Última semana de vacaciones del año y hay que aprovechar. Rafa me comentó que iban a ser los BMW Days en Peñíscola, y la verdad que a mí donde hay mucha gente no me suele apetecer ir, pero es una excusa más para rodar con la moto. La idea era ir el viernes a la tarde y coger cita para probar alguna moto el sábado, para de esta forma volver entre domingo y lunes (en mi caso tengo una semana de vacaciones más el lunes de la siguiente). Con esa idea decidimos salir el lunes con la moto, dormir por la zona de Soria e ir acercándonos poco a poco a Peñíscola para llegar ahí el viernes. ¿Qué hacer de mientras?, pues la zona de Guadalajara, Serranía de Cuenca, Maestrazgo, todo lo que el tiempo (parece que viene algo de lluvia) nos deje. A medida que lleguemos a un sitio se decide la ruta del día siguiente. Es nuestra forma habitual de viajar y es lo que nos gusta. Más o menos tienes la idea en la cabeza y luego lo que surja. Me encanta. A pocos días de salir Rafa me comenta que por un compromiso familiar le gustaría estar en Bilbao el sábado a la noche, por lo que decidimos llegar a Peñíscola el jueves, para pasar día del viernes en los BMW Days para salir el sábado de vuelta a casa. Con todas estas ideas en la cabeza salimos el lunes rumbo a Soria y luego Dios dirá. Ah!, y este viaje vamos con las grandes, la KTM 890 Adventure de Rafa y cómo no, con mi gordita, la Honda CB1000R. Allá vamos!
Día 1 – Usurbil – Soria 306 kms
Entre una cosa y otra salimos
bastante tarde, sobre las 12:30, así que decidimos ir algo directos. Cogemos la
Nacional hasta Alsasua. De ahí como es habitual pasamos por Urbasa. Sé que
siempre digo lo mismo, pero qué chulo es!, no me canso de rodar por esta zona.
Pasamos por Estella y como se acerca la hora de comer paramos en Sesma ya que
vemos un cartel con la palabra “Restaurante” a pie de carretera señalando hacia
el pueblo. Genial. Entramos al pueblo y vemos el restaurante. Tiene pinta de
que con suerte te ponen un vaso de agua y poco más. Entramos y efectivamente,
qué soledad por Dios, hay una señora mayor, que al entrar nosotros levanta la
cabeza solícita (pero mayor mayor eh?, que piensas que a ver qué hace una señora
de 80 años detrás de una barra). Le preguntamos a ver si tienen algo de comer,
bocatas, pintxos, un algo, y nos indica en otras palabras que ni de palo. ¿En
el pueblo hay algo?, no. Rotundo. Jum. La luz que hay dentro es como de peli de
miedo, así, como tenue, como que si entras no sales, así que ni me planteo
preguntar nada más y salimos de ahí. Siempre sorprenden estas cosas, no?, ¿por
qué siguen teniendo el cartel de restaurante si está claro que ahí no dan
comidas?. Mi no comprende. Nos montamos en la moto y salimos. El siguiente
pueblo es Lodosa, así que paramos en el centro donde vemos varios bares y ahí
que entramos a comer un bocata de jamón. Al entrar al sitio y pedir le comento
a Rafa que ando con algo de destemple. He salido sin el térmico de los
pantalones y empiezo a notar que el cuerpo no va fino del todo. No esperaba
esto. Llevábamos unos días de calor en Gipuzkoa, calor de este de octubre,
calor que aunque sabes que suele llegar, sorprende, y a medida que vamos
bajando hacia el sur la temperatura va bajando, por lo que al llegar a Lodosa
me pongo el térmico del pantalón de invierno ya que la idea es bajar hacia
Soria y ahí poca broma.
Con el estómago lleno salimos y
pasamos por Arnedo hasta llegar a Yanguas. Todo esto es una zona muy chula. Pasado
Yanguas nos desviamos hasta San Pedro Manrique. Qué chulo! Me ha encantado!. De
San Pedro, vamos por Magaña hasta la Nacional y de ahí a Soria. La zona desde
Arnedo, Yanguas, San Pedro Manrique y Magaña es realmente chula. La montaña es
como arenosa, de un marrón que en combinación con el verde de la vegetación es
muy muy bonito. Si te fijas a los lados de la carretera, en el monte, hay un
montón de cuevas y cuevitas, que personalmente siempre me inquietan. Me atraen
pero me dan mieditis. Pienso en lo que habrá dentro, en esa oscuridad que percibes
con solo mirar la boca de la cueva. Se me encoge el estómago y pienso que no
entro ni de palo, pero ¿qué habrá dentro?, jum... dan ganas de asomar el cabezón y
mirar, pero vuelta a empezar con la sensación de aprensión... jeje... curioso.
Salimos a la Nacional hasta
llegar a Soria. Está llena, pero llena de camiones, de trailers. A mí me
encantan. Para conducir son un peñazo y más en moto porque a la hora de
cruzarte con ellos a veces te dejan un viento traicionero que no gusta nada y
lo mismo a la hora de adelantar. Pero la verdad que su presencia me encanta.
Qué bonitos son.
Decidimos hacer noche en el
Parador que hay en la city. Al llegar nos damos cuenta de que por fuera no
parece destacar en nada, pero una vez dentro tiene todas las comodidades de los
Paradores. Salones amplios, personal atento, muy bonitas vistas, una habitación
digna de mención. Se respira tranquilidad.
Nos duchamos y bajamos a Soria a
cenar. Tardas entre 7 y 10 minutos en bajar por un sendero. Pienso que como no
esté iluminado a la vuelta estará curioso el tema. Porque voy con Rafa, si no, me
pensaría el subir de noche por ahí y sin luz. Brrrr.
Llegamos al centro y damos un
paseo mirando un poco todo. Rafa anda con el mono de tomar torreznos así que
nada, entramos a un bar y eso sí son torreznos. Tienen platos llenos con unos
torreznos bien grandes así que hale, para dentro y a comer. A mí no me va el
tema así que picoteo algo de la tapa que nos sacan con las cervezas. Es un bar
curioso para nosotros. Me refiero a que yo no me muevo por ambientes taurinos y
el bar está lleno de fotos de toros. De su estampa, siendo toreados, fotos con
una luz muy bonita. Da que pensar el tema de los toros. Salimos y damos otra
vuelta comentando la ruta de hoy. Ha sido una ruta corta, pero la verdad que
desde Urbasa hasta Magaña es para repetir.
Como va siendo hora de cenar
vamos a un restaurante que habíamos visto con buena pinta. La verdad que
parecía más por fuera de lo que es por dentro, pero bueno, cenamos y salimos
camino al Parador. Comentamos de tomar una copa antes de subir así que nos
metemos en un bar acogedor que hemos visto al pasar y bingo, acertamos. Qué
ambiente más tranquilo, pedimos un par de txupitos y nos sentamos
tranquilamente. A final terminamos hablando con la dueña y con un cliente que
me recuerda mucho a Carlos Sainz (y así se lo hago saber, jeje). La charla es
muy fluida, como si nos conociésemos de toda la vida. El bar se llama Chayofa.
Lo regentan dos mujeres desde hace 10 años pero lleva abierto 50. Al parecer lo
abrió un hombre de Canarias que le dio ese nombre porque él es de un pueblo de
Canarias que se llama Chayofa. Como digo, un sitio digno de visitar si lo que
quieres es tomar algo de forma tranquila con un ambiente muy muy acogedor. Queda
anotado para la siguiente vez que vayamos a Soria.
Subimos por el sendero que
habíamos bajado antes y efectivamente no se ve un carajo. Menos mal que
llevamos la linterna del móvil porque está todo oscuro oscuro. Ya podían
iluminarlo..
Llegamos a la habitación y a
dormir que mañana toca día de ruta!
Día 2 – Soria – Cañamares 336 kms
Me levanto pensando en el
desayuno. Me encantan los desayunos de los Paradores. Está todo limpio, un salón bien bonito y con un personal de
trabajo eficiente. Da gusto. Desayunamos en modo “no hay un mañana” y salimos
con las motos. Tenemos intención de ir por la Nacional hasta Burgo de Osma y
desviarnos por Nódalo pero entre que sales por aquí y por allá, me meto por una
carretera que por lo que se ve nos lleva al mismo sitio pero es una paralela
bien maja. No es que sea el copón de la baraja pero es mejor que ir por la
Nacional. Es la que va por Quintana Redonda hasta Fuentepinilla. Voy con poca
gasolina pero confío en encontrar dónde repostar en breve. Según van pasando
los kms no veo ninguna. Dónde echará gasolina toda esta gente?, alguna tendrá
que haber pero no la vemos, así que nada, seguimos comiendo kms, brum brum
hasta Berlanga de Duero donde espero que pueda repostar. Me suena vagamente que
sí, pero va a ser que no. Según entramos al pueblo me doy cuenta de que no. No
hay. A cambio de eso vemos tres
tanquetas bien grandes de los militares, los cuales se están tomando un café en la terraza de un bar. Me paro a preguntarles a ver si saben dónde puedo repostar
aludiendo que esas tanquetas tienen que chupar lo suyo, jeje. Me indican muy
educadamente y con ganas de ayudar, junto con un señor del pueblo, que tengo
una en un pueblo a pocos kms, en Hortezuela. La verdad que da gusto preguntar y
que veas que te quieren ayudar. Gracias! Les pregunto si nos podemos sacar
unas fotos con las tanquetas a lo que nos dicen que sin problema. Genial.
Paramos y al sacar las fotos nos damos cuenta de que van a salir. Oh!, queremos
ver a las tanquetas en acción!, yuuuujuuuu, así que esperamos a que salgan.
Tardan un poquito, no es como arrancar un coche. Entre quitar los calzadores,
abrir escotillas, entrar, prepararse y demás ya estamos ahí unos minutos, pero
da igual, merece la pena. BRUUMMM..arrancan y salen. Me encantan estas cosas.
Van 12 militares, 4 por tanqueta. Uno atrás, otro adelante, y dos arriba. Al
pasar delante nuestro todos nos saludan a modo de despedida. Estoy como una
niña, brum brum, no me pongo a aplaudir de milagro. Por un momento se me olvida
que es un instrumento de guerra, simplemente me gusta verlos. Es un
espectáculo!. Una vez que pasan nos quedamos sonriendo como niños. Qué
tontería, no?. Hale, vamos a repostar. Es un gustazo poner gasolina cuando
tienes poca, verdad?.
El tiempo está desapacible. He
salido del Parador directamente con el térmico de los pantalones puesto porque
creo que va a refrescar, y sí, tiene toda la pinta. La ruta que vamos a hacer
es la que hicimos de vuelta de la Blackbee de este año y como nos gustó
tanto queremos repetirla. Ya anticipo que no defrauda. Vamos por Atienza,
Condemios de Arriba, Hiendalaencina, Ujados hasta Jadraque. Es una zona muy muy
bonita. La otra vez la hice con la 300 y ahora yendo con la 1000 voy muy a
gusto. Una carretera y un paisaje muy chulo. Para repetir. Tiene una serie de
construcciones de hace tiempo con piedra que te hace pensar en la vida que
llevaban allí. Tenía que ser bien bonito vivir ahí pero sin duda duro, muy
duro. En Jadraque decidimos parar a tomar algo. Después del desayuno que hemos
tomado no hay hambre pero aprovechas a picar algo, descansar, y mirar el mapa.
Cómo nos gusta mirar el mapa. A estas alturas ya nos ha llovido algo y el
viento se está divirtiendo, aún así disfrutamos porque la ruta merece la pena. Tomamos
unas patatas al ajillo entre los dos que están muy muy buenas. Salimos y
seguimos ruta por Utande, Brihuega, Monte Redondo, Durón y Sacedón, donde
paramos a decidir dónde dormir y de paso a repostar. Toda esta ruta merece la
pena, es muy chula. Vamos muy a gusto en las motos. Miramos mapa y decidimos
seguir ruta un poco más a pesar de que el tiempo va empeorando poco a poco.
Como anécdota contar que al repostar, el chico de la gasolinera (bien joven y
guapo, lo tengo que decir pero es que qué guapos vienen todos) me pregunta a
ver si es más seguro ir en moto con lluvia que en coche. No sé qué mirada le debo
de echar pero se ve obligado a compartir su sabiduría sobre las motos
diciéndome que un neumático de moto agarra más que uno de un coche. Parece
convencido. Acto seguido me dice que él no ha montado nunca en moto. Me quedo
mirándole pensando a ver qué le digo. Se me pasan un montón de contestaciones
por la cabeza pero le veo tan guapo que simplemente me apiado de él y le digo
que ignoro si un neumático agarra más que el otro y que sólo sé que el coche
lleva cuatro ruedas y la moto dos. Que todo nos afecta más que en el coche. El
viento, el frío, el calor, la lluvia. Todo. El chico se queda pensando y me da
la sensación de que va a decir algo, pero aprovecho ese lapso para darle las
gracias con una sonrisa y seguir ruta. No quiero que su guapura de desdibuje
con palabras. En fin.
Cogemos la Nacional dirección
Cuenca y nos desviamos hacia Pedro Palmiches, pasamos por Priego y en Cañamares
decidimos mirar dónde dormir, ya que ahora en nada oscurece y refresca que no
veas. Paramos en un sitio donde vemos
motos, pero al tocar la puerta no nos abre nadie. Llamamos al teléfono que marca
y no nos cogen. No entiendo estos sitios. Miramos otro lado que está como en un
camping a las afueras que ni encontramos ni nos convence y al final por
internet doy con un hotel en el pueblo. Estoy destemplada, la verdad que quiero
llegar ya, no quiero andar de pueblo en
pueblo buscando hospedaje. No me apetece. Además, está oscureciendo por
momentos. Llamo, me cogen, hay sitio. Gracias, qué bien. Según nos acercamos
voy pensando que me da igual cómo esté el sitio, o lo que nos cobren, ahora
mismo quiero ducharme y bajar a tomar algo. Según llegamos la dueña nos está
esperando fuera, genial! Nos guardan las motos dentro (al aire libre pero en
su patio). Debe de ser también el bar del pueblo porque hay gente tomando algo.
Somos los únicos inquilinos así que estamos muy a gusto y tranquilos. La dueña
majísima y por 60 euros tenemos una habitación más que correcta, las motos en
el patio del hotel – que cierran con llave - y un desayuno bien majo. Viendo que en el
pueblo no hay nada de nada cenamos en el mismo hotel (mojetes de Cuenca, bien
buenos), con un poco de crema de orujo casera que me gusta mucho. Tengo la
sensación de que cuando voy a hacer algo que “no debo” le suelo preguntar a
Rafa, así que le miro y le pregunto a ver si me tomo otra a lo que me dice que
él no lo haría. “Yo no lo haría”. Arg. Para qué pregunto. A veces me dan ganas
de hacer un WTF y hacer lo que no se debe. Me pregunto si algún día
recuperaré ese WTF que tenía antes. Estoy segura de que alguien de los que me
leen me entiende, o me gusta pensar así. Dudo con la crema de orujo pero al
final decido hacer caso al consejo de Rafa. Sé que tiene razón. Arg de nuevo.
Está bien. Voy a ser buena. La dueña se nos une a una charla muy muy amena
junto con las copas. Hablamos sobre todo de música, de conciertos, del ayer y
del hoy... muy a gusto la verdad. El hotel
se llama “Hotel Río Escabas”. Tienen cerveza artesana bien buena también.
Comento por si alguno pasa por ahí que sepa que ahí nosotros estuvimos bien a
gusto. Nos vamos a la habitación y a dormir, que mañana toca moto. Qué bien!
Día 3 – Cañamares – Requena 379
kms
Nos despertamos y bajamos a
desayunar. Me espero un desayuno normalito al estar incluido dentro de esos 60
euros pero la verdad que está bastante bien, más cuando estamos solos en la
cafetería con todo para nosotros. Terminamos y salimos, como siempre, a mirar
las motos. Está lloviznando, cielo amenazante y viento. Magnífico. ¿Somos o no
somos? Según bajamos con las maletas vemos que ha parado de llover, pero no,
es un momento, porque mientras las cargamos se pone a llover. Tiene su lado
positivo, así no tienes dudas de si ponerte el traje de agua o no. Cargamos
todo, nos plastificamos y salimos. La idea es hacer la Serranía de Cuenca, pero
según vamos adentrándonos en ella el tiempo empeora de lo lindo. Salimos de
Cañamares y hacemos la Hoz de Beteta. El tiempo se va cerrando y llueve. No es
lluvia torrencial pero llueve. Implacable. Pasamos por Masegosa y Lagunaseca.
Para los amantes de Moto GP supongo que es inevitable acordarse del
adelantamiento del kks de Rossi en el sacacorchos. Y digo kks porque quien me
conoce sabe que siempre me ha parecido un guarrete en la pista. Desde que le vi
despuntar. Podría decir incluso que es propio de los italianos pero no me gusta
meter a todos en el mismo saco. Primero porque no es correcto generalizar y
segundo porque no es cierto. Fue una leyenda en vivo, sin duda, pero guarrete
también. Personalmente me gusta el juego limpio. Sé que es un deporte de riesgo
y que la adrenalina es lo que tiene, pero hay cosas que no las veo. Todo eso lo
comentamos mientras vemos (y sentimos) llover y disfrutamos casi nada de las
vistas, porque la niebla nos empieza a engullir. Al final decidimos salir de la
Serranía porque así no disfrutas, con el culo prieto y solo ves lluvia y
asfalto mojado. Hacemos el Puerto de Cubillo con una niebla intensa y paramos a
las afueras de Albarracín, en un área de descanso. Aquí ha salido algo el sol y
parece que vamos a dejar atrás la lluvia. Después de 1h30 min de Serranía con
lluvia no está mal. Rafa me comenta de quitarnos los trajes de agua pero le
digo que yo no. El tiempo sigue amenazante y además, quiero que se seque bien
antes de guardarlo. Antes de salir empieza a llover de nuevo, y lo bueno que
tiene todo esto es que sale el arcoíris. A quién no le gusta?, parece que está
ahí, que lo puedes tocar, pero no, es curioso. Rafa me habla del dicho de que
se esconde un tesoro donde el arcoíris toca tierra, y ahí andamos hablando
mientras los kms van pasando.
Vamos por Gea de Albarracín. Todo esto es carretera chula pero con el tema de la lluvia no la puedes disfrutar como nos gusta. Y de repente, así, como quien no quiere la cosa, la recta. Y digo la recta porque es la recta del aeropuerto. La hicimos creo recordar hace un par de años y yo no sabía que ahí había un aeropuerto. ¿Pero salen aviones de ahí?, ni idea. Paramos en Teruel a repostar, donde Rafa tiene una conversación un tanto curiosa con el de la gasolinera respecto a la gasolina que no echan y se queda en la manguera. ¿A quién le pertenece? A saber.
Decidimos bajar por la Nacional dirección Valencia. Es una Nacional disfrutona. Además ha parado de llover y vamos bien. Paramos en un pueblo que se llama “Libros” a comer en un sitio que está al otro lado del río. Qué suerte de sitio! Tienes bocatas, platos combinados, estamos casi solos. Es amplio y limpio y la mujer que lo regenta muy muy maja. Comemos bien a gusto mientras los trajes de agua se terminan de secar. Descansamos un rato, guardamos los trajes de agua y salimos hasta Ademuz. Hemos venido expresamente por aquí porque quiero repetir esta ruta. La hicimos hace un par de años y me impresionaron las carreteras y paisajes que tiene. La intención es bajar por Casas Bajas pero está cortado por obras. En serio?, qué pena!, pero bueno, cogemos una carretera alternativa que la otra vez no hicimos y vaya sorpresón! Vamos por Val de Salina y Puebla de San Miguel, qué pasada!, nos encanta la carretera, el paisaje, el olor, todo! Es una carretera estrecha, con marcas viales, con un asfalto nuevecito y un paisaje tremendo. Realmente espectacular! Seguimos hasta Losilla de Aras, muy muy a gusto, me encanta todo esto, brum brum! Aquí hacemos el globito que marca el mapa hasta Titaguas por carreteras rápidas. El tiempo se vuelve a enrarecer y amenaza, pero por ahora aguanta. Bajamos por Benageber. Esta zona es impresionante. Según vamos avanzando veo algo de reojo y ostia!, me sale un corzo de un lado de la carretera, freno y veo otro y otro y otro y otro, pero ¿cuántos son?, como diez corzos atravesando esta carretera estrecha y subiendo por una pendiente que no la bajo ni en mi bici de montaña. Qué pasada!, cómo me gusta verlos! Vaya ruta madremía. Seguimos hasta Casco de Medina, donde paramos para llamar y buscar hospedaje. Mientras estamos parados, de charleta y buscando hotel se nos cruza una ardilla bien maja. Va dando saltitos, ping ping ping, feliz, o por lo menos lo parece. Siempre sonrío al ver una ardilla, qué majas son! Conseguimos alojamiento donde estuvimos la otra vez, en Requena, así que ya tranquilos sabiendo que vamos con sitio cogido salimos por Villar de Olmos hasta Requena. Qué chulo es todo esto, vaya carreteras para las motos, dan ganas de venirse a vivir aquí, jeje
Ya en Requena, ducha, paseo y a
tomar algo. Qué gustazo todo!
La ruta de hoy ha sido
espectacular. La pena es que nos ha llovido, porque hacer esto de tirón creo
que ni respiras de la impresión de carreteras y paisajes. Hemos tenido de todo,
lluvia, algo de frío, sol y habremos visto como 6 ó 7 arcoiris de las veces que
ha parado de llover. Entre los corzos, la ardilla, los arcoíris, la ruta, el
paisaje y la compañía, vaya día mas chulo!
Vamos a dormir, anda, a recuperar
que mañana toca moto de nuevo!, yuuujuuu..
Día 4 - Requena – Benicarló 334
kms
Desayunamos, nos vestimos de romanos y venga, vamos a ello! Salimos de Requena con algo de viento y con un poco de sensación de frío. Parece que el sol quiere salir pero hay unas nubes que le impiden asomar el cabezón del todo. Hacemos la carretera que va hasta Losa del Obispo. Si coges el mapa va en oblicuo hacia arriba. La hicimos hace un par de años y me pareció espectacular así que le comento a Rafa de volver a hacerla y no falla. Pasas por Chera, Chulilla hasta Losa del Obispo y no quito ni un km. Realmente espectacular. La volvería a repetir ahora mismo. De Losa tiramos hacia la izquierda. Noto que el tiempo está inestable y las nubes que vemos a lo lejos lo acentúa. Vamos dirección Mordor. Teóricamente tendría que hacer buen tiempo pero parece que no vamos a tener suerte. Pasamos por Chelva, Titaguas y vamos hasta Aras de los Olmos. Sopla el viento y va en aumento hasta tal punto que ya empieza a ser molesto. Tengo la sensación de que el día va a ser complicado pero las carreteras por las que circulamos son realmente espectaculares así que procuro disfrutar. De Aras de los Olmos vamos hasta Losilla de Aras. Pasamos por Torrijas hasta llegar a Mora de Rubielos. Todo esto es muy chulo, realmente espectacular! Vaya carreteras! Seguimos haciendo kms, disfrutando, pero el tiempo nos empieza a sacar los dientes y parece que se pone serio. Como es hora de comer paramos en “Ventas del Aire” a comer. No conocemos el sitio pero hay trailers parados, buena señal, sin duda. Entramos y nos encontramos un sitio flipante. Es grande, tienes para comer de todo, desde menú, bocatas, pollo asado, no sé, de todo! No tengo hambre pero la idea de pollo asado… mmm... así que no puedo evitarlo, Rafa se pide un bocata de panceta y yo el pollo asado. Qué buena pinta!, si pasamos por aquí de nuevo seguro que vuelvo. El restaurante se llama “Los Maños”, para que no nos olvidemos, jeje. Vemos moteros por la zona, algunos igual van para el BMW Days, pero otros seguro! Se les ve a la legua!, jeje. Parecen una tienda andante de motos y accesorios BMW.
Terminamos de comer y salimos.
En vez de tirar para el Puerto de Alcalá, que era nuestra idea,
decidimos ir por el Puerto de Linares. Toda esta zona ya la conocemos. Hagas lo
que hagas es tremendo pero vamos en esa dirección por acortar algo la ruta ya
que el viento empieza a despeinarnos de verdad. Seguimos ruta, seguimos
haciendo kms, seguimos haciendo unas carreteras y unos puertos tremendos, pero
el viento va a más y la lluvia parece instalada. El frío ha venido a visitarnos
hasta bajar en un momento a 6 grados por lo que el tema no es nada agradable,
todo lo contrario, y no tiene pinta de parar. Quiero pensar que según nos
vayamos acercando a la costa parará, pero por ahora hace malo, sin duda.
Pasamos por el Puerto de Mosqueruela hasta Villafranca y aquí dudo por dónde
tirar. Opto por ir por la Iglesuela del Cid, ya que nunca hemos hecho esa
carretera y aunque haga mal tiempo en, como quien dice, nada, estamos en
Morella, pero no, error, o no sé si error pero el viento pasa de ser fuerte a
por mi parte, casi insoportable. Subimos a altura y empieza a no dejarme conducir
bien. Rafa parece que va bastante mejor que yo, que estoy sufriendo, mucho. De
hecho voy muy lenta y el viento me mueve, me quiere tirar y las estoy pasando
canutas. Por el intercomunicador le digo a Rafa algo que no quiero decir en
alto, pero lo hago “ostia, no sé si voy a poder seguir”, y según lo digo sé que
es una chorrada porque ¿qué vas a hacer?, ¿pararte en mitad de la nada con un
viento de costado que no puedes ni sujetar la moto? No, sigue, vamos, poco a
poco, sigue, shhhh, sigue, tranquila, sigue. Y sigo, como puedo, qué mal.
Empezamos a bajar cosa que agradezco en el alma y el viento, no deja de tirar,
pero afloja un poco. Puedo respirar. Creo que lo malo ya ha pasado. A pocos kms
de llegar a Morella empieza a amainar y para cuando paramos en la gasolinera del
pueblo ya está todo bien. Cómo cambia el tiempo!. Según repostamos hay más
moteros y hablamos del tiempo. Hemos venido de diferentes puntos y la tónica
general es lluvia frío y viento, menos el que viene de Benicarló que dice que
ahí hace bueno. Genial, buenas noticias. Nos despedimos y salimos. Noto cómo la
temperatura va subiendo y la tranquilidad vuelve. Genial. Y es cierto, según
nos acercamos todo mejora y al llegar parece mentira el tiempo que acabamos de
atravesar!, tremendo. La Nacional que lleva a Benicarló está “arreglada” y se
ha convertido en una recta algo insípida pero la verdad, no me importa. Qué
buen tiempo, qué buen rollo, jeje brum brum!!
Aquí dormimos de nuevo en
Parador, así que allá que vamos. Es un Parador playero, pero por dentro, como
todos, muy chulo, con sus salones y habitaciones amplias y un personal que así
da gusto. Genial.
Salimos a tomar algo y a cenar
algo de pescado, que está muy bueno. Eso sí, después de cenar paramos de camino
al Parador a tomar una copa y el Gin Tonic 9 euros! Dios, qué desfasada debo
de estar, pero eso es caro, no?, jaja
Vamos a dormir que mañana vamos
al BMW Days!
Día 5 – BMW Days
Nos despertamos y bajamos a
desayunar. Como siempre en Paradores un desayuno tremendo. Está todo buenísimo.
Mirando información del evento me doy cuenta que el viernes no hay nada a la
mañana, que la movida empieza sobre las 15:00 horas, así que decidimos ir
andando a Peñíscola y conocer el sitio. Día perfecto, compañía perfecta. Son 7
kms los que nos separan de un pueblo a otro y casca el sol. Andamos, pasamos
algo de calor, paramos a picar algo, seguimos, llegamos, motos motos motos, y
más motos. Hora de comer así que vamos a buscar sitio. Los trabajadores de los
restaurantes te salen al paso para decirte lo que ofrecen. Todo correcto. Todo
ok. Hasta una chica con acento del este nos pregunta si somos vascos. Cómo lo
sabes?, le pregunto, y me dice que por mi corte de pelo!, Díos, qué puñalada me
acaba de dar!, jaja. Nos echamos unas risas y decidimos ir a una comer una
paella. Al final terminamos en un sitio donde se come más o menos bien, nos
pedimos un helado de camino que está bastante bueno y vamos al evento que ya
han abierto.
El ambiente es totalmente motero,
hay motos por todos lados. Nos acercamos y hale, para adentro. La entrada es
gratis pero si quieres acceder a algunas cosas te tienes que dar de alta. Nunca
he estado en un evento así y puedo decir que está todo muy bien organizado. Vas de sitio en sitio viendo motos, te sientas sobre ellas, puedes tocarlas, hacer fotos, de todo, también hablamos en varios stands con la gente que está para atenderte, por ejemplo de
viajes de motos, de modificación de asiento, de modificación de amortiguadores,
de viniladores. Cualquier duda que tengas sobre motos hay un stand que te lo
explican todo muy bien. Y motos, motos y más motos. Estoy encantada. Hasta Rafa
se monta en una moto tremenda, que está anclada y puedes hacer caballitos! Estamos unas horas dando vueltas, mirando todo, me encanta. Hasta pasamos por
el parking de motos a mirar más motos! Nos encantan, qué le vamos a hacer.
Anochece ya así que nos tomamos un algo en una terraza, cogemos el bus y vuelta
al Parador. Arreglarse y salir a cenar... ahhhh, insisto, qué bien se está de
vacatas!, jejeje
A dormir que mañana toca día de
vuelta!
Día 6
Benicarló – Corella
El plan es que Rafa vuelve a lo
rápido a Bilbao y yo hago algo de ruta hasta Corella que mi hermano anda por
ahí, pero cuando llegamos a Morella Rafa me dice que se anima a venir conmigo y
según a qué hora lleguemos a Corella o se queda o tira para Bilbao. Perfecto!,
qué bien!. Por cierto, antes de llegar a Morella nos cruzamos con una romería.
Cuánto tiempo que no veía una! Años! Estaba ahí todo el pueblo. Da que pensar.
De Morella vamos por Forcall
hasta el Puerto de Cantavieja. Toda esta zona ya la conocemos pero da igual, es
espectacular. Eso sí, según salimos de Morella y cogemos altura el frío vuelve
y el tiempo se enrarece, amenaza. Este viaje parece ser la tónica. Le pregunto
a Rafa a cuántos grados estamos y me dice que volvemos a los 8. Bufs, qué
pereza de frío. Brrr. Seguimos esta tremenda carretera pasando por el Puerto de
Villaroya a 1700 metros hasta Allepuz. Todo esto es para repetir. La
temperatura para mí es algo justa, por no decir fría, pero por lo menos no
llueve ni hace el viento del otro día, cosa que se agradece mucho. Sé que por
aquí el paisaje es bien chulo, porque lo hemos hecho más veces pero en esta
ocasión poco vemos, una pena. Vamos hasta Teruel y esta vez sí nos metemos por
donde me quería meter a la ida. Veo el camino de casualidad y ahí que voy y
menos mal!, Ya sé que me repito pero qué sorpresa! Por aquí tengo que volver,
quiero pasar de nuevo. Es la carretera que va por San Blas, Bezas, Abrigos
hasta Albarracín. Insisto: si tenéis oportunidad hay que hacerla. Yo tengo en mente repetirla. Me ha encantado. Qué paisaje mas sorprendentemente chulo! Es
zona de rocas bien bonitas. Es curioso pero según lo hago ya estoy pensando en
volver a pasar, jaja
Vamos a buen ritmo porque no
quiero llegar tarde a Corella por si Rafa ve la opción de ir a Bilbao y así que
esté tranquilo y cómo no, la CB1000R se porta de escándalo. La verdad que es
una moto que está muy bien hecha, y en carreteras lisas es tan suave que es
como si levitara. Y cuando se enfada madremía, qué carácter! Me encanta mi
moto! Brum brum!
De Albarracín vamos por Noguera y Orihuela del Tremedal. Vamos bajando por una carretera estrecha pero bien asfaltada con unas vistas muy bonitas. El tiempo ha mejorado y voy mas relajada. De repente veo de reojo un movimiento y para cuando miro, a mi derecha muy cerca de la carretera, excesivamente cerca, tengo un corzo dispuesto a cruzar. Va rápido, el ruido de las motos le ha asustado. Ostia, ostia, ostia, no no no. Sé que no voy a poder evitar el impacto, viene directo hacia mi, lo tengo muy cerca, a escasos dos metros, así que agarro el manillar con fuerza pensando que vaya galleta nos vamos a dar, tanto el animal como yo. En el último momento el corzo reacciona, le miro y veo claramente cómo al frenar su carrera en mi dirección clava las patas en la tierra, se gira, hace un quiebro imposible y se va dando saltos por donde venía, a velocidad rayo. Dios, qué ha sido eso. Qué rapidez, qué reflejos. Por mi parte ya estaba vendida, rendida al impacto, apufs..menos mal que el corzo ha tenido más reflejos que yo. Qué suerte he tenido. Apufs..
Es la hora de comer y ya vamos pensando dónde comer. Al pasar por un pueblo veo sillas, gente comiendo y buen ambiente así que ahí que voy. Según me voy acercando pienso que no, que... ¿qué es eso?. Aparco, me bajo de la moto y pregunto si dan comidas. Se miran entre ellos y me dicen que nos sentemos, que comparten. Ui la ostia, pero ¿esto no es un bar?, jaja, me dicen que no, que se han juntado unos vecinos de almuerzo-comida pero que hay sitio para nosotros también. Qué majos!, les agradezco el gesto, mucho, pero no queremos molestar así que les pregunto dónde comer unos bocatas o algo y me mandan al siguiente pueblo. A la de pocos kms nos metemos en un desvío, veo bar y me paro. Genial. Fuera hay tres hombres, vestidos de camuflaje, charlando. Me viene a la mente la peli de “Civil War”, ¿la habéis visto?, está bien. Una vez vista te das cuenta de que tiene más miga de lo que pinta en un principio. Saludamos y entramos. Es un bar pequeño, y todos, absolutamente todos van vestidos de camuflaje. Es bar de cazadores. Con el tema de la caza me contradigo yo misma, no entiendo cómo alguien puede matar a un animal pero por otro lado lo cazan y se lo comen, ¿qué es mejor?, ¿eso o ir a la carnicería a comprar un animal que igual ha vivido encerrado toda su vida? Como digo hay contradicción en mis palabras pero sigo sin ver que alguien pueda matar y disfrutar haciéndolo. Nos tomamos un pintxo de tortilla, nos montamos en la moto y seguimos ruta hasta llegar a Molina de Aragón. Qué gustazo de carreteras. Seguimos, no hay respiro, vamos, qué ganas tenía de ir alegre con la moto, jeje. Y aquí viene otra sorpresa. No sabemos bien qué carretera es la más recta a Corella y tras hablarlo decidimos ir por la Nacional hasta Maranchón. A medida que vamos subiendo en el mapa las temperaturas y el tiempo en general suaviza. Qué placer. Subimos para arriba por Sagides y Arcos de Jalón. Tenemos duda en el pueblo. Nos liamos, ¿por aquí?, ¿por allá?, damos alguna vuelta hasta dar con una patrulla de la Guardia Civil a los cuales preguntamos. Es una pareja que están dentro del coche. Me paro al lado y pregunto por dónde ir hacia Almaluez. El chico me responde de forma extraña, como si hubiese molestado y la chica que tiene al lado, que claramente está al mando le mira de reojo como pensando que menudo bobo y me señala por dónde ir. Se agradece, gracias! Al llegar a otro cruce, que está sin señalizar, nos volvemos a parar y esta vez se nos acerca un chico para ofrecernos su ayuda. Qué gustazo de gente, jeje. Por fin seguimos ruta. Pasamos por Monteagudo de las Vicarias, Serón de Nágima, Jaray, Ólvega, Ágreda. La sorpresa es la carretera de esta zona de Maranchón hasta Arcos de Jalón más o menos. Es estrecha, perfectamente asfaltada, con un paisaje plano lleno de molinos de viento y unos colores que llaman mucho la atención. Me encanta. Realmente es una recta o casi, pero la disfrutas. Otra zona para apuntar, hay que volver. Ya en Ágreda cogemos la Nacional hasta Corella.
Una vez que llegamos a Corella
Rafa decide ir de tirón a Bilbao y yo me quedo en casa de mi hermano y familia.
Después de muchos kms, mal tiempo, frío, viento, lluvia, sol, de todo, da gusto
volver a la civilización, como digo yo, es decir, a un sitio familiar, donde se
come en casa, en familia, tienes tu cama y te notas parte de algo. Es
agradable.
Bueno, voy a dormir que mañana me
queda la ruta de vuelta y ando pensando por dónde volver. Como se suele decir,
Dios proveerá.
Corella – Usurbil
He dormido bastante bien. Me
levanto, desayuno y a la terraza. Los de la casa están de fin de semana y andan
trasteando, arreglando cosillas, jugando con la perra, leyendo. Todo es muy
relajante así que me uno. Realmente no sé si voy a hacer ruta, comer aquí, en
mi casa, de camino… ni idea. Sólo sé que estoy a gusto. El tiempo acompaña,
juego con la perra, mi sobrino, colaboro en cosas de casa pero llega un momento
en que pienso: moto. Y ya está. Me visto, me despido y salgo. Brum Brum. Cómo me gusta!.
Mirando el canal de Telegram de Moteros Jatorras veo que han quedado para comer cerca de
Eugi, así que allá que voy. Llego algo justa de tiempo, porque, para variar, por
Pamplona me lío, pero llego. Comemos, muy a gusto, charlamos y hale, de ruta.
Volvemos por la zona de Izpegi y demás. Me encanta. El ritmo es alegre y voy
muy muy a gusto. Según vamos llegando la gente se va despidiendo en ruta, ya
que mañana les toca currar, y por otro lado hay quien se une en mitad de la
ruta. Qué buen ambiente. Según llegamos, la mayoría se queda a tomar algo en un
bar y yo, que llevo siete días de ruta y ando algo cansada decido irme a casa
con una sonrisa en la boca. Qué buen fin de viaje!
Conclusión:
Después de más de 2.000 kms puedo decir que estas vacaciones han sido algo
complicadas por el tiempo. Frío, viento, lluvia, incluso algo de calor. Es lo
que tiene la moto. Las zonas por las que hemos rodado son tremendas. Es que no
quitas un km, pero la pena el tiempo que no nos ha dejado disfrutar como
queríamos. De hecho la zona de la Serranía de Cuenca la queríamos exprimir más,
pero el tiempo es quien nos ha marcado las carreteras a seguir. Por el
contrario, a causa del susodicho hemos pasado por carreteras que pensaba que no
íbamos a pasar, que me encantan, y otras que hemos descubierto y hemos
alucinado, así que todo muy bien. Sin duda carreteras para repetir.
Unos 10 días después de que
hayamos estado por la zona de Valencia ha llegado la DANA y se ha llevado
muchas vidas por delante, van doscientas y pico, más no se sabe ni cuántos
desaparecidos. Una desgracia que nadie pensaba que iba a ocurrir. Una mierda
todo, por decirlo claramente, y a día de hoy, según hay gente que aún no tiene
corriente eléctrica en casa ni sitio donde pasar la noche y/o familiares,
amigos, que han muerto o desaparecido, que están sufriendo mil historias, los
políticos siguen echándose cosas en cara y cómo no, nadie tiene la culpa de haber avisado o no o no sé qué mierdas dicen. Sin comentarios, menudos
farsantes. Mucho ánimo a toda la gente, mucho ánimo a toda la zona y vamos
ostia, hay que salir de esta como sea! Vamos!
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