martes, 19 de noviembre de 2024

BMW Day´s en Peñiscola - Octubre 2024


Última semana de vacaciones del año y hay que aprovechar. Rafa me comentó que iban a ser los BMW Days en Peñíscola, y la verdad que a mí donde hay mucha gente no me suele apetecer ir, pero es una excusa más para rodar con la moto. La idea era ir el viernes a la tarde y coger cita para probar alguna moto el sábado, para de esta forma volver entre domingo y lunes (en mi caso tengo una semana de vacaciones más el lunes de la siguiente). Con esa idea decidimos salir el lunes con la moto, dormir por la zona de Soria e ir acercándonos poco a poco a Peñíscola para llegar ahí el viernes. ¿Qué hacer de mientras?, pues la zona de Guadalajara, Serranía de Cuenca, Maestrazgo, todo lo que el tiempo (parece que viene algo de lluvia) nos deje. A  medida que lleguemos a un sitio se decide la ruta del día siguiente. Es nuestra forma habitual de viajar y es lo que nos gusta. Más o menos tienes la idea en la cabeza y luego lo que surja. Me encanta. A pocos días de salir Rafa me comenta que por un compromiso familiar le gustaría estar en Bilbao el sábado a la noche, por lo que decidimos llegar a Peñíscola el jueves, para pasar día del viernes en los BMW Days para salir el sábado de vuelta a casa. Con todas estas ideas en la cabeza salimos el lunes rumbo a Soria y luego Dios dirá. Ah!, y este viaje vamos con las grandes, la KTM 890 Adventure de Rafa y cómo no, con mi gordita, la Honda CB1000R. Allá vamos!

Día 1 – Usurbil – Soria 306 kms

Entre una cosa y otra salimos bastante tarde, sobre las 12:30, así que decidimos ir algo directos. Cogemos la Nacional hasta Alsasua. De ahí como es habitual pasamos por Urbasa. Sé que siempre digo lo mismo, pero qué chulo es!, no me canso de rodar por esta zona. Pasamos por Estella y como se acerca la hora de comer paramos en Sesma ya que vemos un cartel con la palabra “Restaurante” a pie de carretera señalando hacia el pueblo. Genial. Entramos al pueblo y vemos el restaurante. Tiene pinta de que con suerte te ponen un vaso de agua y poco más. Entramos y efectivamente, qué soledad por Dios, hay una señora mayor, que al entrar nosotros levanta la cabeza solícita (pero mayor mayor eh?, que piensas que a ver qué hace una señora de 80 años detrás de una barra). Le preguntamos a ver si tienen algo de comer, bocatas, pintxos, un algo, y nos indica en otras palabras que ni de palo. ¿En el pueblo hay algo?, no. Rotundo. Jum. La luz que hay dentro es como de peli de miedo, así, como tenue, como que si entras no sales, así que ni me planteo preguntar nada más y salimos de ahí. Siempre sorprenden estas cosas, no?, ¿por qué siguen teniendo el cartel de restaurante si está claro que ahí no dan comidas?. Mi no comprende. Nos montamos en la moto y salimos. El siguiente pueblo es Lodosa, así que paramos en el centro donde vemos varios bares y ahí que entramos a comer un bocata de jamón. Al entrar al sitio y pedir le comento a Rafa que ando con algo de destemple. He salido sin el térmico de los pantalones y empiezo a notar que el cuerpo no va fino del todo. No esperaba esto. Llevábamos unos días de calor en Gipuzkoa, calor de este de octubre, calor que aunque sabes que suele llegar, sorprende, y a medida que vamos bajando hacia el sur la temperatura va bajando, por lo que al llegar a Lodosa me pongo el térmico del pantalón de invierno ya que la idea es bajar hacia Soria y ahí poca broma.

Con el estómago lleno salimos y pasamos por Arnedo hasta llegar a Yanguas. Todo esto es una zona muy chula. Pasado Yanguas nos desviamos hasta San Pedro Manrique. Qué chulo! Me ha encantado!. De San Pedro, vamos por Magaña hasta la Nacional y de ahí a Soria. La zona desde Arnedo, Yanguas, San Pedro Manrique y Magaña es realmente chula. La montaña es como arenosa, de un marrón que en combinación con el verde de la vegetación es muy muy bonito. Si te fijas a los lados de la carretera, en el monte, hay un montón de cuevas y cuevitas, que personalmente siempre me inquietan. Me atraen pero me dan mieditis. Pienso en lo que habrá dentro, en esa oscuridad que percibes con solo mirar la boca de la cueva. Se me encoge el estómago y pienso que no entro ni de palo, pero ¿qué habrá dentro?, jum... dan ganas de asomar el cabezón y mirar, pero vuelta a empezar con la sensación de aprensión... jeje... curioso.

Salimos a la Nacional hasta llegar a Soria. Está llena, pero llena de camiones, de trailers. A mí me encantan. Para conducir son un peñazo y más en moto porque a la hora de cruzarte con ellos a veces te dejan un viento traicionero que no gusta nada y lo mismo a la hora de adelantar. Pero la verdad que su presencia me encanta. Qué bonitos son.

Decidimos hacer noche en el Parador que hay en la city. Al llegar nos damos cuenta de que por fuera no parece destacar en nada, pero una vez dentro tiene todas las comodidades de los Paradores. Salones amplios, personal atento, muy bonitas vistas, una habitación digna de mención. Se respira tranquilidad.

Nos duchamos y bajamos a Soria a cenar. Tardas entre 7 y 10 minutos en bajar por un sendero. Pienso que como no esté iluminado a la vuelta estará curioso el tema. Porque voy con Rafa, si no, me pensaría el subir de noche por ahí y sin luz. Brrrr.

Llegamos al centro y damos un paseo mirando un poco todo. Rafa anda con el mono de tomar torreznos así que nada, entramos a un bar y eso sí son torreznos. Tienen platos llenos con unos torreznos bien grandes así que hale, para dentro y a comer. A mí no me va el tema así que picoteo algo de la tapa que nos sacan con las cervezas. Es un bar curioso para nosotros. Me refiero a que yo no me muevo por ambientes taurinos y el bar está lleno de fotos de toros. De su estampa, siendo toreados, fotos con una luz muy bonita. Da que pensar el tema de los toros. Salimos y damos otra vuelta comentando la ruta de hoy. Ha sido una ruta corta, pero la verdad que desde Urbasa hasta Magaña es para repetir.

Como va siendo hora de cenar vamos a un restaurante que habíamos visto con buena pinta. La verdad que parecía más por fuera de lo que es por dentro, pero bueno, cenamos y salimos camino al Parador. Comentamos de tomar una copa antes de subir así que nos metemos en un bar acogedor que hemos visto al pasar y bingo, acertamos. Qué ambiente más tranquilo, pedimos un par de txupitos y nos sentamos tranquilamente. A final terminamos hablando con la dueña y con un cliente que me recuerda mucho a Carlos Sainz (y así se lo hago saber, jeje). La charla es muy fluida, como si nos conociésemos de toda la vida. El bar se llama Chayofa. Lo regentan dos mujeres desde hace 10 años pero lleva abierto 50. Al parecer lo abrió un hombre de Canarias que le dio ese nombre porque él es de un pueblo de Canarias que se llama Chayofa. Como digo, un sitio digno de visitar si lo que quieres es tomar algo de forma tranquila con un ambiente muy muy acogedor. Queda anotado para la siguiente vez que vayamos a Soria.

Subimos por el sendero que habíamos bajado antes y efectivamente no se ve un carajo. Menos mal que llevamos la linterna del móvil porque está todo oscuro oscuro. Ya podían iluminarlo..

Llegamos a la habitación y a dormir que mañana toca día de ruta!

 



Día 2 – Soria – Cañamares 336 kms

Me levanto pensando en el desayuno. Me encantan los desayunos de los Paradores. Está todo limpio,  un salón bien bonito y con un personal de trabajo eficiente. Da gusto. Desayunamos en modo “no hay un mañana” y salimos con las motos. Tenemos intención de ir por la Nacional hasta Burgo de Osma y desviarnos por Nódalo pero entre que sales por aquí y por allá, me meto por una carretera que por lo que se ve nos lleva al mismo sitio pero es una paralela bien maja. No es que sea el copón de la baraja pero es mejor que ir por la Nacional. Es la que va por Quintana Redonda hasta Fuentepinilla. Voy con poca gasolina pero confío en encontrar dónde repostar en breve. Según van pasando los kms no veo ninguna. Dónde echará gasolina toda esta gente?, alguna tendrá que haber pero no la vemos, así que nada, seguimos comiendo kms, brum brum hasta Berlanga de Duero donde espero que pueda repostar. Me suena vagamente que sí, pero va a ser que no. Según entramos al pueblo me doy cuenta de que no. No hay.  A cambio de eso vemos tres tanquetas bien grandes de los militares, los cuales se están tomando un café en la terraza de un bar. Me paro a preguntarles a ver si saben dónde puedo repostar aludiendo que esas tanquetas tienen que chupar lo suyo, jeje. Me indican muy educadamente y con ganas de ayudar, junto con un señor del pueblo, que tengo una en un pueblo a pocos kms, en Hortezuela. La verdad que da gusto preguntar y que veas que te quieren ayudar. Gracias! Les pregunto si nos podemos sacar unas fotos con las tanquetas a lo que nos dicen que sin problema. Genial. Paramos y al sacar las fotos nos damos cuenta de que van a salir. Oh!, queremos ver a las tanquetas en acción!, yuuuujuuuu, así que esperamos a que salgan. Tardan un poquito, no es como arrancar un coche. Entre quitar los calzadores, abrir escotillas, entrar, prepararse y demás ya estamos ahí unos minutos, pero da igual, merece la pena. BRUUMMM..arrancan y salen. Me encantan estas cosas. Van 12 militares, 4 por tanqueta. Uno atrás, otro adelante, y dos arriba. Al pasar delante nuestro todos nos saludan a modo de despedida. Estoy como una niña, brum brum, no me pongo a aplaudir de milagro. Por un momento se me olvida que es un instrumento de guerra, simplemente me gusta verlos. Es un espectáculo!. Una vez que pasan nos quedamos sonriendo como niños. Qué tontería, no?. Hale, vamos a repostar. Es un gustazo poner gasolina cuando tienes poca, verdad?.

El tiempo está desapacible. He salido del Parador directamente con el térmico de los pantalones puesto porque creo que va a refrescar, y sí, tiene toda la pinta. La ruta que vamos a hacer es la que hicimos de vuelta de la Blackbee de este año y como nos gustó tanto queremos repetirla. Ya anticipo que no defrauda. Vamos por Atienza, Condemios de Arriba, Hiendalaencina, Ujados hasta Jadraque. Es una zona muy muy bonita. La otra vez la hice con la 300 y ahora yendo con la 1000 voy muy a gusto. Una carretera y un paisaje muy chulo. Para repetir. Tiene una serie de construcciones de hace tiempo con piedra que te hace pensar en la vida que llevaban allí. Tenía que ser bien bonito vivir ahí pero sin duda duro, muy duro. En Jadraque decidimos parar a tomar algo. Después del desayuno que hemos tomado no hay hambre pero aprovechas a picar algo, descansar, y mirar el mapa. Cómo nos gusta mirar el mapa. A estas alturas ya nos ha llovido algo y el viento se está divirtiendo, aún así disfrutamos porque la ruta merece la pena. Tomamos unas patatas al ajillo entre los dos que están muy muy buenas. Salimos y seguimos ruta por Utande, Brihuega, Monte Redondo, Durón y Sacedón, donde paramos a decidir dónde dormir y de paso a repostar. Toda esta ruta merece la pena, es muy chula. Vamos muy a gusto en las motos. Miramos mapa y decidimos seguir ruta un poco más a pesar de que el tiempo va empeorando poco a poco. Como anécdota contar que al repostar, el chico de la gasolinera (bien joven y guapo, lo tengo que decir pero es que qué guapos vienen todos) me pregunta a ver si es más seguro ir en moto con lluvia que en coche. No sé qué mirada le debo de echar pero se ve obligado a compartir su sabiduría sobre las motos diciéndome que un neumático de moto agarra más que uno de un coche. Parece convencido. Acto seguido me dice que él no ha montado nunca en moto. Me quedo mirándole pensando a ver qué le digo. Se me pasan un montón de contestaciones por la cabeza pero le veo tan guapo que simplemente me apiado de él y le digo que ignoro si un neumático agarra más que el otro y que sólo sé que el coche lleva cuatro ruedas y la moto dos. Que todo nos afecta más que en el coche. El viento, el frío, el calor, la lluvia. Todo. El chico se queda pensando y me da la sensación de que va a decir algo, pero aprovecho ese lapso para darle las gracias con una sonrisa y seguir ruta. No quiero que su guapura de desdibuje con palabras. En fin.

Cogemos la Nacional dirección Cuenca y nos desviamos hacia Pedro Palmiches, pasamos por Priego y en Cañamares decidimos mirar dónde dormir, ya que ahora en nada oscurece y refresca que no veas.  Paramos en un sitio donde vemos motos, pero al tocar la puerta no nos abre nadie. Llamamos al teléfono que marca y no nos cogen. No entiendo estos sitios. Miramos otro lado que está como en un camping a las afueras que ni encontramos ni nos convence y al final por internet doy con un hotel en el pueblo. Estoy destemplada, la verdad que quiero llegar ya, no quiero andar de pueblo en  pueblo buscando hospedaje. No me apetece. Además, está oscureciendo por momentos. Llamo, me cogen, hay sitio. Gracias, qué bien. Según nos acercamos voy pensando que me da igual cómo esté el sitio, o lo que nos cobren, ahora mismo quiero ducharme y bajar a tomar algo. Según llegamos la dueña nos está esperando fuera, genial! Nos guardan las motos dentro (al aire libre pero en su patio). Debe de ser también el bar del pueblo porque hay gente tomando algo. Somos los únicos inquilinos así que estamos muy a gusto y tranquilos. La dueña majísima y por 60 euros tenemos una habitación más que correcta, las motos en el patio del hotel – que cierran con llave -  y un desayuno bien majo. Viendo que en el pueblo no hay nada de nada cenamos en el mismo hotel (mojetes de Cuenca, bien buenos), con un poco de crema de orujo casera que me gusta mucho. Tengo la sensación de que cuando voy a hacer algo que “no debo” le suelo preguntar a Rafa, así que le miro y le pregunto a ver si me tomo otra a lo que me dice que él no lo haría. “Yo no lo haría”. Arg. Para qué pregunto. A veces me dan ganas de hacer un WTF y hacer lo que no se debe. Me pregunto si algún día recuperaré ese WTF que tenía antes. Estoy segura de que alguien de los que me leen me entiende, o me gusta pensar así. Dudo con la crema de orujo pero al final decido hacer caso al consejo de Rafa. Sé que tiene razón. Arg de nuevo. Está bien. Voy a ser buena. La dueña se nos une a una charla muy muy amena junto con las copas. Hablamos sobre todo de música, de conciertos, del ayer y del hoy... muy a gusto la verdad.  El hotel se llama “Hotel Río Escabas”. Tienen cerveza artesana bien buena también. Comento por si alguno pasa por ahí que sepa que ahí nosotros estuvimos bien a gusto. Nos vamos a la habitación y a dormir, que mañana toca moto. Qué bien!

 




Día 3 – Cañamares – Requena 379 kms

Nos despertamos y bajamos a desayunar. Me espero un desayuno normalito al estar incluido dentro de esos 60 euros pero la verdad que está bastante bien, más cuando estamos solos en la cafetería con todo para nosotros. Terminamos y salimos, como siempre, a mirar las motos. Está lloviznando, cielo amenazante y viento. Magnífico. ¿Somos o no somos? Según bajamos con las maletas vemos que ha parado de llover, pero no, es un momento, porque mientras las cargamos se pone a llover. Tiene su lado positivo, así no tienes dudas de si ponerte el traje de agua o no. Cargamos todo, nos plastificamos y salimos. La idea es hacer la Serranía de Cuenca, pero según vamos adentrándonos en ella el tiempo empeora de lo lindo. Salimos de Cañamares y hacemos la Hoz de Beteta. El tiempo se va cerrando y llueve. No es lluvia torrencial pero llueve. Implacable. Pasamos por Masegosa y Lagunaseca. Para los amantes de Moto GP supongo que es inevitable acordarse del adelantamiento del kks de Rossi en el sacacorchos. Y digo kks porque quien me conoce sabe que siempre me ha parecido un guarrete en la pista. Desde que le vi despuntar. Podría decir incluso que es propio de los italianos pero no me gusta meter a todos en el mismo saco. Primero porque no es correcto generalizar y segundo porque no es cierto. Fue una leyenda en vivo, sin duda, pero guarrete también. Personalmente me gusta el juego limpio. Sé que es un deporte de riesgo y que la adrenalina es lo que tiene, pero hay cosas que no las veo. Todo eso lo comentamos mientras vemos (y sentimos) llover y disfrutamos casi nada de las vistas, porque la niebla nos empieza a engullir. Al final decidimos salir de la Serranía porque así no disfrutas, con el culo prieto y solo ves lluvia y asfalto mojado. Hacemos el Puerto de Cubillo con una niebla intensa y paramos a las afueras de Albarracín, en un área de descanso. Aquí ha salido algo el sol y parece que vamos a dejar atrás la lluvia. Después de 1h30 min de Serranía con lluvia no está mal. Rafa me comenta de quitarnos los trajes de agua pero le digo que yo no. El tiempo sigue amenazante y además, quiero que se seque bien antes de guardarlo. Antes de salir empieza a llover de nuevo, y lo bueno que tiene todo esto es que sale el arcoíris. A quién no le gusta?, parece que está ahí, que lo puedes tocar, pero no, es curioso. Rafa me habla del dicho de que se esconde un tesoro donde el arcoíris toca tierra, y ahí andamos hablando mientras los kms van pasando.

Vamos por Gea de Albarracín. Todo esto es carretera chula pero con el tema de la lluvia no la puedes disfrutar como nos gusta. Y de repente, así, como quien no quiere la cosa, la recta. Y digo la recta porque es la recta del aeropuerto. La hicimos creo recordar hace un par de años y yo no sabía que ahí había un aeropuerto. ¿Pero salen aviones de ahí?, ni idea. Paramos en Teruel a repostar, donde Rafa tiene una conversación un tanto curiosa con el de la gasolinera respecto a la gasolina que no echan y se queda en la manguera. ¿A quién le pertenece? A saber.

Decidimos bajar por la Nacional dirección Valencia. Es una Nacional disfrutona. Además ha parado de llover y vamos bien. Paramos en un pueblo que se llama “Libros” a comer en un sitio que está al otro lado del río. Qué suerte de sitio! Tienes bocatas, platos combinados, estamos casi solos. Es amplio y limpio y la mujer que lo regenta muy muy maja. Comemos bien a gusto mientras los trajes de agua se terminan de secar. Descansamos un rato, guardamos los trajes de agua y salimos hasta Ademuz. Hemos venido expresamente por aquí porque quiero repetir esta ruta. La hicimos hace un par de años y me impresionaron  las carreteras y paisajes que tiene. La intención es bajar por Casas Bajas pero está cortado por obras. En serio?, qué pena!, pero bueno, cogemos una carretera alternativa que la otra vez no hicimos y vaya sorpresón! Vamos por Val de Salina y Puebla de San Miguel, qué pasada!, nos encanta la carretera, el paisaje, el olor, todo! Es una carretera estrecha, con marcas viales, con un asfalto nuevecito y un paisaje tremendo. Realmente espectacular! Seguimos hasta Losilla de Aras, muy muy a gusto, me encanta todo esto, brum brum! Aquí hacemos el globito que marca el mapa hasta Titaguas por carreteras rápidas. El tiempo  se vuelve a enrarecer y amenaza, pero por ahora aguanta. Bajamos por Benageber. Esta zona es impresionante. Según vamos avanzando veo algo de reojo y ostia!, me sale un corzo de un lado de la carretera, freno y veo otro y otro y otro y otro, pero ¿cuántos son?, como diez corzos atravesando esta carretera estrecha y subiendo por una pendiente que no la bajo ni en mi bici de montaña. Qué pasada!, cómo me gusta verlos! Vaya ruta madremía. Seguimos hasta Casco de Medina, donde paramos para llamar y buscar hospedaje. Mientras estamos parados, de charleta y buscando hotel se nos cruza una ardilla bien maja. Va dando saltitos, ping ping ping, feliz, o por lo menos lo parece. Siempre sonrío al ver una ardilla, qué majas son! Conseguimos alojamiento donde estuvimos la otra vez, en Requena, así que ya tranquilos sabiendo que vamos con sitio cogido salimos por Villar de Olmos hasta Requena. Qué chulo es todo esto, vaya carreteras para las motos, dan ganas de venirse a vivir aquí, jeje

Ya en Requena, ducha, paseo y a tomar algo. Qué gustazo todo!

La ruta de hoy ha sido espectacular. La pena es que nos ha llovido, porque hacer esto de tirón creo que ni respiras de la impresión de carreteras y paisajes. Hemos tenido de todo, lluvia, algo de frío, sol y habremos visto como 6 ó 7 arcoiris de las veces que ha parado de llover. Entre los corzos, la ardilla, los arcoíris, la ruta, el paisaje y la compañía, vaya día mas chulo!

Vamos a dormir, anda, a recuperar que mañana toca moto de nuevo!, yuuujuuu..

 



Día 4 - Requena – Benicarló 334 kms

Desayunamos, nos vestimos de romanos y venga, vamos a ello! Salimos de Requena con algo de viento y con un poco de sensación de frío. Parece que el sol quiere salir pero hay unas nubes que le impiden asomar el cabezón del todo. Hacemos la carretera que va hasta Losa del Obispo. Si coges el mapa va en oblicuo hacia arriba. La hicimos hace un par de años y me pareció espectacular así que le comento a Rafa de volver a hacerla y no falla. Pasas por Chera, Chulilla hasta Losa del Obispo y no quito ni un km. Realmente espectacular. La volvería a repetir ahora mismo. De Losa tiramos hacia la izquierda. Noto que el tiempo está inestable y las nubes que vemos a lo lejos lo acentúa. Vamos dirección Mordor. Teóricamente tendría que hacer buen tiempo pero parece que no vamos a tener suerte. Pasamos por Chelva, Titaguas y vamos hasta Aras de los Olmos. Sopla el viento y va en aumento hasta tal punto que ya empieza a ser molesto. Tengo la sensación de que el día va a ser complicado pero las carreteras por las que circulamos son realmente espectaculares así que procuro disfrutar. De Aras de los Olmos vamos hasta Losilla de Aras. Pasamos por Torrijas hasta llegar a Mora de Rubielos. Todo esto es muy chulo, realmente espectacular! Vaya carreteras! Seguimos haciendo kms, disfrutando, pero el tiempo nos empieza a sacar los dientes y parece que se pone serio. Como es hora de comer paramos en “Ventas del Aire” a comer. No conocemos el sitio pero hay trailers parados, buena señal, sin duda. Entramos y nos encontramos un sitio flipante. Es grande, tienes para comer de todo, desde menú, bocatas, pollo asado, no sé, de todo! No tengo hambre pero la idea de pollo asado… mmm... así que no puedo evitarlo, Rafa se pide un bocata de panceta y yo el pollo asado. Qué buena pinta!, si pasamos por aquí de nuevo seguro que vuelvo. El restaurante se llama “Los Maños”, para que no nos olvidemos, jeje. Vemos moteros por la zona, algunos igual van para el BMW Days, pero otros seguro! Se les ve a la legua!, jeje. Parecen una tienda andante de motos y accesorios BMW.

Terminamos de comer y salimos.  En vez de tirar para el Puerto de Alcalá, que era nuestra idea, decidimos ir por el Puerto de Linares. Toda esta zona ya la conocemos. Hagas lo que hagas es tremendo pero vamos en esa dirección por acortar algo la ruta ya que el viento empieza a despeinarnos de verdad. Seguimos ruta, seguimos haciendo kms, seguimos haciendo unas carreteras y unos puertos tremendos, pero el viento va a más y la lluvia parece instalada. El frío ha venido a visitarnos hasta bajar en un momento a 6 grados por lo que el tema no es nada agradable, todo lo contrario, y no tiene pinta de parar. Quiero pensar que según nos vayamos acercando a la costa parará, pero por ahora hace malo, sin duda. Pasamos por el Puerto de Mosqueruela hasta Villafranca y aquí dudo por dónde tirar. Opto por ir por la Iglesuela del Cid, ya que nunca hemos hecho esa carretera y aunque haga mal tiempo en, como quien dice, nada, estamos en Morella, pero no, error, o no sé si error pero el viento pasa de ser fuerte a por mi parte, casi insoportable. Subimos a altura y empieza a no dejarme conducir bien. Rafa parece que va bastante mejor que yo, que estoy sufriendo, mucho. De hecho voy muy lenta y el viento me mueve, me quiere tirar y las estoy pasando canutas. Por el intercomunicador le digo a Rafa algo que no quiero decir en alto, pero lo hago “ostia, no sé si voy a poder seguir”, y según lo digo sé que es una chorrada porque ¿qué vas a hacer?, ¿pararte en mitad de la nada con un viento de costado que no puedes ni sujetar la moto? No, sigue, vamos, poco a poco, sigue, shhhh, sigue, tranquila, sigue. Y sigo, como puedo, qué mal. Empezamos a bajar cosa que agradezco en el alma y el viento, no deja de tirar, pero afloja un poco. Puedo respirar. Creo que lo malo ya ha pasado. A pocos kms de llegar a Morella empieza a amainar y para cuando paramos en la gasolinera del pueblo ya está todo bien. Cómo cambia el tiempo!. Según repostamos hay más moteros y hablamos del tiempo. Hemos venido de diferentes puntos y la tónica general es lluvia frío y viento, menos el que viene de Benicarló que dice que ahí hace bueno. Genial, buenas noticias. Nos despedimos y salimos. Noto cómo la temperatura va subiendo y la tranquilidad vuelve. Genial. Y es cierto, según nos acercamos todo mejora y al llegar parece mentira el tiempo que acabamos de atravesar!, tremendo. La Nacional que lleva a Benicarló está “arreglada” y se ha convertido en una recta algo insípida pero la verdad, no me importa. Qué buen tiempo, qué buen rollo, jeje brum brum!!

Aquí dormimos de nuevo en Parador, así que allá que vamos. Es un Parador playero, pero por dentro, como todos, muy chulo, con sus salones y habitaciones amplias y un personal que así da gusto. Genial.

Salimos a tomar algo y a cenar algo de pescado, que está muy bueno. Eso sí, después de cenar paramos de camino al Parador a tomar una copa y el Gin Tonic 9 euros! Dios, qué desfasada debo de estar, pero eso es caro, no?, jaja

Vamos a dormir que mañana vamos al BMW Days!

 


Día 5 – BMW Days

Nos despertamos y bajamos a desayunar. Como siempre en Paradores un desayuno tremendo. Está todo buenísimo. Mirando información del evento me doy cuenta que el viernes no hay nada a la mañana, que la movida empieza sobre las 15:00 horas, así que decidimos ir andando a Peñíscola y conocer el sitio. Día perfecto, compañía perfecta. Son 7 kms los que nos separan de un pueblo a otro y casca el sol. Andamos, pasamos algo de calor, paramos a picar algo, seguimos, llegamos, motos motos motos, y más motos. Hora de comer así que vamos a buscar sitio. Los trabajadores de los restaurantes te salen al paso para decirte lo que ofrecen. Todo correcto. Todo ok. Hasta una chica con acento del este nos pregunta si somos vascos. Cómo lo sabes?, le pregunto, y me dice que por mi corte de pelo!, Díos, qué puñalada me acaba de dar!, jaja. Nos echamos unas risas y decidimos ir a una comer una paella. Al final terminamos en un sitio donde se come más o menos bien, nos pedimos un helado de camino que está bastante bueno y vamos al evento que ya han abierto.

El ambiente es totalmente motero, hay motos por todos lados. Nos acercamos y hale, para adentro. La entrada es gratis pero si quieres acceder a algunas cosas te tienes que dar de alta. Nunca he estado en un evento así y puedo decir que está todo muy bien organizado. Vas de sitio en sitio viendo motos, te sientas sobre ellas, puedes tocarlas, hacer fotos, de todo, también hablamos en varios stands con la gente que está para atenderte, por ejemplo de viajes de motos, de modificación de asiento, de modificación de amortiguadores, de viniladores. Cualquier duda que tengas sobre motos hay un stand que te lo explican todo muy bien. Y motos, motos y más motos. Estoy encantada. Hasta Rafa se monta en una moto tremenda, que está anclada y puedes hacer caballitos! Estamos unas horas dando vueltas, mirando todo, me encanta. Hasta pasamos por el parking de motos a mirar más motos! Nos encantan, qué le vamos a hacer. Anochece ya así que nos tomamos un algo en una terraza, cogemos el bus y vuelta al Parador. Arreglarse y salir a cenar... ahhhh, insisto, qué bien se está de vacatas!, jejeje

A dormir que mañana toca día de vuelta!















Día 6

Benicarló – Corella

El plan es que Rafa vuelve a lo rápido a Bilbao y yo hago algo de ruta hasta Corella que mi hermano anda por ahí, pero cuando llegamos a Morella Rafa me dice que se anima a venir conmigo y según a qué hora lleguemos a Corella o se queda o tira para Bilbao. Perfecto!, qué bien!. Por cierto, antes de llegar a Morella nos cruzamos con una romería. Cuánto tiempo que no veía una! Años! Estaba ahí todo el pueblo. Da que pensar.

De Morella vamos por Forcall hasta el Puerto de Cantavieja. Toda esta zona ya la conocemos pero da igual, es espectacular. Eso sí, según salimos de Morella y cogemos altura el frío vuelve y el tiempo se enrarece, amenaza. Este viaje parece ser la tónica. Le pregunto a Rafa a cuántos grados estamos y me dice que volvemos a los 8. Bufs, qué pereza de frío. Brrr. Seguimos esta tremenda carretera pasando por el Puerto de Villaroya a 1700 metros hasta Allepuz. Todo esto es para repetir. La temperatura para mí es algo justa, por no decir fría, pero por lo menos no llueve ni hace el viento del otro día, cosa que se agradece mucho. Sé que por aquí el paisaje es bien chulo, porque lo hemos hecho más veces pero en esta ocasión poco vemos, una pena. Vamos hasta Teruel y esta vez sí nos metemos por donde me quería meter a la ida. Veo el camino de casualidad y ahí que voy y menos mal!, Ya sé que me repito pero qué sorpresa! Por aquí tengo que volver, quiero pasar de nuevo. Es la carretera que va por San Blas, Bezas, Abrigos hasta Albarracín. Insisto: si tenéis oportunidad hay que hacerla. Yo tengo en mente repetirla. Me ha encantado. Qué paisaje mas sorprendentemente chulo! Es zona de rocas bien bonitas. Es curioso pero según lo hago ya estoy pensando en volver a pasar, jaja

Vamos a buen ritmo porque no quiero llegar tarde a Corella por si Rafa ve la opción de ir a Bilbao y así que esté tranquilo y cómo no, la CB1000R se porta de escándalo. La verdad que es una moto que está muy bien hecha, y en carreteras lisas es tan suave que es como si levitara. Y cuando se enfada madremía, qué carácter! Me encanta mi moto! Brum brum!

De Albarracín vamos por Noguera y Orihuela del Tremedal. Vamos bajando por una carretera estrecha pero bien asfaltada con unas vistas muy bonitas. El tiempo ha mejorado y voy mas relajada. De repente veo de reojo un movimiento y para cuando miro, a mi derecha muy cerca de la carretera, excesivamente cerca, tengo un corzo dispuesto a cruzar. Va rápido, el ruido de las motos le ha asustado. Ostia, ostia, ostia, no no no. Sé que no voy a poder evitar el impacto, viene directo hacia mi, lo tengo muy cerca, a escasos dos metros, así que agarro el manillar con fuerza pensando que vaya galleta nos vamos a dar, tanto el animal como yo. En el último momento el corzo reacciona, le miro y veo claramente cómo al frenar su carrera en mi dirección clava las patas en la tierra, se gira, hace un quiebro imposible y se va dando saltos por donde venía, a velocidad rayo. Dios, qué ha sido eso. Qué rapidez, qué reflejos. Por mi parte ya estaba vendida, rendida al impacto, apufs..menos mal que el corzo ha tenido más reflejos que yo. Qué suerte he tenido. Apufs..

Es la hora de comer y ya vamos pensando dónde comer. Al pasar por un pueblo veo sillas, gente comiendo y buen ambiente así que ahí que voy. Según me voy acercando pienso que no, que... ¿qué es eso?. Aparco, me bajo de la moto y pregunto si dan comidas. Se miran entre ellos y me dicen que nos sentemos, que comparten. Ui la ostia, pero ¿esto no es un bar?, jaja, me dicen que no, que se han juntado unos vecinos de almuerzo-comida pero que hay sitio para nosotros también. Qué majos!, les agradezco el gesto, mucho, pero no queremos molestar así que les pregunto dónde comer unos bocatas o algo y me mandan al siguiente pueblo. A la de pocos kms nos metemos en un desvío, veo bar y me paro. Genial. Fuera hay tres hombres, vestidos de camuflaje, charlando. Me viene a la mente la peli de “Civil War”, ¿la habéis visto?, está bien. Una vez vista te das cuenta de que tiene más miga de lo que pinta en un principio. Saludamos y entramos. Es un bar pequeño, y todos, absolutamente todos van vestidos de camuflaje. Es bar de cazadores. Con el tema de la caza me contradigo yo misma, no entiendo cómo alguien puede matar a un animal pero por otro lado lo cazan y se lo comen, ¿qué es mejor?, ¿eso o ir a la carnicería a comprar un animal que igual ha vivido encerrado toda su vida? Como digo hay contradicción en mis palabras pero sigo sin ver que alguien pueda matar y disfrutar haciéndolo. Nos tomamos un pintxo de tortilla, nos montamos en la moto y seguimos ruta hasta llegar a Molina de Aragón. Qué gustazo de carreteras. Seguimos, no hay respiro, vamos, qué ganas tenía de ir alegre con la moto, jeje. Y aquí viene otra sorpresa. No sabemos bien qué carretera es la más recta a Corella y tras hablarlo decidimos ir por la Nacional hasta Maranchón. A medida que vamos subiendo en el mapa las temperaturas y el tiempo en general suaviza. Qué placer. Subimos para arriba por Sagides y Arcos de Jalón. Tenemos duda en el pueblo. Nos liamos, ¿por aquí?, ¿por allá?, damos alguna vuelta hasta dar con una patrulla de la Guardia Civil a los cuales preguntamos. Es una pareja que están dentro del coche. Me paro al lado y pregunto por dónde ir hacia Almaluez. El chico me responde de forma extraña, como si hubiese molestado y la chica que tiene al lado, que claramente está al mando le mira de reojo como pensando que menudo bobo y me señala por dónde ir. Se agradece, gracias! Al llegar a otro cruce, que está sin señalizar, nos volvemos a parar y esta vez se nos acerca un chico para ofrecernos su ayuda. Qué gustazo de gente, jeje. Por fin seguimos ruta. Pasamos por  Monteagudo de las Vicarias, Serón de Nágima, Jaray, Ólvega, Ágreda. La sorpresa es la carretera de esta zona de Maranchón hasta Arcos de Jalón más o menos. Es estrecha, perfectamente asfaltada, con un paisaje plano lleno de molinos de viento y unos colores que llaman mucho la atención. Me encanta. Realmente es una recta o casi, pero la disfrutas. Otra zona para apuntar, hay que volver. Ya en Ágreda cogemos la Nacional hasta Corella.

Una vez que llegamos a Corella Rafa decide ir de tirón a Bilbao y yo me quedo en casa de mi hermano y familia. Después de muchos kms, mal tiempo, frío, viento, lluvia, sol, de todo, da gusto volver a la civilización, como digo yo, es decir, a un sitio familiar, donde se come en casa, en familia, tienes tu cama y te notas parte de algo. Es agradable.

Bueno, voy a dormir que mañana me queda la ruta de vuelta y ando pensando por dónde volver. Como se suele decir, Dios proveerá.



Corella – Usurbil

He dormido bastante bien. Me levanto, desayuno y a la terraza. Los de la casa están de fin de semana y andan trasteando, arreglando cosillas, jugando con la perra, leyendo. Todo es muy relajante así que me uno. Realmente no sé si voy a hacer ruta, comer aquí, en mi casa, de camino… ni idea. Sólo sé que estoy a gusto. El tiempo acompaña, juego con la perra, mi sobrino, colaboro en cosas de casa pero llega un momento en que pienso: moto. Y ya está. Me visto, me despido y salgo. Brum Brum. Cómo me gusta!. Mirando el canal de Telegram de Moteros Jatorras veo que han quedado para comer cerca de Eugi, así que allá que voy. Llego algo justa de tiempo, porque, para variar, por Pamplona me lío, pero llego. Comemos, muy a gusto, charlamos y hale, de ruta. Volvemos por la zona de Izpegi y demás. Me encanta. El ritmo es alegre y voy muy muy a gusto. Según vamos llegando la gente se va despidiendo en ruta, ya que mañana les toca currar, y por otro lado hay quien se une en mitad de la ruta. Qué buen ambiente. Según llegamos, la mayoría se queda a tomar algo en un bar y yo, que llevo siete días de ruta y ando algo cansada decido irme a casa con una sonrisa en la boca. Qué buen fin de viaje!

 

Conclusión:

Después de más de 2.000 kms puedo decir que estas vacaciones han sido algo complicadas por el tiempo. Frío, viento, lluvia, incluso algo de calor. Es lo que tiene la moto. Las zonas por las que hemos rodado son tremendas. Es que no quitas un km, pero la pena el tiempo que no nos ha dejado disfrutar como queríamos. De hecho la zona de la Serranía de Cuenca la queríamos exprimir más, pero el tiempo es quien nos ha marcado las carreteras a seguir. Por el contrario, a causa del susodicho hemos pasado por carreteras que pensaba que no íbamos a pasar, que me encantan, y otras que hemos descubierto y hemos alucinado, así que todo muy bien. Sin duda carreteras para repetir.

Unos 10 días después de que hayamos estado por la zona de Valencia ha llegado la DANA y se ha llevado muchas vidas por delante, van doscientas y pico, más no se sabe ni cuántos desaparecidos. Una desgracia que nadie pensaba que iba a ocurrir. Una mierda todo, por decirlo claramente, y a día de hoy, según hay gente que aún no tiene corriente eléctrica en casa ni sitio donde pasar la noche y/o familiares, amigos, que han muerto o desaparecido, que están sufriendo mil historias, los políticos siguen echándose cosas en cara y cómo no, nadie tiene la culpa de haber avisado o no o no sé qué mierdas dicen. Sin comentarios, menudos farsantes. Mucho ánimo a toda la gente, mucho ánimo a toda la zona y vamos ostia, hay que salir de esta como sea! Vamos!

 


domingo, 15 de septiembre de 2024

Cantabria - Agosto 2024

 

Buenas!, aquí estamos otra vez, pensando y hablando de motos, jeje. Esta vez toca pasar unos días de vacaciones por Cantabria. Vamos con las motos txikis, la Fantic Caballero 500 y la Honda CRF300L. Es la última semana de agosto, que todo está petado, así que tomamos la determinación de hacer base en Laredo durante unos días y hacer unos kms por ahí, visitando la zona, que nos encanta, así que allí que vamos!

 Día 1

Salgo de Usurbil un poco inquieta. Como Rafa está en Bilbao hemos quedado en principio por la zona de Gorliz, para ir a una cervercera a comer y de ahí ir ruteando hasta Laredo. Monto el equipaje en la moto pero no lo veo bien, es el segundo viaje con la pequeña (el primero fue el de la BlackBee a finales de mayo) y sigo de pruebas con las Kriega. No las termino de atar bien, no como me gustaría, pero aún así salgo, porque el tiempo vuela y porque no hay peligro de que se suelten ni nada, pero realmente quiero ponerlas de otra manera. Ya lo miraré con más detenimiento en Gorliz. Las últimas rutas (y el último viaje) que he hecho han sido con la CB1000R así que voy pensando que vaya hierro de moto la CRF, jaja, es normal, la comparo con la 1000 y no es una comparación muy agradable. Soy consciente de eso, así que sonrío bajo el casco, take it easy, y dejo correr los kms volviéndome a acostumbrar a la 300.

La ruta a Gorliz es la que hago de forma habitual. La zona de Gipuzkoa, es decir, por Zarautz, Aizarnazabal, Zestoa, Azpeitia Azkotia y Elgoibar, sinceramente, la he hecho tantas veces que ya la hago casi sin mirar. No nos equivoquemos, es una zona chula, pero la tengo muy muy muy vista, así que una vez que llego a Elgoibar, es como si saliese de mi - como dicen ahora y me da un poco asquete - zona de confort. Puag, jeje. De Elgoibar hasta Gorliz es una carretera realmente espectacular. Tanto a nivel de paisajes, como de asfalto, así que me dedico a disfrutar. Voy por Markina, Gernika , Mungia..me encanta. Curva, paisaje, curva, lasai lasai, tranquila tranquila. A la altura de Morga sale Rafa a mi encuentro. Nos cruzamos con las motos en plena carretera. Ey!, Weee!, jeje, me paro en un sitio aceptable, él da la vuelta y nos encontramos. Saludos y abrazos de rigor, hola hola, sonrisas, complicidad, haces el tonto, pero sobre todo sonríes mucho, porque ya estamos juntos de nuevo. Hablamos (anda que Rafa y yo no hablamos, sobre todo yo, blablablá, pero todo son tonterías, jaja), miramos motos, equipajes, más blablablá y salimos dirección Gorliz. A veces me pasa con Rafa que arranco a hablar y no callo. No sé por qué. Como vamos con el intercomunicador a veces me lo imagino, al pobre, con cara de hastío, soltando sus “ahams” y pensando que vaya chapa le estoy metiendo, disipándose en sus propios pensamientos, divagando, jaja. Pobre.

Llegamos a la cervecera de Gorliz donde ya hemos estado unas cuantas veces, sabemos que se come bien a gusto y esta vez tampoco falla. El personal es muy amable y hace que todo sea muy fácil. Se agradece. Terminamos de comer y salimos hacia Bilbao, vamos por Muskiz bordeando la autovía y de ahí a Sopuerta. Desde aquí hasta Laredo no tiene desperdicio. Hacemos el Puerto de las Muñecas, Santullán, Sámano, Puerto de la Granja donde paramos a hacer unas fotos y más blablablá, porque te sientas en algún lado, la temperatura, el paisaje, Rafa, todo invita a parar, hablar, bromear, ver pasar el tiempo, sin prisas. Respiras. Me encantan estos momentos. Arrancamos las motos y seguimos, La magdalena, por esta zona le sale a Rafa una ardilla a las ruedas de la moto que en el último momento cambia, gracias a Dios, de dirección y se salva. Ampuero, Limpias, Seña y terminamos en Laredo. No tiene desperdicio esta ruta. Realmente no tiene desperdicio desde el km cero. Está muy chula.

Ya estamos en Laredo. Hemos estado tropecientas veces, pero es un sitio, donde nos alojamos nosotros, muy tranquilo. Dejas las motos, ducha y a hacer algo de compra ya que va a ser nuestra base durante unos días. Qué bien. La verdad que sí.

https://es.wikiloc.com/rutas-motociclismo/usurbil-gorliz-laredo-182655867




Día 2

Tenemos buen tiempo para salir con las motos así que esto empieza bien. Brum brum! Tengo muchas ganas. Desayunamos, nos vestimos de romanos con las típicas dudas de que si me pongo esto o lo otro, y salimos de Laredo hasta Voto. Con sólo este recorrido ya me he dado de que como casque el sol me he equivocado de vestimenta y voy a pasar calor. Y me da que voy a pasar caloret, así que nada, suspiro dentro del casco y sigo adelante dispuesta a disfrutar, que las ganas no me las quita nadie, jeje. Vamos por el Puerto de Fuente las Varas hasta el pueblo de Riva, la verdad que da gusto rodar por estas carreteras. Antes de llegar a Riva pasamos por un pueblo que se llama Matienzo. Al llegar veo como un edificio abandonado. Hay una pista de basket y un edificio delante sin puertas ni ventanas. Le comento a Rafa por el intercomunicador que quiero mirar eso y me meto. Es un colegio abandonado. Paramos las motos y entramos. Da impresión porque están las típicas pintadas y la vegetación ha entrado dentro. ¿Cuánto tiempo lleva esto cerrado?. Es una escuela. Aquí se impartía conocimiento y ahora es un recuerdo de lo que fue. Qué mundo más extraño, no?. Cuando se fue terminando el trabajo en los pueblos la gente fue yendo a la ciudad para ganarse la vida, y ahora la gente quiere volver al pueblo. Y de mientras pasa esto. No hay niños, no hay escuela. Da cosa estar aquí dentro, es bonito y dramático a la vez. Miramos, hablamos, sacamos fotos y comentamos el tema. Pasado un rato, salimos, nos montamos en las motos y seguimos ruta, en mi caso con esa sensación extraña por lo que acabamos de ver.

El tráfico una vez te desvías para la zona de puertos es escaso, aunque eso sí, hay ciclistas, así que hay que ir con cuidado. Seguimos dirección Arredondo y una vez allí bajamos por el puerto del Asón. Hace mil que no estoy por estas carreteras. Hace años solía venir más a menudo, que no significa que viniese mucho, sino más bien que ya no vengo. Me pilla algo a desmano. Así que aprovecho estos primeros kms para recordar y me doy cuenta que se hace relativamente fácil recordar carreteras y paisajes, pero sobre todo carreteras. Quizás una alcantarilla mal puesta (justo en la rodada) o ese paisaje que nada más verlo dices, ostia, y te acuerdas de la última vez que pasaste, en qué moto y hasta con qué ánimo. Curioso. Una vez pasado Asón de seguido hacemos el Portillo de la Sia. Vaya festín de buenas carreteras y paisajes. El calor empieza apretar pero por ahora voy a gusto. Justo arriba del Portillo paramos un rato para ver por dónde tirar. Rafa me comenta que hay dos opciones pero la que más me tira es esa del “Picón blanco”, que recuerda a la Vuelta Ciclista a España y también porque me dice mientras señala un desvío que “es esa carretera”. Miro y veo una carretera estrecha que sube para arriba con buen asfalto. A mi no me hace falta más. Cómo atrae eso, eh?, con la moto me refiero, ves algo que sube con buen asfalto y ni te lo piensas, venga, vamos, jeje. Así que lo dicho, cogemos el desvío al Picón Blanco, que es la frontera entre Burgos y Cantabria. Según voy subiendo pienso en los ciclistas. Tela eh?. Bufs, tiene que ser duro hacerlo, eso sí, tiene unas vistas tremendas. Arriba están las instalaciones militares del Picón Blanco, aunque mejor dicho, estaban, ya que las han tirado este año. Los cascotes dan muestras de que antaño ahí debía de haber movimiento. Las vistas como digo, son tremendas. Merece la pena subir, respirar, disfrutar. Paras, miras, hablas un rato, genial. 

Decidimos bajar a Espinosa ya que se va acercando la hora de comer. No sabemos bien dónde, aunque lo que queda claro es que el propio Espinosa no va a ser. Nada más entrar nos damos cuenta de que hay mercadillo y entre el calor, la gente y el barullo, decidimos seguir y buscar en otro sitio. Echamos gasolina y vamos hasta Las machorras donde paramos a comer en el único sitio que parece que hay. Aparcamos las motos enfrente, en una especie de parking, y vemos una plaquita. Al leerla Rafa se sorprende. “¿Qué pasa?”. Al parecer la placa (y una estatua con su cara) hace honor a un monitor de esquí que dio clases en la estación de esquí de La Lunada por al año 74, cuando casi ni había telesillas, sino más bien, unas cuerdas que te agarrabas y te subían para arriba. Y allí estaba Rafa de pequeño dando sus primeros pasos, o mejor dicho, sus primeros giros, y lo sorprendente del tema es que se acordaba del monitor al que hacía mención la placa. Un tal Moisés. Un pionero. Por lo que se ve muy querido en la zona. Hay gente que marca, eh?, buena gente desde luego. Qué sorpresa!.

Dejamos las motos bajo unos árboles, cruzamos la carretera y al entrar al sitio nos damos cuenta de que está lleno. Fuera hay unas mesas pero menos sombrillas, lo que significa que hay mesas que no tienen sombra por lo que nadie se sienta ahí. El calor aprieta. Parece que hay gente esperando, pero nadie osa sentarse el sol. Y nosotros, vestidos de moteros, menos. Entramos y según Rafa le empieza a decir para comer hace intención de negar con la cabeza, como indicando que no ponen más menús, pero según oye la palabra “bocatas” en vez de “menús” parece que duda pero dice que ok, que bocatas que ok. Genial!, con algo de suerte hasta tenemos mesa para comerlos así que perfecto. Dos bocatas de jamón y una mesa apartada de donde está la gente. Ahí nos colocan y Rafa y yo felices como perdices. Tenemos hasta un ventilador cerca que con el calor que hace viene muy muy bien. Comemos tranquilamente y con buen ánimo. Está siendo un día muy chulo de ruta incluso con este calor pegajoso. Arg. Como he pensado al salir del garaje, sí, me he equivocado de vestimenta. Pensaba que iba a hacer unos grados menos, pero bueno, qué le vamos a hacer. Terminamos de comer, nos ponemos las cazadoras de moto (da pereza vestirse con la cazadora cuando hace calor, eh?, apufss..) y salimos sabiendo que aún nos queda mucha ruta por hacer y muy chula. Pasamos por el Puerto de las Estacas de Trueba y antes de llegar a Vega de Pas nos desviamos en Yera con intención de llegar al túnel de la Engaña. Para mi es toda una sorpresa. Rafa no me había comentado nada de esta parte así que voy con mucha ilusión. Es una pista muy chula. Mejor abstenerse las motos de carretera. No es que sea complicado pero yo no entraría con la CB1000R. Entro algo inquieta, ya que la última vez que hice pista se me cayó la moto al suelo, pero a medida que van pasando los kms me siento mejor y con más confianza. Qué bien va la CRF300L por pista. Es un gustazo. Por lo que comenta Rafa su Fantic en ese tipo de pista no es que sea la alegría de la huerta, pero él ahí va, un campeón. Vamos pasando por varios túneles hasta llegar a una especie de fábrica donde paramos a comentar la jugada. Que si seguimos, que si no. Mientras decidimos veo que se acercan dos chicos con perros y les preguntamos a ver qué es esa “´fabrica” que hay ahí. Se intuye un edificio relativamente grande y abandonado entre los árboles. Nos comentan que eran los barracones de los “trabajadores”, es decir, de los presos republicanos (pongo la palabra “trabajadores” entrecomillada porque entiendo que de trabajadores tendrían poco y más de trabajos forzadas o vete tú a saber). Al final decidimos volver por el camino andado ya que actualmente eso no tiene salida (hace muchos años unía las poblaciones de Yera con Pedrosa de Valdeporres pero en la actualidad está tapiado). Salimos de nuevo a Yera y llegamos a Vega de Pas, que es un pueblo muy chulo donde se come muy bien. Recuerdo hace años estar ahí con Rafa y un amigo suyo. Parece otra vida. Quizás lo fue. Cómo cambia todo. Cogemos el desvío y tiramos por el Puerto de la Bragía hasta Selaya, para coger el Alto del Caracol. Qué chulo es todo esto. Qué ganas tenía de volver al pasado. Antes de llegar a San Roque de Riomiera giramos a la derecha para ir al Portillo de Lunada. Justo antes de empezar a subir vemos un bar y paramos a tomar algo. Necesitamos un respiro. Vaya día de curvas y puertos!. 

Nos metemos en un bar que también tiene restaurante. Fuera hay dos perros descansando. Uno es tipo mastín y el otro tipo pastor belga. Está claro que son del sitio. Están tranquilos pero pendientes de todo. El mastín de vez en cuando se levanta y ladra de esa forma grave y pausada que tienen, guuuuau guuuuuau, como diciendo a ese ruido que ha oído “eh, estoy aquí, vigilante”. El otro es más nervioso. Olisquea cosas y se sienta. Pero lo que está claro es que son los amos y señores de la zona. Me encanta. Nos sentamos en unas mesas que hay fuera. Se está muy a gusto. El sitio está limpio y en la tele, de fondo, se oye la Vuelta Ciclista a España. Al entrar a pedir veo a dos ciclistas viendo La Vuelta y con mi habitual audacia entiendo que las dos bicis que hay fuera son de ellos. Está claro que son cicloviajeros, ya que las bicis van con algo de equipaje. Una es una MTB de doble suspensión de hace algunos años y la otra una eléctrica de gravel. Me gusta lo que gira en torno al tema bicis así que en cuanto veo el momento adecuado entablo conversación con ellos. Dos hombres (uno de algo menos de mi edad y el otro se veía 20añero) bien majos. El joven no habla mucho pero con el otro charlo un ratillo. Me gustan esas conversaciones en torno a viajes. A dónde van, de dónde son, etc.. Me despido de ellos deseándoles suerte. Terminamos las consumiciones y salimos. Al empezar a subir adelantamos a los ciclistas y toco la bocina suave suave a modo de saludo. Me gustan estas cosas. Es trato humano, pero del agradable, del que te hace sonreir. Empezamos a subir el Puerto de Lunada y sé que me voy a divertir. Está bacheado, algo perfecto para la CRF, le encantan este tipo de carreteras. Recuerdo hace unos cuantos años, cuando veníamos por esta zona que Rafa me decía que Lunada era muy chulo pero que la carretera dejaba bastante que desear, y como íbamos con motos de carretera y toda esta zona es muy chula simplemente tiráramos por otro lado. Pero esta vez no. Esta vez subimos y yo encantada de la vida. La carretera, como digo, está bastante bacheada (sin socavones) y con la CRF300L me lo paso genial. Según veo ese asfalto pienso que ésta es la mía y subo el Puerto a base de darle gas, acelerar, frenar, y pasar todos esos baches como si nada. Me encanta mi moto!, qué bien va por ese tipo de carreteras! Disfruto mucho, por todo. La moto, la carretera, el tiempo, las vistas, la compañía. Tremendo. De hecho paro casi al llegar arriba y miro, y respiro, y sonrío, y vivo. Me encanta. Genial. Pasamos de nuevo por Machorras y el Portillo de la Sia. Da igual repetir. Están geniales. Bajamos por el Valle de Soba. Toda esta zona es muy chula. Nos desviamos para Cistierna, pasamos por Lanestosa y de ahí por la Nacional vuelta a Laredo.

Llegamos cansados porque ha sido una ruta intensa, de esa intensidad que atrapa, de la que al llegar tienes una sonrisa en la cara. La verdad que ha sido muuuy chula. Puertos, puertos y más puertos. Paisajes. Tremenda. Para repetir. Dejamos las motos y a la ducha, que hay ganas de un helado.

https://es.wikiloc.com/rutas-motociclismo/cantabria-182792973
















Día 3

 Salimos de Laredo por la Nacional pasando por Limpias hasta Ramales. De Ramales pasamos por Arredondo. En la ruta de hoy repetiremos carreteras que hicimos ayer, ya que fue una ruta muy completa. Aún así, aún teniendo la ruta anterior tan cercana te da igual repetir, porque Cantabria está genial. En Arredondo giramos a la derecha y hacemos el Puerto de Alisas. Es otro de tantos puertos de por aquí que hace afición a la moto. Es muy chulo. Como siempre por estas zonas ojo con los ciclistas. Es zona para ellos también. Llegamos arriba y paramos las motos en una especie de parking que hay. Recuerdo hace años que estábamos en el mismo puerto con la misma sonrisa en la boca. Todo esto es muy chulo. Vemos un camino que sigue subiendo. Es una carreterilla así que vamos. Te sube a un mirador más arriba todavía. Está ahí mismo, eh?, no subes mucho, pero como comenté ayer, si ves una carretera que sube, zas, la coges. Creo que en realidad los moteros, o la gente que nos gusta andar en moto, tenemos algo de cotillas. Vemos algo que, eh, a dónde llevará esto, y ahí que vamos, jeje. El caso es que paramos arriba y miras el paisaje. Qué chulo. De reojo veo que llega un ciclista, poco a poco, con una bici muy bonita. Aún le quedan un par de minutos para llegar así que saco la Gopro y me pongo a grabar un video. El ciclista ni corto ni perezoso, llega, deja la bici a un lado y se cruza por la mitad. En serio?, sé que es una chorrada, un pequeño detalle, pero leñe, no sé, no?. No digo nada, realmente no hay nada que decir, él puede hacerlo, es libre como un pájaro para cruzarse en la mitad de las dos únicas personas que hay cuando están grabando un video, pero sí, no es muy…mmmm…educado. Esperamos a que el tío saque sus fotos, pille su bici y se aleje con su alegre pedalear para volver a sacar la cámara y grabar el video. No sé, no?. Bueno, no es suficiente para estropear el momento pero sí para que te haga pensar ligeramente en qué época de la Historia vivimos. Hacemos el video, comentamos alguna cosilla, nos reímos un poco de la vida y nos  montamos en las motos para seguir ruta. 

Bajamos el Puerto disfrutando de las vistas hasta llegar a Líerganes. De ahí vamos hasta San Roque del Riomiera. Es una carretera que según voy rodando me sorprende. Mirando el mapa en casa no esperaba mucho de este tramo pero me ha gustado bastante. Está como tapado por árboles. Vamos rodando poco a poco, sin prisa. En San Roque el Rio Miera giramos a la derecha y hacemos El Caracol. Perfecto. De ahí vamos  a Selaya y subimos el Puerto de la Braguía hasta Vega de Pas. Qué chulo todo, no?. Poco tráfico, buen tiempo, así sí. Aquí cogemos una carretera que en el mapa no está pintada de verde, ya sabéis, como indicando que es una carretera que tiene algún tipo de interés, pero como vemos dos puertos ahí que vamos. Siempre igual eh?, carretera para arriba y hay que subir, jaja, me encanta!. Nos desviamos a San Pedro del Romeral y subimos al Puerto de la Matanela para crestear hasta el Puerto de la Magdalena. Pasas por una especie de bosque muy chulo y vas cresteando en altura toda la carretera. Al final del todo, para colofón, tienes una curva de izquierdas en la cima del Puerto de La Magdalena donde ves todo el Embalse del Ebro. Unas vistas que te obligan a parar. Tremendo. Qué pasada. En toda esta zona la temperatura baja, ya que te pasas un buen rato por una carretera llana pero en altura. Un Puerto está muy cerca del otro, como digo en altura, así que pasas de uno al otro con unas vistas y una carretera muy bonita. Le temperatura por esta zona baja. Rafa tiene algo de fresco, que va de verano, yo con esta bajada de temperatura voy perfecta con mi cazadora habitual. Ya sé que me repito pero son unas vistas tremendas. El Puerto de la Magdalena marca la muga entre Cantabría y Burgos. Paramos, respiramos, sacamos unas fotos y bajamos a Soncillo donde nos comemos un bocata. 

Vamos a ese bar/restaurante en concreto porque Rafa lo conoce de otras veces que ha ido, y menos mal porque se está pasando la hora de comer y está genial ir a sitio conocido. Paramos fuera y dejamos las motos encima de la acera al lado de una moto de carretera. Me paro a verla y veo marca Ducati. La moto está chula pero algo impersonal. Tipo las motos que hacen ahora que parecen sacadas del mismo molde y modificadas algo en cada marca para diferenciarlas unas de otras. Rafa me comenta que es una Ducati Monster. Uti. La Monster?, no me fastidies. La moto como digo está chula, pero es que como si le hubiesen quitado ese aura de moto especial que tenía. Cachis. Al ir a entrar al bar, en la terraza, sentado en una mesa veo al motero que monta esa moto. Sé que es él porque todo lo que veo tiene la palabra Ducati puesta. Botas, guantes, cazadora, etc. Al pasar delante de él, le miro para saludar, pero él tiene la mirada hundida en el móvil y no la levanta. Supongo que esa pantalla le está mostrando una información muy importante. Espero que buena. Al entrar el bar me da buen rollo. Está limpio, hay poca gente y es amplío. Nos dan la carta de bocatas y al fijarme en los precios tengo la sensación de estar en San Sebastián por las elevadas cifras para unos bocatas. No sé. Se lo comento a Rafa y me dice que antes no era tan caro, que hace nada tenía precios normales. Aquí todo el mundo se sube al carro de “voy a hacerme rico” en un pí-pá. Mientras pedimos los bocatas entablamos conversación con el camarero. Un hombre menudo, no muy alto, amable y sonriente al que le gustan las motos. Nos comenta que ha visto nuestras motos y que le gustan mucho. Pregunta sobre la Fantic y luego sobre la CRF. Habla de la altura de las motos, de que está pensando en comprarse la CRF, que si cambiaría las ruedas, esto, lo otro lo de más allá, hasta darme cuenta de que lo que le, quizás, ayudaría a disipar alguna duda es que se monte en mi moto. Le digo que se monte sin problemas, así ve el tema de la altura. En serio?, puedo?. Claro, claro. A la de poco vuelve y comenta que ha llegado muy bien al suelo, que esperaba llegar peor, blablablá, a lo que le contesto que mi moto está algo rebajada, y más blablablá. En definitiva una charla agradable. Siempre es interesante hablar de motos. Terminamos el bocata, miramos mapa, nos despedimos y hale, a seguir que hay ganas de más kms.

De Soncillo volvemos a la Nacional 623 donde cogemos el desvío a Orbaneja del Castillo. Sitio de parada obligatoria. Si no lo conoces al llegar sabrás por qué. Es una carretera muy chula. Haces una especie de globito en el mapa. Vas de Orbaneja hasta Ruerrero y ahí giras a la derecha hasta el Puerto de Carrales. Brum brum. Chulísimo. Pasas por una especie de Cañón que previamente lo hemos  visto desde arriba. Qué bonito es todo esto. En el Puerto de Carrales decidimos seguir por Torres de Abajo y hacemos el Valle de Manzanedo, por Hoz de Arreba. Merece la pena. De Incinillas a Villarcayo hasta Puentedey. Otro sitio de parada obligatoria. Tiene un puente de piedra muy bonito, así que nada, llegamos, miramos, olfateamos y sacamos unas fotos. Justo al lado hay una familia asiática sacando fotos del sitio. Me acerco móvil en mano para ver si nos pueden sacar una. Según me voy acercando voy pensando que igual no entienden castellano pero estoy equivocada. Digo esto porque su castellano es casi perfecto (algo de acento de fuera, pero poco). Igual la familia lleva aquí tropecientos años y saben más de la zona que yo. La época de dar por hecho que alguien es de fuera sólo por su aspecto, color de piel, raza, ya ha pasado. Vivimos en un mundo globalizado en el que la gente es de donde le da la gana, cosa que a mi me parece perfecto. Por cierto, eran muy amables. De esta gente que saca varias fotos por si acaso y te piden verlas por si han salido mal para repetir. Gracias!. Nos quedamos un rato más charlando y se acerca otro hombre ya que la Fantic le ha llamado la atención. La verdad que es una moto muy chula, ya sabéis que a mi me encanta. Es muy llamativa y es algo habitual que se acerquen a preguntar por ella. Y claro, conversación en torno a motos, lo de siempre, blablablá, blebleble, muy bien la verdad. Muy amena. Salimos de Puentedey pasamos por Pedrosa de Valdeporres que es el pueblo donde vas a parar si hubiésemos cruzado el túnel de la Engaña, el de ayer, recordáis?, el del desvío de Yera. Al parecer el túnel se derrumbó en su día, y aún se podía pasar pero luego tuvo otro derrumbe y ya se ha cerrado. De hecho Rafa, con su amigo Alfonso, hace muchos años lo cruzaron con las motos. Seguimos a Espinosa de los Monteros. Pasas por un pueblo que se llama “Para”, curioso, no?, jeje. Para, jeje, qué tontería. Seguimos carretera para subir por el Alto de los Tornos y aquí la cosa de repente cambia. El ambiente se vuelve frío y la niebla nos traga. Glup. Para adentro. La temperatura baja y notas cómo la humedad, la bruma, te va mojando la pantalla del casco, la cazadora, todo. Sigues un buen rato con la niebla encima. Unas veces ves muy poco y otras un poco más, pero tampoco mucho. Poco a poco vas bajando y el mundo vuelve a brillar. Eso es el tema de la moto. Notas cada cambio de temperatura, de asfalto, de todo. Lo sientes todo. Con todo lo que eso conlleva. Vamos bajando poco a poco y una vez llegamos abajo vamos hasta Ramales y de ahí a casa.

Otro día muy chulo de ruta por Cantabria!, así que hale, a ducharse y a dar una vuelta por ahí.

https://es.wikiloc.com/rutas-motociclismo/cantabria-norte-de-burgos-183140672

















Día 4

Hoy es día de vuelta a casa. Ohhhh, pero que no se diga que es un día de tránsito. No no, hacemos ruta, como tiene que ser. Nos despertamos, desayunamos, organizamos todo y hale, a lo que nos gusta, andar en moto!

El caso es que hoy sábado volvemos a casa (en vez de el domingo) porque han dado alerta naranja a partir de esta tarde y el domingo entero, así que salimos de Laredo mirando un poco el cielo por la Nacional hasta Lanestosa. De ahí giramos y hacemos el Alto de Ubal. Menuda sorpresa, no conocía y voy muy a gusto. Temperatura, moto, carretera, Rafa, todo acompaña, brum brum. Bajamos a Carranza donde echamos gasolina y hablamos un rato. Sobre todo de consumos, jeje, que la de Rafa traga y la mía..mm..digamos que menos, juas. Subimos La Escrita, la verdad que toda esta zona es muy chula. Arriba nos encontramos con un puesto de algo. Vemos a gente con chaleco amarillo, debajo de una carpa muy bien montada, con algo de picar y esperando. A qué?, no lo sabemos. Esperamos encontrarnos con alguna carrera de algo pero no, nada. No sé. Quizás están monte adentro. Agradecemos no encontrarnos con atascos ni nada, porque mientras pasan los kms voy pensando que vamos a tener que estar esperando sabe Dios cuánto a que pase esa supuesta carrera. Ya sabes, muchas veces le das vueltas a algo que crees que va a pasar y no pasa nada. Es el ser humano, que tenemos habilidad de ir al pasado y al futuro con una facilidad pasmosa. Mientras pasan los kms me viene a la memoria la última vez que tuve que esperar, en ese caso, por una prueba ciclista. Ha sido este mismo año con la Itzulia. Me pilló de lleno. Vas circulando, ves coches parados, sabes que está la Itzulia por ahí y ya ésta, no pasa nada. Paras la moto y esperas a verlos pasar, porque ya que estás y como me encanta el ciclismo pues mira tú qué suerte he tenido que los voy a ver pasar. Pero no pasan. Pasa el tiempo y nada. A los polis les ves hablando entre sí, pero nada, ahí no se mueve nada ni nadie. Decido acercarme a preguntar y me indican que ha habido una caída en el pelotón, una caída seria (se vieron involucrados muchos ciclistas, entre ellos Vingegaard, que luego tuvo su repercusión en el Tour). El caso es que le pregunté al zipi (ertzaina) a ver por dónde poder salir de ahí. Más o menos me dijo por dónde podía ir pero no me aseguraba que el tema no estuviese igual de parado. Le di las gracias y salí dispuesta a probar suerte. Al llegar donde me dijo, zas, otra vez cortado. Como voy con la CRF300L miro monte arriba y pienso que por algún lado podré sortear esa carretera. Y sí, efectivamente, la sorteé (y menos mal porque la gente estuvo parada no sé ni cuánto tiempo) pero por un sendero que me indicó uno de un pueblo, que según sus palabras (“no es complicado, voy por ahí con el 4x4”) no era nada y casi se me sale el corazón en un paso en concreto. Que no era mucho, eh?, pero entre que no conoces, ves una bajada de “no me jodas, por Dios”, donde ya no puedes tirar para atrás, estrecho, con la vegetación en la cara (por aquí pasa el 4x4?), surcos y demás, y madremia, total que al final pasé ese tramo y ni tan mal, pero leñe, joe con el “no es nada”, jaja. Me gustan estos pensamientos que me vienen a la cabeza cuando voy en moto. Me disipo muy a gusto.

Seguimos rodando y bajamos al valle de Villaverde, pasamos por Traslaviña y vamos hasta Zalla. Me comenta Rafa a ver por dónde quiero seguir. Es su zona y la conoce al dedillo. Decide llevarme por el camino viejo en vez de atravesar la zona de Bilbao de tirón así que tiramos por la carretera vieja. Hacemos Güeñes, Sodupe hasta Alonsotegi donde en lugar de coger la autovía nos metemos por el Barrio Pertxeta. Es un barrio de casas humildes, como apartado el resto. Es como entrar de repente en otro mundo. Me gusta. Voy mirando todo y me resulta curioso, agradable. Después de Pertxeta nos encontramos con una serie de fábricas abandonadas que te hacen pensar que estás en una película apocalíptica por el estado de las fábricas y porque no ves a nadie. Pero el ambiente es tranquilo, sosegado. Es otra parte del  mundo. Parece que aquí no pasa el tiempo. No hay nadie (o no la ves) pero sí, la gente vive aquí y la verdad no me parece mala zona. Seguro que no tiene buena comunicación con el resto, pero como sitio tranquilo aparenta ser chulo. En Burceña cogemos la autovía para atravesar la Ría hasta llegar a Mungia. De aquí, como digo yo, es camino conocido. Es una carretera muy muy chula. Vas circulando con poco tráfico, buenas vistas, y atravesando una serie de pueblos bonitos. Vamos hasta Fruiz, Mújica, Zugastieta y el Balcón de Bizkaia, que de vez en cuando paramos (esta vez así lo hacemos), aunque ya lo tenemos bastante visto, pero merece la pena. Sacamos unas fotos y a la hora de salir Rafa se engancha un poco con la alforja pero nada, me dice que no es nada y tiramos. Hacemos Munitibar y Ziortza donde paramos a comer un algo. Al parar Rafa mira su alforja y me dice que la ha rozado al salir, cachis, para darse cuenta al momento de que se le ha perdido un enganche (al día siguiente de vuelta a su casa pasó por ahí por si acaso lo veía y nada). Una pena. Nos quitamos el casco y entramos al bar/restaurante que vemos a mano.  Hemos pasado por aquí mil veces y nunca hemos parado. Se nos ha pasado la hora de comer, así que decidimos tomar un pintxo de tortilla. Al salir le veo a Rafa hablando con la familia que tiene al lado. Al parecer le han preguntado si es de Guadalajara ya que lleva puesto el niki de la Blackbee, que ellos eran de la zona de la Alcarria. Qué casualidad, no?, jeje. Tomamos la tortilla, bebemos agua, que hace calor, descansamos un rato y salimos. Mientras nos colocamos los cascos, se nos acerca un hombre con un perro a preguntar por las motos, en este caso por la moto de Rafa. Llama la atención y la gente tiene curiosidad. Nos cuenta que él tiene una Harley, que está encantado, que blablablá. La conversación al final se centra en que no hace falta tener una moto de gran cilindrada para viajar, cosa con la que no podemos estar más de acuerdo, ya que nosotros tenemos motos grandes y de vez en cuando sacamos a las peques para hacer este tipo de rutas. Nos encanta, es una maravilla. Cambia todo el viaje, todo. Si haces el mismo viaje con una grande y una pequeña son dos viajes diferentes. Todo cambia. 

Bueno, nos despedimos del amigo motero y salimos, mirando un poco el cielo ya que han dado alerta naranja y parece que el ambiente se empieza a enrarecer. Vamos por Markina, Etxebarria, Elgoibar. Qué carretera, no me canso de hacerla. Vemos que el tiempo aguanta así que alargamos un poco el tema y subimos por Lastur. Esta zona es una carretera estrecha, de un carril, donde se circula a poca velocidad y disfrutas del paisaje. Me encanta hacerla con la 300. Bajamos a la Nacional y una vez que llegamos al alto de Itziar volvemos a la carretera estrecha que comento, porque nos encanta, para salir en Cestona. Una vez aquí, por Aizarnazabal para casa. Según estamos entrando por la puerta del garaje empiezan a caer goterones y para cuando entramos en casa hace un tiempo de perros. Viento, lluvia, todo oscuro. Qué suerte!. Ya en casa ducha y a descansar.

 https://es.wikiloc.com/rutas-motociclismo/laredo-usurbil-183266105









Conclusiones:

Han  sido 6 días en Laredo de los que por diferentes causas hemos hecho 4 en moto (los que he relatado en esta crónica motera). Los otros dos han sido días de descanso donde aprovechas a comer helados (nos encantan) y mariscada. Que no se diga. Ja. El viaje ha estado chulo. Personalmente me ha servido para desconectar y descansar, que falta me hacía. Cantabria es un sitio para visitar las veces que haga falta, ya que tiene muchos sitios muy bonitos, carreteras muy chulas y paisajes que merecen la pena ser vistos. Da igual que vengas en moto, bici, a la playa o al interior, es un sitio, por lo menos en verano que es cuando solemos ir (aunque supongo que el resto del año también), muy agradable.

Ahora ya sabéis, a pensar en el siguiente viaje! Que siempre hay ganas de kms!