota nos cobran 2,50 por el plato de “algo para picar”. Bufs, pero qué
cutres no?, o sea, yo no te he pedido nada, me sacas lo que te sale del chuchu,
me dices que es “algo para picar” y me lo cobras?, ay ay ay, qué difícil es
ganarse un cliente y qué fácil perderlo. Pagamos (para qué discutir) y seguimos
hasta las inmediaciones de Guadalest, donde está el Museo de Motos Históricas.
Recomiendo visitar. Nos ha encantado. Entras y parece un sitio pequeño, pero
realmente tienen un montón de motos, en perfectas condiciones, todo bien
explicado y bien puesto. Un sitio muy chulo.
Altea – Altea (285 kms)
Al día siguiente nos levantamos. Lo
primero que hacemos al abrir el ojo es no parar de reír. La causa es el vecino
de habitación. Entiendo que tiene un hijo pequeño, porque de repente se oye
como un grito corto y agudo, MIIIC!!, y acto seguido el padre, que se ha debido
de meter un susto como Dios manda que grita “Qué haces! Cooooño!”. Tremendo. No
podemos parar de reír y no exagero al decir que de tanto reir hay momentos en
que me quedo sin respiración y tengo que hacer un ejercicio de auto-control
para pensar en otra cosa y no ahogarme!, pero es imposible, en seguida me
vuelve la escena y venga a reir...tremendo despertar!, jeje.
Hace un día muy bueno así que
decidimos quedarnos a dormir un día más en Altea y aprovecharlo para hacer ruta motera por Alicante. Ya
conocemos muchas carreteras pero no todas, y tener el mapa sin marcarlo todo
escuece, jeje, así que allá que vamos. Brum Brum!.
Salimos de Altea por comarcal
hasta Callosa d´en Sarrià, seguimos por la misma hasta Benasau y cogemos el
desvío que lleva a Sella pasando por el Puerto de Tudons. Tremendo. Seguimos
por Relleu y pasado Argúes giramos dirección Busot donde subimos a Xixona. La
carretera en esta parte tiene curvas de herradura muy chulas y hacemos el
Puerto de Carrasqueta. Qué decir, qué vistas! Qué todo!, Menuda mañana de
curvas!. De aquí vamos a Alcoy donde comemos un menú por 10 euros en una zona
de polígonos. Es un restaurante grande y bien puesto. Nos sirven una ensalada
para picar – esta vez sin pluses, jaja - , un primer plato, un segundo plato,
postres – en mi caso una cuajada que no era cuajada pero que estaba bastante
buena – y café. Todo servido en un comedor grande con mucha eficacia por los
camareros. Buena organización. Todo por 10 euros. Así sí J Por si alguien lo
conoce, este restaurante está al lado de Xavi Racing, una tienda de motos,
donde nos hacen el favor de abrirnos la puerta 30 minutos antes para vendernos
grasa para las cadenas de las motos (que nos la habíamos dejado en casa, vaya
moteros!). Así que ya sabéis, dos sitios que merecen la pena a las afueras de
Alcoy. Como empieza a refrescar nos parapetamos algo más. Vamos hasta Muro de
Alcoy y de ahí hasta Pego donde enfilamos otra vez a Callosa d´en Sarrià y de
ahí a Altea.
Tremenda ruta la de hoy. Desde el
km cero curvas y más curvas, puertos de escándalo, buen asfalto y buen tiempo,
qué más se puede pedir?
La anécdota del día fue a la
noche. Entramos a cenar a un restaurante. Hay tres hombres en una mesa.
Saludas, hola, hola, y te sientas en tu mesa. Mientras hablo con Rafa la voz de
uno de ellos me suena. Miro de reojo y ¿quién es?, Carlos Coloma! Tremendo!,
olímpico en tres ediciones, de las cuales medalla de bronce olímpico en Río
2016 en la modalidad de Cross Country!. Con sorpresa se lo comento a Rafa.
“Rafa, está Coloma ahí”. “No jodas”. “Sí, Coloma”. No quieres molestar así que
haces como si nada, pero en cuanto Rafa se va a lavar las manos no puedo
callarme, y por empezar una conversación con un desconocido sin parecer una
tarada le pregunto a ver si es Coloma (sé que es él, pero cómo empezar sino?) y
le digo que no me acerco a su mesa por no molestar (están con el segundo plato),
que le he reconocido por la voz (cosa que es cierta, tengo el defecto, o como
lo queráis llamar, de no fijarme mucho en el físico de la gente, no suelo mirar
mucho a los ojos, más bien voy mirando al suelo). Él, educado me contesta, me
hace preguntas, de dónde sois, etc.. Se unen a la conversación sus dos
acompañantes. No alargo la conversación, no quiero molestar, pero internamente
me alegro mucho de compartir restaurante con un deportista como él. Cuando terminan
se despide, y yo vuelvo a pensar que qué suerte J
Dos noches de hostal (las motos
duermen en la puerta): 91,20 euros
Altea – Castellón – 356 kms
Desayunamos, salimos de Altea
cayendo dos gotas de agua y temperatura fresca. No nos ponemos el chubasquero
porque ya vemos que es una nube que nos apunta directamente, jeje. Salimos por
la carretera de costa y a 10 kms ya estamos en Benidorm con cielo azul y buena
temperatura. Microclima made in Benidorm. La idea de hoy es terminar de hacer
la provincia de Alicante (ayer nos quedó algún puerto por hacer) y tirar para
arriba. Una vez pasamos Benidorm empezamos a subir puertos. Pasamos por
Finestrat, Relleu y vamos a la Torres de Les Macanes. Subimos el puerto de
Benifalim (muy chulo) y vamos de nuevo a Benasau. De ahí subimos por Gorga,
Facheca, Beniaia (donde me lio, termino metiendo por Dios sabe dónde y tengo
que apretar el culillo para salir, jeje,..), pasamos por Margarida y después
por Benimarfull. Aquí cogemos la autovía casi hasta Xátiva donde comemos un
bocata aceptable en un bar de polígono. Hasta aquí la ruta es tremenda. No
tiene desperdicio.
Después del bocata vamos a Alzira,
Montroi y luego Cheste. Buscamos el
circuito de motos donde nos sacamos unas fotillos. Inevitable. Como se nos echa
el tiempo encima cogemos la Autovía y vamos hasta Castellón. Por la Autovía nos
llueve durante 5 minutos. Dudamos si ponernos el traje de agua pero nah, para
en seguida.
Como anécdota decir que en la gasolinera
donde hemos repostado se pone una furgoneta al lado, oigo que baja una persona
y se pone a mi lado. Demasiado cerca. Intuyo que me mira. Mierda, sé que va a
pasar algo. Lo huelo. Miro de reojo y veo a un tío con pinta chungo, como de
tirado, tez morena, barba de paso de afeitarme, en la comisura de los labios
esa mierda blanquecina que no sé por qué sale pero que me da un para atrás
enorme, sin atisbo de ducha, chándal,
manos en los bolsillos y toda esa parafernalia de “pinta chungo”. Y me habla. Joder.
Me pregunta a ver si mi moto es una 600. Hago como que la cosa no va conmigo,
pero al mirarle a Rafa, que lo tengo al lado, le veo que con la mirada me
indica que me habla a mí. Suspiro, me giro y sin decirle nada le señalo la
cifra de 1000. Se me queda mirando y dice “¿es una 1000?, esto por lo menos
tiene que coger 280 porque yo tengo una 600 y he cogido 270”. Vaya deducción, madremia,
pienso para mis adentros que por qué a mí, Señor, por qué a mí. Le miro y le
digo que no sé cuánto coge la moto, que nunca se me ha ocurrido ponerla a tope,
que esa velocidad que comenta es una barbaridad y que ya tengo más que
suficiente con lo que me da. Me dice que él a su moto la exprime a tope. Acto
seguido me mira de arriba abajo y me dice que él no tiene ropa de moto, así que
le miro y le digo que eso es indispensable. Que si se cae lo menos que le va a
pasar es quemarse toda la piel. Veo que asiente pensativo. Me cansan estas
conversaciones, son absurdas. El blabla se extiende poco más porque no me
apetece hablarle. Por mi mente cruzan imágenes del tío con su 600, en chándal y
a 270. Hay gente que es…como es, eh?
Llegamos a Castellón, vamos al
hotel y como siempre, ducha y a visitar la city. Hay ambientazo. No sé si
Castellón tendrá mucho o poco para ver, pero ambientazo hay. Los bares llenos,
la gente feliz, está claro que saben pasárselo bien. Cenamos en un libanés (de
nombre Al Andalus para más referencia) donde nos tratan muy bien y la comida es
muy buena. Nos encanta el sitio. De camino al hotel vemos una pastelería así
que qué coño, no?, estamos de vacaciones. Nos metemos y pedimos un par de
trozos de bizcocho de naranja, una infusión y una horchata. Madremia, qué bien
se está de vacaciones…
Hotel 4 estrellas + desayuno
(buffet): 74,32 euros
Castellón – Tarragona – 284 kms
Salimos de Castellón dirección La
Pobla de Tornesa con un sol bien plantado, qué gustazo. De ahí pillamos la CV15
y pasamos por Valle d´Alba hasta Sant Pau. Es carretera rápida. En el desvío
hacemos el Coll d´Ares, que nos encanta. Cómo nos gusta subir y bajar!, este
puerto es para repetir. De ahí vamos a Morella donde repostamos. El interior de
Castellón es una zona que está en altura. En verano se está bien pero ya en
estas fechas te tienes que abrigar. Es algo que ya sabemos. De ahí que en vez
de subir por el interior de la provincia, donde hay más curvas y puertos,
vayamos a la par de la costa. Pero Morella ya es interior, y ahí hace fresco, o
más bien, ya empieza a hacer frío. Lo notas. Notas cómo quiere pasar de capa a
capa. Vas notando cómo se enfría la cazadora, llega hasta el térmico y quiere
pasar a la primera capa. Pero ahí es donde has de parar un momento y no dejarle
pasar. Coincide esta situación con el tema de repostar. Genial. Aprovechas a
entrar en calor. Mientras el hombre de la gasolinera me pone gasolina, le
comento en tono irónico que vaya calorcito más rico tienen. Me mira y me dice
que no le diga más, que hoy se ha levantado a las 7 de la mañana, que el
termómetro marcaba -1 grado y que ha tenido que sacar la rasqueta para quitar
el hielo del parabrisas del coche. Tela. Le pregunto a cuántos grados estamos
ahora y me dice que unos 5 gradetes. Normal que el frío haya intentado tocar mi
piel. Si te despistas se te mete hasta la médula. De todas formas el frío no
afecta a todo el mundo por igual. Veo en la gasolinera un tío con una Bmw GT
1200 o de ese estilo, con vaqueros (espero, supongo, quiero pensar, que de
moto), botas de moto, pero de estas de ciudad, caña baja y con pinta de poca
leche, empujando la moto a un lado como si fuese una bici. Joder. Mi héroe. No
le afecta el frío ni el peso de la moto ni nah, De hecho se ha quitado los
guantes (¿por qué alma de Dios?, por qué te los quitas con este frío?). Habla
por teléfono. Y ahí estoy yo, tocando el tubo de escape de la moto de Rafa para
calentarme las manos y ponerme los guantes. Qué campeón.
Arranco la moto sabiendo los
grados que tenemos, cinco, algo que me ronda la cabeza y me influye. Yo no tenía
frío de 5 grados, tenía fresco de 10 grados, así que no creo que haya sido
bueno saber la temperatura, me sugestiona saber los grados. Pienso que aún nos
queda algún puerto por subir y se me pone la carne de gallina. Calculas que si
aquí hace 5 grados, ahí…y miro para arriba. Arg. Vale ya. Disfruta de la moto.
Go go go. Salimos de Morella y vamos hasta Monroyo, cogemos el desvío por
Valderrobles y de ahí a Gandesa. Toda esta zona es muy chula y muy rápida, y a
medida que giras dirección al mar la temperatura va subiendo. Perfecto. Antes
de llegar a Gandesa paramos en Horta de Sant Joan a comer un bocadillo. No sé
qué pasa en este pueblo pero hay un viento de quitar el hipo. Paramos en la
plaza, y veo la gente sentada en las terrazas picando. Pero qué pasa, aquí ni
Dios tiene frío o qué. Yo ya no, pero es que voy con la ropa de moto puesta!.
Aquí hay gente con jersei o manga corta. Por el amor de Dios, de dónde sale
esta gente?, qué son, ¿vikingos?. Nos metemos al bar, amplio y agradable.
Pedimos y nos tardan un poco en servir. De mientras Rafa va al servicio a
lavarse las manos. Me doy cuenta de que hay un abuelo (abuelo abuelo eh?)
recogiendo vasos y platos de las mesas. Entiendo que será el padre del dueño
porque es muy mayor para estar haciendo ese trabajo. Hace las cosas
tranquilamente, sin prisa. Se me acerca. Como Rafa se ha ido me pregunta si nos
vamos ya, le digo que no, que acabamos de llegar. Se me acerca y me dice que
esté tranquila, que estando él ahí no me va a pasar nada (muy paternal). Me
bajo la mascarilla un segundo para que me vea la cara, para sonreírle y darle
las gracias por el detalle. Según se va pienso a ver qué ha visto en Rafa. ¿Un
tío chungo?, pobre Rafita, con la cara de bueno que tiene, jeje. Me río para
mis adentros a la par que me siento tranquila. Pienso que si estuviese con un
tarado las palabras del abuelo me hubiesen ayudado. Menos mal que aún hay gente
que cuida de la gente. La espera merece la pena. Los bocadillos están muy bien.
Salimos, pasamos por Gandesa y de ahí a Mora d´Ebre hasta Tarragona. Me suenan
todos los nombres y me doy cuenta de que el libro que estoy leyendo se sitúa en
esa zona, en la Terra Alta. No había reparado en ello. Qué coincidencia!
Llegamos a Tarragona, encontramos
el hotel, y como siempre ducha y a tomar algo. Pateamos la parte vieja de la
ciudad. Es chula y tiene ambiente. Decidimos cenar en un restaurante que nos
tratan como Reyes. Muy profesionales (Restaurante Ares, muy recomendable). Así
da gusto. Volvemos al hotel y a dormir.
Tarragona – Tarragona (Cero kms)
Decidimos pasar el día en
Tarragona. Nos levantamos y desayunamos en el hotel donde nos sablean a punta
de pistola. 3,50 euros dos fucking tostadas de Bimbo cada uno. Nota mental:
mañana desayunar en el bar que está a la vuelta. Volvemos a la habitación y por
teléfono contrato uno de esos free tours, que al terminar el tour le pagas (o
no) lo que estimes oportuno. Así que eso hacemos, dos horas con un grupo de
gente donde te hacen patear la parte vieja explicándote el por qué, el cuándo y
el cómo de las cosas. Romanos, romanos, romanos. Me acuerdo de la película de
La vida de Brian. La escena de “qué han hecho los romanos por nosotros” y me
río para mis adentros. Peliculón. La verdad que el guía le pone ganas pero no
es muy bueno, pero qué vamos a hacer, ganas le pone, así que al finalizar el
tour le pagas y listo.
Bajamos a la zona del puerto
donde comemos bastante bien. Mejillones, pulpo, dorada y postre. A pesar de que
nos tardan en servir estamos a gusto y disfrutamos de la comida. Volvemos al
hotel paseando y disfrutando de Tarragona. Al llegar el chico de recepción nos
informa de que tienen un problema con agua fría. De hecho no hay agua fría.
Solo agua caliente que sale hirviendo, que afecta a tres plantas del hotel pero
que si no tenemos inconveniente nos cambian a la cuarta, que tiene mejores
vistas. Le decimos que no hay problema y nos cambiamos de habitación. Cierto.
Tiene unas vistas espectaculares. Nos duchamos y descansamos un rato.
Salimos a cenar y volvemos al
mismo restaurante que ayer, que nos encantó. El dueño nos reconoce, nos da las
gracias por volver y nos vuelve a tratar muy, muy bien, y lo que es mejor, la
cena sigue siendo buena. Me encantan estos sitios. No fallan. Para volver.
Hotel 3 estrellas: Dos noches +
parking + minibar (cerveza y agua) + 1 desay
uno: 164,63 euros
Tarragona – Huesca (449 kms)
Nos levantamos pronto porque
queremos pasar por la tienda de Motocard en Solsona, que ando detrás de una
cazadora que ahí la tienen con buena oferta. Estoy casi segura de que me va a
quedar algo pequeña (sólo les queda una talla que me pueda ir bien), pero aún así
decidimos ir para quitarme la incógnita. Como dicen por aquí “es como irse a
tomarse un café a Barcelona pasando por Paris”. Es lo que tiene la moto. Te
montas cualquier excusa para rodar, así que ahí que vamos. La ruta de Tarragona
a Solsona es simple. Quiero decir que vas de pueblo en pueblo sin liarte.
Pla-pla-pla. Tiene kms bastante chulos y disfrutas de la conducción. Llegamos a
la tienda, me sacan la cazadora y efectivamente, me va algo justa. Decido no
comprarla. Dudo, pero al final no la compro (realmente quiero comprarla pero sé
que no es mi talla). Incógnita resuelta. Nos llama la atención la tienda porque
aparentemente tienen poca ropa, pero por lo que nos comenta el dependiente,
tienen mucho más en el almacén, que le pidamos lo que queramos que nos lo van
trayendo. Le pido una cazadora más para probar y esperas a que te traigan. El
sistema de la tienda no nos gusta. Te da hasta “cosa” pedirle cosas, porque el
tío vía teléfono llama al almacén y en unos minutos te la traen. Pero si no te
va la talla vuelta a empezar. No lo vemos, pero bueno, allá ellos. Decidimos no
mirar más, precisamente porque no están las cosas ahí para verlas y salimos
dirección Huesca. Tenemos planeada otra ruta pero como hace un tiempo
espectacular y vamos bien de tiempo nos liamos (muy a gusto) un poco y
alargamos la ruta. Salimos de Solsona por Casteller de la Rivera. Carretera muy
chula. Unos 25 kms cogemos carretera dirección Balaguer. Justo antes de llegar
a Ponts decidimos comer en un sitio que vemos muchos trailers. Ya sabes, si hay
trailers se come bien. Efectivamente, me como un pollo de corral a la brasa
espectacular. Sitio grande, limpio. El camarero muy majo. Genial. Terminamos de
comer y salimos. Unos 4 kms antes de llegar a Balaguer cogemos dirección Tremp.
Realmente espectacular. 56 kms de paisajes impresionantes con buena carretera.
Puro disfrute. Poco antes de llegar a Tremp nos desviamos dirección Puerto de
Montañana. Paisaje chulo pero es carreterilla, asi que te lo tomas con calma.
De ahí a Benabarre y luego a Barbastro. Merece la pena. Una vez en Barbastro
por Nacional a Huesca. Paralela va la autovía. Pienso que igual merece la pena
hacer estos últimos kms por la Autovía por el tema de las multas y demás, pero
al final tiramos por la Nacional. Está anocheciendo y según llegamos a la city
tenemos una puesta de sol espectacular. El cielo junto con las nubes van
cambiando de color en cuestión de minutos y éstas bailan sus formas haciéndote jugar
mentalmente. Tremendo. Tienes que forzarte para mirar a la carretera porque
vaya espectáculo. Una vez llegamos a Huesca, encontramos el hostal y para
adentro. El tío del hostal muy majo y amable. Nos guarda las motos en un garaje
sin cobrarnos un duro. Gracias.
Al llegar a la habitación ordeno
las cosas y me meto en la ducha. Sorpresa. No hay agua fría. El agua sale
hirviendo. Pienso si será o si existirá la maldición del agua hirviendo. Dos
días seguidos! Menos mal que está mi pareja para bajar y avisar. Solventan el
problema en un momento.
Salimos a cenar y vemos, una vez
más como en repetidas veces en este viaje, que el tema de las mascarillas a la
gente, una vez que se meten a un bar, les da igual. Nos extinguiremos solos.
Tsé.
Hostal + parking + desayuno +
agua: 53,50 euros
Huesca – Usurbil (259 kms)
La vuelta a casa la hacemos
sencilla. Salimos de Huesca y vamos por Ejea de los Caballeros. De ahí a
Pamplona donde comemos una vez pasamos la city. Entre Berriozar e Irurzun. Es un
sitio donde habían renovado el año pasado justo al empezar la pandemia. Salimos
y a casa, que tengo ganas de llegar ya que me traen al pequeño Tao, mi perro. Un
inigualable compañero de piso!
Conclusiones del viaje:
Ha sido un viaje muy chulo y
diferente. Día a día ibas mirando dónde ir por el tema del tiempo (meteorológicamente
hablando), así que realmente no sabías qué ibas a hacer al día siguiente. En cuestión
de carreteras, genial. Me han encantado. Puertos, curvas y sitios tremendos. El
hecho de dormir en ciudades (nuestra primera vez de continúo) y parar dos horas
la moto antes de lo normal (por el tema de la luz) ha hecho que las rutas sean
más cortas en kilometraje, pero por contra nos ha permitido todos los días
pasear y conocer. Por estos detalles, como digo, ha sido un viaje diferente,
bonito y entretenido!
·
Total kms: 2.571 kms
Gastos individuales:
·
Gasolina: 201,57 euros
·
Hoteles, comida, cenas, desayunos y demás:
349,37 euros
·
Total gastos: 544,94 euros (Rafa menos porque su
moto consume menos gasolina. No te fastidia, boh. Jaja)
No hay comentarios:
Publicar un comentario